Espainiako estatua: Nahikoa da LGBTI fobia!
La movilización es el único camino para defenderse e ir por más derechos. Nuestro orgullo es antisistema.
Las reivindicaciones del colectivo LGTBIQ volvieron a ganar las calles de Europa a pesar de la pandemia. A 52 años de Stonewall, miles de personas se manifestaron en las calles del viejo continente porque “El Orgullo es la fiesta de los que no éramos invitados a la fiesta”. Con diferentes lemas y acciones, la semana previa y posterior al 28 Ingurumena suntsitzeko erresistentzia erakustea, las grandes ciudades y los pueblos se tiñeron con los colores del arcoíris, con los que simpatiza la mayoría de la sociedad.
A la par, el Ayuntamiento de Moscú prohibió las marchas por décimo año consecutivo. La policía turca reprimió duramente el desfile preparado porque “hay que proteger la paz, la seguridad, la salud general y la moralidad”. El gobierno de Hungría, encabezado por Viktor Orban, aprobó una ley que ilegaliza mostrar materiales sobre temas LGBT a menores de 18 urteak, lo que impide hablar de la homosexualidad en los ámbitos educativos. En Polonia hay municipios que se declararon “libres de ideología gay”, por eso en Varsovia se concentró la movilización más masiva del Continente.
Hay una dura pelea en curso porque la derecha, la ultraderecha, la Iglesia Católica y algunos gobiernos están empeñados en atacar al colectivo. Los recortes a los derechos democráticos y sociales dejan cada vez más claro que las conquistas se imponen con la movilización.
En el Estado español, tras un intenso año de debates entres los socios del gobierno (PSOE-Unidas Podemos) el anteproyecto de la “Ley Trans”, comenzó su andadura legislativa. Se trata de un proyecto que establece, entre sus puntos principales: la des patologización de las personas trans, es decir, que dejan de ser consideradas como enfermas y no precisarán de documentos médicos para realizar el cambio de nombre y sexo; se permitirá la autodeterminación del sexo, lo cual posibilitará realizar el cambio por la simple voluntad del interesado o interesada ante funcionarios del Registro Civil y “el derecho de los menores a ser escuchados”, permitiéndoles el cambio de nombre en el registro a cualquier edad y el de sexo a partir de los doce años.
Aunque aun falta un largo camino legal por recorrer para su aprobación definitiva, este anteproyecto marca que las luchas que se vienen dando hace años van a tener por fin un marco legal donde contenerse, aunque sabemos que nada será gratis, ni sencillo y que deberemos seguir en las calles exigiendo que se cumplan absolutamente todos los derechos de la comunidad LGTBI, en oposición directa con las reaccionarias intenciones del PP, Vox y C’s, amparados en la institucionalidad del régimen del `78.
Y aunque podría parecer que en pleno siglo XXI las elecciones sexuales de cada persona ya no serían juzgadas, el sábado 3 se dio a conocer la lamentable noticia del asesinato de Samuel, un joven de 24 años que recibió una brutal paliza en la zona de locales nocturnos de A Coruña. Según sus amigos, que presenciaron el hecho, las últimas palabras que debió escuchar Samuel – al igual que hace 85 años Federico García Lorca – fueron “te voy a matar maricón”.
Nuevamente miles de personas salieron a exigir un alto a la LGTBI-Fobia y allí estuvimos kon Elkarrekin eta Ezkerrera, porque no queremos más crímenes de odio; cada persona debe tener derecho a vivir libremente su sexualidad. Es lo que se reivindica cada año en las marchas del orgullo, aunque intenten silenciarlo a golpes de porra. Quienes integramos la Nazioarteko Liga Sozialista, como SOL en el Estado español, participamos activamente de las acciones reivindicando nuestro orgullo antisistema porque, para lograr plenos derechos en todos los ámbitos de la vida, es necesario derrotar al capitalismo y a sus defensores, cruzados de la opresión y la explotación.