Distensión, autonomismo y «business»

La institucionalidad española busca interlocutores para sepultar el reclamo por la autodeterminación catalana.

El domingo 27 se realizó la cena inaugural del Mobile Word Congress (MWC). En la misma mesa coincidieron el Rey Felipe VI – jefe de Estado -, Pedro Sánchez (PSOE) – presidente del Gobierno español – Pere Aragonès (ERC), President de la Generalitat de Catalunya y Ada Colau (En Comú Podem) – alcaldesa de Barcelona. Se juntaron para darle impulso a la nueva edición del MWC, y fomentar la recuperación de los grandes negocios capitalistas que genera, ya que el año pasado no se realizó por las medidas anti-pandemia. Aunque esta vez se trata de un evento devaluado, sigue reuniendo a los grandes explotadores de trabajadores del mundo. Todos juntos se disponen a recibir, administrar y gastar las millonarias ayudas provenientes de la Unión Europea, en detrimento de las necesidades más urgentes de los trabajadores y los pueblos. Mientras tanto muchos catalanes en las calles y más en su casa, están indignados con los que está pasando.

El MWC se realiza en un momento especial, luego de los indultos a algunos dirigentes independentistas y en pleno inicio de lo que llaman “distensión” entre el poder español central y Catalunya. El Borbón no escatimó en elogios para la Ciudad: «Barcelona, ciudad mediterránea y cosmopolita, es el auténtico motor de Catalunya”. Para Sánchez la reunión simbolizó “una unión por el bien superior de todos…” Colau estuvo desplegando la política de los dirigentes de Unidas Podemos, de apoyo al gobierno del PSOE y Aragonés expresó el dualismo simbólico habitual en ERC: no recibió oficialmente a Felipe VI, pero se sentó en la misma mesa para escenificar la distensión.

El mismo día de la inauguración del MWC el periódico La Vanguardia publicó una nota a Oriol Junqueras, máximo dirigente de ERC y expresident de la Generalitat, recién liberado por los indultos a los presos políticos. Junqueras dijo que “Estamos ante una gran oportunidad que siempre habíamos deseado”; es cierto, aún en los momentos en que el poderío de la movilización popular ubicó a la independencia como una posibilidad concreta, siempre quisieron negociar. Es bajo esta orientación que ERC ha facilitado la investidura de Sánchez, los PGE y su política de “diálogo” limitado, sin abordar nada que tenga que ver con la autodeterminación.

A cada paso se confirma lo que ya hemos señalado “Los indultos forman parte de un paquete de decisiones: la “mesa de diálogo”, la intención de adoptar un nuevo estatuto de autonomía y las negociaciones a nivel político y económico, manteniendo el pulso persecutorio, pero momentáneamente en segundo plano. Pedro Sánchez no aplica la misma política que Mariano Rajoy (PP), pero los objetivos estratégicos son los mismos: desactivar la movilización del pueblo catalán, sepultar el reclamo por la República y mandato del 1-O por la autodeterminación. Todo bajo el manto sacrosanto de la unidad de España y el sostén del descompuesto régimen monárquico-parlamentario diseñado por el franquismo.”

Esta política sólo se puede aplicar si cuenta con interlocutores que, más o menos críticos en distintos momentos, despierten expectativas en el consenso con los opresores. Los discursos “independentistas” de ERC y JxCat no logran esconder un accionar que los acerca al autonomismo y distancia de la autodeterminación. Para esto usa ERC el apoyo a la investidura que recibió de la CUP con el guiño de otros grupos de izquierda.   

En todo el Estado español hay que enfrentar a los gobiernos burgueses, tengan la nacionalidad que tengan, impulsar la movilización para que la crisis la paguen los capitalistas, por la autodeterminación y los derechos democráticos, cuestiones que sólo se podrán lograr derrotando al régimen monárquico-parlamentario del ‘78 y enviando a la monarquía borbónica a la papelera de la historia. Hace falta una nueva alternativa política, revolucionaria y socialista, para dar vuelta todo, tanto en lo que se refiere a los derechos democráticos como a los derechos sociales de las grandes mayorías.