Espainiako estatua: Apoyemos los reclamos en sanidad y educación
Ante el deterioro de lo público, se extienden las protestas de l@s trabajador@s y usuarios. Hace falta unir los reclamos y exigir la convocatoria a la huelga general.
Los recortes presupuestarios en la salud vienen del año 2012, con los “tijeretazos” de Mariano Rajoy (PP) cuando fue presidente. Desde ese momento, ni el PP ni el PSOE revirtieron la situación a nivel nacional o autonómico y la sanidad presenta un evidente deterioro profundizado con la crisis económica.
Los trabajadores y los pacientes son las víctimas
La desinversión y los recortes causan graves consecuencias, y expresan el deterioro en la sanidad en doble sentido: las malas condiciones laborales y la deficiente atención a los pacientes. Los trabajadores de todos los niveles de salud tienen salarios insuficientes, contratos precarios, jornadas extenuantes y materiales insuficientes. Los pacientes sufren el cierre de centros de atención, las urgencias sin médicos in situ, la atención on-line, la falta de profesionales, de recursos materiales e interminables esperar para lograr un turno de especialidad o una intervención quirúrgica.
Desde Madrid hacia Andalucía y otras Comunidades
Aurretik, durante y después de la pandemia se repitieron los reclamos. La máxima expresión de la defensa de la salud pública por parte de los trabajadores y la población se dio durante el mes de noviembre. En la plaza de la Cibeles300.000 personas se manifestaron contra los planes de Isabel Díaz Ayuso (PP).
La presidenta de la Comunidad de Madrid se vio obligada a ceder, por lo cual, du 22 abendutik aurrera, la huelga se suspendió temporalmente. Pero como las respuestas de la Consejería de Sanidad resultaron insatisfactorias, el jueves 12 de enero se retomó la huelga convocada porAmyts (Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid). El domingo 15 hubo una manifestación de 30.000 personas convocadas por Marea Blanca. Algo similar sucede en Andalucía, donde la falta de respuesta de la Consejería de Salud y del SAS (Servicio Andaluz de Salud) motivó el llamado a huelga para el viernes 20 de enero, con el impulso del SMP (Sindicato de Médicos y Médicas de Atención Primaria). Hay por lo menos otras ocho comunidades que van por el camino de la huelga en la Atención Primaria porque el colapso en las urgencias de los hospitales se extiende por todo el país.
En Catalunya se movilizarán la sanidad y la educación
Ambos sectores retoman las protestas planteando“Sin sanidad estamos muertos y sin educación no hay futuro”. El miércoles 25 de enero habrá marcha desde Plaza Sant Jaume hasta el Parlamento, el jueves 26 se harán movilizaciones descentralizadas en todo el territorio y el sábado 28 una concentración en Plaza Sant Jaume. Si ganan l@s trabajador@s de la sanidad y los de la educación, ganamos tod@s, por eso hay que brindarles solidaridad.
Las autoridades no pueden lavarse las manos
Los gobiernos autonómicos y el gobierno de “coalición progresista” PSOE-UP, encabezado por Pedro Sánchez no pueden lavarse las manos, los problemas son nacionales. Los recortes persisten en losPresupuestos Generales del Estado y en los que corresponden a las autonomías. El panorama es crítico, por eso hace falta una lucha unificada de la salud, la educación y otros sectores, con movilizaciones y huelgas coordinadas, con el apoyo de la población y la planificación de acciones en asambleas conjuntas.
¿La huelga general, para cuándo?
Los burócratas sindicales no están a la altura de las circunstancias. Hay que exigirles a las direcciones mayoritarias de UGT y CC. OO. que convoquen a la huelga general en apoyo a la sanidad en lucha y con una agenda que incluya los reclamos más inmediatos de todo el pueblo trabajador. Es una necesidad impostergable para frenar el deterioro de las condiciones de vida y que la crisis la paguen los capitalistas. Es el camino reivindicativo que recorren los trabajadores enFrantzia, duErresuma Batua y otros países, como enPeru en defensa de sus derechos democráticos, sociales y contra la represión asesina. También hace falta poner de pie una nueva alternativa política, un frente de extrema izquierda para dar vuelta todo.