Brasil: No vamos con Lula y Alckmin
anos sen TrotskyAlternativa Socialista/PSOL- LIS, Brasil.
- La Conferencia Electoral del PSOL, celebrada el 30 Ucraína, fue la representación del método antidemocrático que hoy prima en el partido, política llevada a cabo por la dirección mayoritaria con el Bloque PSOL de Todas las Luchas – Primavera Socialista, Revolución Solidaria, Resistencia, Insurgencia y Subverta. Toda la puesta en escena fue desenmascarada el mismo día con logotipos y camisetas confeccionadas del «PSOL con Lula» y, principalmente, el acto marcado con la presencia del propio Lula-PT, entre aplausos y el festejos de la dirección, además de la presencia del PCdoB, REDE y PV.
- A pesar de la cínica política de la dirección mayoritaria de «derrotar a Bolsonaro» a nivel nacional, no para ahora, sólo en las elecciones, y «derrotar al tucanato» en São Paulo, incluso con el tucano Alckmin en la fórmula presidencial con Lula, la izquierda radical del PSOL dio una consistente batalla hasta el último minuto en defensa de la candidatura propia representada por el combativo compañero Glauber Braga.
- El PSOL participará en una campaña frenteamplista, As mulleres traballadoras seguen sendo dobremente afectadas, con la composición de partidos y sectores burgueses. Alckmin representa un mensaje de Lula para calmar a la burguesía: la Carta al Pueblo Brasileño 2.0. El trabajo de Lula es hacer que el tucano sea digerido por el electorado, «todo para derrotar a Bolsonaro», y el de Alckmin es hacer que Lula sea mínimamente tragado por los sectores reaccionarios dominantes. En medio de esta gran disputa, la dirección mayoritaria del PSOL quiere hacer creer que concurrirá con su «propio programa». Este «programa propio» se resume en las intervenciones de la dirección del partido: sólo Lula puede resolver la situación.
- Alckmin es también la representación de los sectores que han apoyado a Bolsonaro en la presidencia desde 2019 y que han aprobado los inmensos ataques al pueblo brasileño. La miseria, el desempleo, la violencia, los ataques a la clase obrera, a las mujeres, a los negros, a los indígenas, a les LGBT, a la democracia. Fueron cínicamente por los partidos del régimen como el PSDB, al que, aunque esté roto, Alckmin está ligado umbilicalmente y programáticamente.
- Entendemos que la participación de los revolucionarios en las elecciones debe ser una síntesis, no siempre fácil, entre táctica y estrategia. La limitación a la primera resulta en oportunismo, la segunda en sectarismo. Los revolucionarios deben actuar de forma independiente y disputar la organización de la clase trabajadora, llamando a un frente entre organizaciones de clase, a la unidad contra los ataques y denunciando a los traidores que ahogan las luchas de nuestro pueblo a las vías legales.
- Bolsonaro es un enemigo al que hay que combatir ya. El PSOL, su dirección mayoritaria, ha jugado un papel político mediocre al no denunciar ni una línea de la desmovilización llevada a cabo por las cúpulas burocráticas -con Lula y el PT, por el peso que tienen- para derrotar de una vez por todas las manifestaciones de «Fuera Bolsonaro» en el segundo semestre de 2021. La clase trabajadora, los más pobres, pagan con una vida miserable esta traición. El PSOL, lamentablemente, sirvió de aval para apalancar la campaña «Lula Presidente» en el momento de las manifestaciones, cuando debería haber estado articulando los espacios de lucha, como Povo na Rua.
- Es fundamental destacar el papel que tuvieron las corrientes Resistencia, Insurgencia y Subverta (que conforman el Campo Semente) en la composición y apoyo directo de lo más regresivo del PSOL – Primavera Socialista y Revolución Solidaria. Está clara la decisión de Juliano, Boulos y compañía de participar en los gobiernos petistas, en São Paulo y a nivel nacional. Lo máximo que consiguieron estas corrientes fue posponer el debate para un futuro próximo, sumando sus votos a la resolución presentada por la mayoría, en contra de la oposición, la única que se opone decididamente a la formación de gobiernos burgueses. No se hizo ni una sola denuncia de la política liquidadora. ¿Los dirigentes del Campo de la Semente ocultan a sus bases lo que votan a puerta cerrada? ¿Están las bases de estas corrientes de acuerdo con sus direcciones? La prioridad de estas tendencias era defender apasionadamente la salida con Lula-Alckmin y nada más que eso.
- Los compañeros del MES, con una política vacilante, favorecieron la dirección mayoritaria defendiendo la Federación con REDE, parte del proyecto de refundación del PSOL. No cabe duda de que la REDE es una carta más utilizada y financiada por la burguesía. Además de la federación, no lanzaron su peso en la campaña para su propia candidatura con Glauber, y muy poco después del resultado de la Conferencia Electoral, decidieron llamar a un «voto crítico» para Lula-Alckmin – Fortalecer siguió el mismo camino. Lamentablemente, los compañeros no pueden desafiar la estructura del PSOL porque eso significa desafiar su propia dependencia material.
- En este momento de crisis, el PSTU, la UP, el PCB y la izquierda del PSOL tienen la responsabilidad, para disputar a un sector de la vanguardia que salió a las calles para el «Fora Bolsonaro», de construir un programa unitario que exprese la radicalidad y la necesidad de sacar a Bolsonaro y apuntar a una alternativa clasista y socialista a la crisis. Para que la clase trabajadora y los pobres puedan gobernar. En este sentido, la autoproclamada política de autoconstrucción sólo sirve para desencantar a la vanguardia y arrojarla al regazo del frenteamplismo. En este sentido, estuvimos en la defensa del Frente de Izquierda Socialista en estas elecciones, colocando a disposición la precandidatura de Glauber Braga.
- Alternativa Socialista, corriente del PSOL, no participará en la campaña frenteamplista por Lula-Alckmin. Seguiremos con nuestro propio programa y en defensa de una alternativa de clase y socialista. Afirmamos que la derrota definitiva de Bolsonaro y del bolsonarismo no se logrará mediante un pacto con la derecha tradicional, como predica la izquierda del regimen y, lamentablemente, acepta el PSOL. Para hacer frente a la extrema derecha, necesitamos una alternativa con independencia de clase y que presente una salida real para el pueblo trabajador y pobre. Seguiremos apostando y militando por la construcción de esta herramienta, incluso con el PSOL dando grandes pasos en la dirección contraria.