Estado español: Un abejorro, un aborto y un despido
Una trabajadora migrante sufre un aborto producto de una picadura en plena jornada laboral y es despedida al día siguiente. El caso, lejos de ser una excepción, vuelve a evidenciar cómo el racismo, el machismo y la precariedad estructural siguen marcando la vida de las jornaleras del campo andaluz.
La violencia estructural contra las jornaleras migrantes sigue impune
El pasado jueves, después de tres años de haber sucedido, tomó estado público el testimonio de una trabajadora migrante que, tras ser picada por un abejorro mientras trabajaba en los invernaderos de Almería, sufrió un aborto espontáneo y al día siguiente fue despedida.
Este hecho, lejos de ser aislado, evidencia una vez más las condiciones de desprotección que sufren miles de jornaleras en el Estado español en su carácter de explotadas y oprimidas por ser mujeres e inmigrantes.
Un sistema que desprecia la vida
Según relató la trabajadora, tras la picadura pidió atención médica. Su encargada le respondió: “esto no es para tanto”. Horas más tarde, sola y sangrando, perdió a su bebé. La respuesta de la empresa fue clara: despedirla.
Ni asistencia médica, ni baja, ni indemnización. Sólo abandono. Sólo castigo por mostrarse vulnerable.
Una denuncia que no es nueva
Desde SOL hemos denunciado reiteradamente esta indignante realidad: condiciones laborales indignas, contratos irregulares, presiones para ocultar embarazos, violencia de género, racismo y miedo a denunciar.
A ello se suman los testimonios recogidos por distintos medios de comunicación masiva. En ellos las propias jornaleras migrantes expusieron cómo los grandes patrones hacen todo lo posible por invisibilizar la explotación diaria que ellas sufren, muchas veces sin contrato ni papeles.
Racismo, machismo y explotación en la raíz del modelo productivo
Este último episodio refleja cómo se cruzan el racismo, el machismo y la lógica extractivista de la agroindustria española. Los cuerpos de las mujeres migrantes son tratados como piezas descartables: cuando enferman, cuando están embarazadas, cuando reclaman, sobran.
No hablamos de excepciones. Hablamos de un modelo productivo que se alimenta de esta violencia estructural.
Decimos alto y claro
- Exigimos que se investigue y sancione a la empresa implicada.
- Exigimos garantías laborales y sanitarias para todas las trabajadoras del campo, sin importar su nacionalidad o situación administrativa.
- Exigimos que las voces de las jornaleras sean escuchadas y tenidas en cuenta en el debate público sobre el campo y sus condiciones.
Porque nuestra lucha es feminista, anticapitalista y por la vida digna
Desde SOL y Juntas y a la Izquierda – Estado español, consideramos que la opresión que viven las jornaleras es la base misma del capitalismo patriarcal que necesita explotar los cuerpos de las mujeres, especialmente si son migrantes, pobres y racializadas.
Defendemos un modelo de producción que no se sostenga sobre el sufrimiento de quienes trabajan la tierra. Reivindicamos la dignidad de las mujeres trabajadoras, su derecho a decidir sobre sus cuerpos, su salud y sus vidas. Y luchamos por un campo libre de racismo, machismo y precariedad.
Porque no queremos ser engranajes de este sistema que nos excluye y nos mata. Queremos justicia. Queremos igualdad. Y eso solo puede lograrse con la movilización unida de la clase trabajadora, con mujeres, obrer@s y migrantes, para que el patriarcado y el capitalismo caigan juntos y para que el socialismo se imponga sobre la barbarie capitalista.
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