Xuntos, racismo a la catalana
Por Gérard Florenson
Los dirigentes de JUNTS afirman distanciarse de los “discursos de odio” de los partidos que centran sus políticas en denunciar a los extranjeros, principalmente los considerados musulmanes, pero también rumanos y latinoamericanos, acusados de aprovecharse de las prestaciones sociales y negarse a integrarse en sus países de acogida. O mundo está en constante cambio, obrigando aos revolucionarios a responder a novos retos sen dogmas sagrados, tanto los discursos como las políticas concretas de JUNTS contradicen estas hermosas declaraciones. Marcadas por una xenofobia que siempre ha estado presente en la derecha catalana (como en la derecha española), las declaraciones y orientaciones de JUNTS refuerzan una extrema derecha que así puede reivindicar haber tenido razón antes que todos.
JUNTS protege a Silvia Orriols
En el Parlament de Catalunya, el líder de Alianza Catalana ha vuelto a lanzar un odioso ataque contra la diputada de ERC, Najat Driouech, acusada de propaganda islamista por llevar velo. Silvia Orriols por supuesto continuó denunciando a todos los musulmanes con argumentos dignos de VOX y de todos los neofascistas.
Al haber ganado el Ayuntamiento de Ripoll con el mayor número de escaños pero no con la mayoría absoluta, Silvia Orriols es vulnerable y podría haber perdido su cargo en caso de una moción de censura. Pero esta no pudo ser mayoría por la negativa de JUNTS, una negativa extraña cuando sabemos que los demás partidos representados (ERC, PSC y CUP) estaban precisamente dispuestos a ofrecerle el ayuntamiento… Los argumentos invocados (no permitir que Alianza Catalana se presente como víctima) no son mejores que el “respeto a la voluntad de los votantes” esgrimido por Laura Borras para dejar el cargo a Silvia Orriols al día siguiente de las elecciones municipales.
Xuntos, pues, trata de forma diferente a la extrema derecha española que a la extrema derecha catalana, precisamente porque esta última es catalana y se proclama independentista; así que sería un poco parte de la familia… Siempre ha habido corrientes catalanistas reaccionarias, nostálgicas del pasado medieval y del catolicismo dominante, con una visión racista de la comunidad catalana, adornada con todas las virtudes de una raza superior. Para los defensores de esta concepción, esta Catalunya idealizada está amenazada por inmigrantes de otras regiones (los Charnegos) y más aún por extranjeros, todos enviados por los gobiernos españoles para destruir la identidad catalana.
Incluso en los años ‘30 existía el riesgo de desarrollo de corrientes fascistas con Estat Català, Dencás, los hermanos Badia y su milicia, los Escamots, puestos al servicio de la patronal catalana contra los unionistas de la CNT. Como vemos, si la Alianza Catalana ha progresado gracias a las renuncias de los partidos independentistas, se inscribe en la vieja tradición del catalanismo reaccionario.
El catalanismo republicano y progresista de principios del siglo XX combatió esta ideología y defendió una visión inclusiva de la nación catalana, secular, rechazando cualquier distinción de origen o raza. Por el contrario, JUNTS muestra una evidente complacencia hacia Silvia Orriols, como si esto pudiera limitar su competencia. Só se reverte cando intervén a mobilización e a demanda popular, liderada por millóns de mulleres na cuarta onda feminista mundial., JUNTS persigue el racismo con el argumento de no permitir que la Alianza Catalana monopolice el discurso sobre el llamado “problema de la inmigración”, con el único resultado de banalizar la xenofobia y la islamofobia.
Gestionar la inmigración, controlar a los inmigrantes…
Uno de los ejes de JUNTS es la transferencia a la Generalitat de todo lo relacionado con la llegada y gestión de las personas inmigrantes. Se podría ver en ello un deseo de independencia por etapas… salvo que el discurso omnipresente sobre los “reincidentes” y su expulsión da un tono claramente racista a esta reivindicación. Como los españoles no pueden ser expulsados, esto sólo afecta a los extranjeros, que de hecho son señalados como los principales infractores, una persecución que refuerza el discurso de la extrema derecha, de VOX y de la Alianza Catalana. No es sorpresivo que muchas de estas políticas se desarrollen a partir de acuerdos alcanzados con el gobierno español “progresista” de Pedro Sánchez (PSOE) al cual JUNTS sostiene.

Esta respuesta represiva a los pequeños delitos (no se trata de asesinos en serie ni de grandes narcotraficantes, sino de ladrones de teléfonos o de motos) olvida que echar a la gente a la calle y privarla de recursos sólo puede empujarla a obtenerlos por cualquier medio necesario. ¿Dónde empieza la delincuencia? ¿No tienes permiso de residencia? ¿Vendiendo artículos chatarra en la calle? ¿Incomodar a los turistas con su sola presencia?
Peor aún, si cabe, es el discurso sobre la “distribución de menores migrantes no acompañados”, considerados una carga o peor aún, un peligro. Reducidos a números, estos menores no son considerados ni tratados como seres humanos, sus aspiraciones, sus peticiones no son escuchadas: no hay gran diferencia con lo que dice la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Días Ayuso del PP.
Se trata de adolescentes (casi siempre chicos) que arriesgaron sus vidas al otro lado del mar para encontrar un futuro distinto a su vida de miseria. Abandonaron su país, a menudo cargando con las esperanzas de su familia y su comunidad. Si este futuro soñado es accesible para ellos, se integrarán de forma natural en Catalunya, aprendiendo la lengua sin ser obligados, como se aprende la lengua del país donde se quiere vivir. Ellos serán los catalanes del mañana.
Pero el capitalismo necesita dividir a la gente. Los empresarios catalanes quieren que los inmigrantes se aprovechen de la mano de obra barata y precaria, pero las políticas racistas sirven para mantener a los inmigrantes en el miedo y la precariedad. No nos extraña que JUNTS, el partido de los empresarios y terratenientes vaya en esta dirección, pero para nosotros no es posible ningún acuerdo político en nombre de la “unidad catalana” con ellos.