Argentina: Ezkutuko estatu kolpe baten mehatxua.
La desregulación total de la economía que pretende Milei es ceder libertad a los grandes capitalistas a cambio de retrocesos gremiales y sociales, mientras que el cambio de rumbo político va hacia una línea autoritaria. Las medidas de Caputo, el protocolo de Bullrich, el DNU y la ley ómnibus de Milei son un golpe encubierto.
Nork Carolina Menéndez Trucco
Innumerables oscuros capítulos de nuestra historia, lamentablemente más que resultados aleccionadores, arrojan retrocesos. Estamos en un momento que intenta revertir logros. Javier Milei no lleva ni un mes de mandato y ya quiere echar abajo pilares de una sociedad entera. Con los pretextos del equilibrio fiscal, la magnitud de la crisis y la inflación que se disparó por cierto exponencialmente desde su asunción, ha emprendido un viaje golpista. nekazaritza intentsiboa 29 de diciembre de 2023 rige su mega DNU, un Decreto de Necesidad y Urgencia que dispone una amplia desregulación de la actividad económica, modificando 336 leyes al servicio de las grandes empresas, arrasando de manera inconstitucional con toda una serie de derechos, en especial los de la clase trabajadora. Pero un juzgado laboral acaba de suspender la aplicación de dicho capítulo antiobrero.
El anuncio del decreto se produjo la noche del miércoles 20, tras la primera gran marcha unitaria y multisectorial que movilizó a varios miles de argentinos a Plaza de Mayo durante esa tarde, a pesar del protocolo antiprotesta que intentó imponer la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. Hasta la madrugada de ese jueves el Congreso se llenó espontáneamente de cacerolas y sartenes que resonaban contra las medidas oficiales.
Cuestionado por arrogarse facultades legislativas, el Poder Ejecutivo lanzó su segunda bomba, pero esta vez como un único megaproyecto de ley que incluye varias reformas retrógradas como la privatización de empresas públicas, cambios en el sistema electoral, modificaciones tributarias y la suspensión de la actual fórmula de movilidad jubilatoria.“No hay alternativa al ajuste y no hay alternativa al shock”, ya había dejado en claro el mandatario en su primer discurso. Pero ese nuevo paquete de ajuste (la Ley Ómnibus) tik 180 páginas y 664 artículos, a tratarse en sesiones extraordinarias convocadas entre el 26 de diciembre y el 31 de enero, empieza a encontrar oposición en el Congreso.
Cambio económico y político
En la nueva lógica mileísta de shock, pareciera que todo derecho democrático debería ser atacado en pos de “normalizar” una economía que lleva décadas de crisis en crisis. El liberfacho no sólo fue contra el sector público: el hambriento plan desregulador no dejó títere con cabeza. En los últimos días, las calles del país se colmaron de marchas y cacerolazos. Trabajadores del sector de la cultura, la salud, la enfermería, la educación, agrupaciones sindicales, partidos políticos de izquierda, inquilinos, diferentes movimientos sociales, de mujeres y la disidencia, entre otros, están activando la resistencia.
Es que el flamante presidente, en lugar de vérselas con “la casta política” como tanto prometió, se ensaña con la clase trabajadora, los sectores populares y medios, al despedir a miles de estatales contratados, destruir todo patrimonio público, derogar la Ley de Alquileres, liberar los precios de los alimentos, subir las tarifas de transporte, luz y gas, quitar fondos a los artistas y al resto de los sectores, entre tantas otras medidas, en favor únicamente de capitalistas y magnates. Para colmo en su mensaje de fin de año, tergiversa el pasado, para justificar el terrible presente y disfrazar el futuro. Ni laArgentina de fines del siglo XIX y principio del siglo XX fue una panacea (al nivel de las grandes potencias industriales) como afirmó, ni el devastador ajuste infundado nos llevará a un mañana mejor, por más “luz al final del camino” que se prometa.
En línea menemista (uno de sus faros políticos), ¿cómo iba a decir realmente lo que iba a hacer para que no lo votara nadie? Beraz, la supuesta defensa de la libertad, viene bajo la forma de presión. Milei intima a los gobernadores: si apoyan su ley ómnibus, les devolverá Ganancias[1]. Solo abre las puertas de la negociación con la CGT[2], si levantan el paro.“Dejar caminar al nuevo gobierno”, había insinuado en un principio la burocracia de la CGT y la CTA[3] tras dormir la siesta cuatro años, pero finalmente se dispuso el 24 de enero a “voltear el decreto de Milei en la Justicia, en la política y en las calles”. Nunca antes en la democracia argentina un presidente debió enfrentar una huelga general en tan corto tiempo, si es que la burocracia no la levanta. De todos modos, el escenario que se viene será de fuertes luchas en la medida en que los efectos del ajuste impacten socialmente.
Pues, ¿qué garantías liberales puede haber en un juego unilateral? Al parecer, el traje de liberal-libertario le queda un poco grande a la retórica del ultraconservador.“Se trata de evitar una catástrofe de proporciones bíblicas”, dijo en vísperas de Año Nuevo por cadena nacional al reclamar que el Congreso apruebe tanto el DNU con el que busca desregular la economía, como el megaproyecto de reformas, que no es más que un nuevo paquete de ajustes para la sociedad en su conjunto y un avasallamiento autoritarioque pretende hasta imponer el estado de sitio.
El relato al desnudo
La forma de narrar los acontecimientos termina de plasmar en el imaginario colectivo como se inscribe la historia. De allí que transmitir información correcta sea tan importante. Los grandes medios no lo hacen. Respecto de la Marcha del 20D, adibidez, intencionalmente o “por error” los titulares la circunscribieron a los piqueteros. Pero no fue el caso. Se trató de una marcha multisectorial encabezada no solo por las alas piqueteras, participaron también el sindicalismo combativo, partidos políticos de izquierda, organizaciones de derechos humanos, estudiantiles, y muchos que se sumaron de manera independiente. Beraz, realizar una cobertura sesgada e incompleta es un reduccionismo intencional. Las editorialesDesafíos de la izquierda ante una nueva etapa política, etaUna política equivocada, que debilita la lucha, echan luz sobre los debates dentro del Frente de Izquierda Unidad.
A fin de cuentas, el final de la historia depende de quién la cuente. Como erradamente la ilustra el editorialista conservador deLa Nación, Joaquín Morales Solá, en su columnaEl difícil camino de la revolución: “Victoria Villarruel, vicepresidenta y titular natural del Senado, tendrá que concretar en los hechos larevoluciónque el presidente Javier Milei escribió en un decreto con la ayuda de Federico Sturzenegger[4]”. Al parecer, sus estudios en Harvard y 58 años de trayectoria en el periodismo no le alcanzaron para ahondar en la historia de las revoluciones. Por el atropello a todos los derechos económicos y democráticos que Milei y su equipo de gobierno están llevando para con todo el pueblo argentino, más querevolución es ungolpe de Estado encubierto.
[1] Impuesto a las Ganancias empresarias. También gravaba injustamente al 10% de salarios más altos. En septiembre se cambió y sólo afectaba al 1%. Milei pretende reinstalarlo para el 10%.
[2] Confederación General del Trabajo de la República Argentina.
[3] Central de Trabajadores de la Argentina.
[4] El Doctor en Economía del MIT, Federico Sturzenegger, se desempeñó como presidente del Banco Central de la República Argentina entre 2015 eta 2018 durante la presidencia de Mauricio Macri y es el artífice de la desregulación que anunció Milei.