El Salvador: Violencia institucional contra Imelda Cortez
Libertad inmediata y sin cargos para una mujer que es víctima del machismo patriarcal. El pasado 12 de noviembre se pospuso por octava vez el juicio a Imelda, acusada por una corte de El salvador de intento de homicidio.
Finalmente, el juicio se realizará el 17 de diciembre de este año y mientras tanto Imelda volverá a prisión provisional, situación en la que se encuentra desde abril de 2017.
La joven Imelda Cortez experimentó, según la Agrupación Ciudadana para la Despenalización del Aborto, “un parto extrahospitalario el 17 de abril de 2017 y desde entonces está privada de libertad” y “podría ser condenada a 20 años de prisión”.
El Salvador es uno de los cinco países del mundo donde está perseguido cualquier tipo de aborto…
“Ella sufrió violencia sexual sistemática desde que era una niña. Tenía 12 años cuando su padrastro, Pablo Henríquez, desde 70 años, la comenzó a agredir” y resultó embarazada, de acuerdo con el relato de la organización.
El Salvador es uno de los cinco países del mundo donde está perseguido cualquier tipo de aborto y donde las mujeres con complicaciones del embarazo, que sufren abortos espontáneos o emergencias obstétricas, son frecuentemente acusadas de homicidio. Una vez más, la legislación y la justicia patriarcal vulneran los derechos de las mujeres gestantes, ejerciendo violencia sobre ellas.
La lucha por el aborto legal, seguro y gratuito crece en toda América Latina, pero la cuarta ola feminista mundial no tiene fronteras, por lo que en ante este tipo de casos las mujeres salimos a condenar las legislaciones anti derechos que dejan a las mujeres y a las personas gestantes expuestas a la clandestinidad.
Las mujeres tenemos derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, no hay Iglesia ni Estado que deban entrometerse.
No olvidamos que en Europa también hay reclamos, las mujeres de Andorra y Malta están en lucha por su derecho al aborto que allí es ilegal. En el Estado español hay muchas dificultades burocráticas para acceder gratuitamente a la interrupción de la gestación e incluso, hay sectores de derecha que pretenden eliminar el derecho que ya hemos obtenido.
Las mujeres tenemos derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, no hay Iglesia ni Estado que deban entrometerse. A estas instituciones retrógradas las queremos fuera de nuestros ovarios y nuestras camas. Educación sexual para no abortar, aborto legal para no morir ni ser encarcelada.
Isa Ruiz