Apoyemos a los trabajadores de Nissan

Por trabajo y plenos derechos laborales: nacionalización y control obrero.

Durante el año 2019 la multinacional japonesa redujo la producción en sus fábricas del Estado español y presentó planes de recorte. Supuestamente, fue para “mejorar la competitividad”, realmente fue para iniciar el desmantelamiento. A mediados de marzo de 2020, la empresa informó que tenía pérdidas económicas por la crisis del Coronavirus, cesó las actividades por el confinamiento y pasó a los trabajadores al Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Posteriormente, la patronal decidió que los empleados retornaran a sus puestos en la fábrica con el objetivo de terminar el ensamble de las pick-up encargadas por Mercedes-Benz y volvieran al cese de actividades “hasta nuevo aviso”.

Al no llegar la notificación para la producción de la nueva furgoneta eléctrica Nissan E-NV200, los trabajadores percibieron la maniobra y la posibilidad de quedarse sin empleo. Por eso, el comité de empresa, integrado por CC.OO., UGT, USOC y CGT, llamó a la huelga contra el cierre, por tiempo indefinido a partir del 4 de mayo. Entre las acciones de lucha, se incluyen medidas para garantizar que no se lleven las máquinas. Lo primero es expresar la solidaridad con las medidas de lucha adoptadas, como lo ha hecho la CUP, con comunicados y la presencia del diputado Vidal Aragonés en la puerta de la fábrica. Es necesario que todas las centrales sindicales llamen a un plan de lucha automotriz, con asambleas, ocupaciones y otras acciones, apelando a realizar una gran campaña de apoyo sindical, político y social.

Cada lucha que se gane será un paso adelante para que la crisis la paguen los ricos, los patrones y los banqueros, no el pueblo trabajador.

Con la excusa de la huelga, han amenazado con aplicar nuevos ERTE. Es el mecanismo preferido de las patronales, acordado con CC.OO. y UGT, ya que les permite socializar las pérdidas, mientras siguen acaparando las ganancias, avalados por las centrales sindicales mayoritarias. El poder otorga legalidad a esta infamia, tanto desde el gobierno español como desde la Generalitat de Catalunya. Las decisiones de la «coalición progresista» PSOE-Unidas Podemos son fundamentalmente, para garantizar las ganancias empresariales. El mismo criterio que defienden el PP, Cs, Vox y los defensores del régimen.

Mientras se desarrolla la crisis sanitaria, económica y social detonada por el Covid-19, el gobierno español y otros sectores llaman a la “unidad nacional” con los explotadores, a que lxs trabajadorxs se esfuercen más y acepten los ajustes que fueran «necesarios». No hay que caer en esa trampa. Existe otro camino que comienza por recuperar plena e inmediatamente los derechos de expresión y movilización. Los reclamos obreros requieren de una agenda común: no al cierre de las fuentes de trabajo, no a las suspensiones, los despidos y las rebajas salariales; derogación de las reformas laborales, plenos derechos sindicales, democráticos y sociales.

¿Nissan Barcelona tiene pérdidas? Que abran los libros contables, se verá que se han llenado los bolsillos durante años, acumulando ganancias millonarias y les sobra margen financiero. ¿Pretenden una reapertura parcial, ajustando a la plantilla por algún negociado global con Renault? Es posible. Lo seguro es que pueden quedar en la calle 3.000 trabajadores y verse seriamente afectados otros 25.000 que desarrollan su actividad en empresas externas.

No se puede depositar ni un gramo de confianza en los que manejan Nissan, hace falta la nacionalización de la empresa bajo control obrero de la producción y la administración. En los centros laborales de distintos países crecen la bronca y las protestas ante las consecuencias del desastre económico. Cada lucha que se gane será un paso adelante para que la crisis la paguen los ricos, los patrones y los banqueros, no el pueblo trabajador. Por eso ¡Si ganan los trabajadores de Nissan, ganamos todos!