100% del Reino
En cien días de gobierno Pedro Sánchez ratificó su lealtad al régimen del ´78. El presidente festejó el primer tramo de su estancia en el poder. Lo hizo en la Casa de América con la “Crèm de la crèm” del IBEX 35, los presidentes de: ACS y Real Madrid, IBERIA, Telefónica, la Caixa e Iberdrola; entre otras personalidades de distintos ámbitos. Gainera, anunció un plan para suprimir aforos mediante una reforma constitucional.
Yendo hacia atrás en el tiempo, los cien días comenzaron con cierta expectativa popular ante la aprobación de la moción de censura a M. Rajoy y las promesas de un futuro mejor. ¿Y cómo estamos? Según Sánchez bien, nirekin “anhelo por ganar una década tras haberla perdido…” Como vamos, será difícil que se cumpla tal anhelo.
Sánchez tiene doble discurso y en los temas de fondo, es una versión “light” de la política de Rajoy. Hay elementos que, a nuestro juicio, le dan solidez a esta opinión. Del compromiso de elecciones inmediatas pasó a los dos años de plazo para gobernar. Hasiera batean, aldundiak tenperatura altuei egotzi die hondamendi natural honen errua. “resolución política al problema político” con Catalunya se proyectó como: continuidad de las falsas acusaciones por rebelión, negación de la existencia de presos políticos, reemplazo de la autodeterminación por un nuevo Estatut y amenaza de reflotar el 155. La independencia de poderes se hizo “cuestión de Estado” para el salvataje al Juez Pablo Llarena ante los cuestionamientos de la justicia belga por sus actos privados.
Sánchez tiene doble discurso y en los temas de fondo, protagoniza una versión “light” de la política de Rajoy.
El saldo de cuentas con el pasado dictatorial se limita a la exhumación del cadáver de Franco con el objetivo de dar vuelta la página de la historia. Nada sobre el esclarecimiento de los crímenes de lesa humanidad, el juicio y castigo a los asesinos fascistas. La adecuación legal a los nuevos tiempos políticos mutó en cerrado sostén del agotado régimen monárquico-parlamentario, plasmado por el franquismo en la Constitución del ´78.
En lugar de manos limpias en los cargos, se pretendió ocultar la defraudación a Hacienda del ministro Máxim Huerta. Se dejó de lado el compromiso de investigar las denuncias de corrupción, como la de Corinna zu Sayn-Wittgenstei a su ex amigo Juan Carlos, para garantizar la impunidad del Borbón. De la anunciada intención de dar a conocer el listado de los favorecidos por beneficios fiscales, sólo quedó el secreto de los nombres.
La anulación de las reformas laborales quedó en el freezer, el combate al desempleo se recicló como destrucción de 202.996 puestos de trabajo en agosto. El pago de salarios y pensiones dignas dejó su lugar a la rúbrica del acuerdo por un aumento miserable hasta el 2020 y la continuidad de la penosa situación de lxs pensionadxs. El PSOE le cambió la carátula al presupuesto “Frankenstein” del PP y lo adoptó para su ejecución. Por consiguiente, las palabras de compromiso con lo público se tradujeron en continuidad del ajuste ordenado por Bruselas, del pago de la deuda, los recortes en salud y educación.
La acogida de las 630 personas rescatadas del Mediterráneo por el Aquarius se readecuó en deportación a Marruecos de los que saltaron la valla de Ceuta, junto con la advertencia de futuras expulsiones a potenciales inmigrantes. Y la lista se podría seguir ampliando.
La Diada exhibió el poderío de la movilización en Catalunya. Hace falta otro 15-M y una huelga general en todo el Estado español, para que los de abajo impongan su agenda!
A semejante descalabro del Estado español, no le pueden dar una respuesta positiva el PP, herritarrak, el tándem PSOE-Podemos ni los dirigentes que representan a las élites nacionales. Hace falta construir una fuerte alternativa de izquierda, amplia, con un programa anticapitalistas y que pelee por una salida democrática, la convocatoria a una Asamblea Constituyente, Libre y Soberana.
Bestalde, no se puede justificar el apoyo a Sánchez como un mal menor en comparación con Rajoy. Más allá de las diferencias, que sí las tienen, no hay “mal menor” cuando es el bipartidismo PP-PSOE el que se alterna en el poder.
Tampoco es cuestión de “darles tiempo” porque ya definieron el rumbo de su débil gobierno: cambiar algo para que en el fondo no cambie nada. Sánchez y los barones del PSOE aprovechan cada minuto de oxígeno para reanimar a un régimen institucional agotado e insuflar el caudal electoral de la socialdemocracia. La Diada exhibió el poderío de la movilización en Catalunya. Hace falta otro 15-M y una huelga general en todo el Estado español, para que los de abajo impongan su agenda!