Declaración a un año del nuevo genocidio israelí
Ningún Estado sionista en Palestina. Frenemos la invasión al Libano. Fuera EE.UU. de Medio Oriente. Por una Palestina única, democrática, laica y socialista.
1. El 7 de octubre se cumple un año desde que Hamas invadió defensas fronterizas en el sur de Israel, atacó objetivos militares, tomó rehenes -en su mayoría civiles- y regresó a sus bases. La operación tomó por sorpresa a Israel, derribó el mito de su invulnerabilidad y paralizó el proceso de “normalización” de sus relaciones con los Estados árabes cómplices patrocinado por el imperialismo norteamericano. El dolor por la muerte y el maltrato de civiles desarmados no puede ocultar que el responsable esencial de la violencia es el Estado sionista y colonialista, que comete limpieza étnica y genocidio contra el pueblo palestino desde el fin de la primera guerra mundial, en 1918, bajo la protección del imperialismo británico, con un salto dramático cuando se fundó el Estado de Israel en 1948, hace 76 años.
2. En represalia por la acción de Hamas, las Fuerzas de Defensa de Israel relanzaron una guerra brutal contra Palestina, sobre todo en la Franja de Gaza. Los bombardeos sin tregua a viviendas, hospitales, escuelas, panaderías y campos de refugiados; el corte del suministro de agua, luz e internet; y el bloqueo a la ayuda humanitaria y sanitaria internacional han causado hasta ahora más de 200.000 personas palestinas muertas, 41.000 de ellas por las balas y las bombas, decenas de miles más por malnutrición y falta de medicamentos -mayormente mujeres y niños-, unas 10.000 bajo los escombros, 95.000 heridas, cerca de dos millones desplazadas y la destrucción de toda la infraestructura básica. A esta masacre se suman los ataques de tropas y colonos sionistas contra los residentes palestinos en Cisjordania ocupada.
3. En la última semana, el Estado de Israel multiplicó sus ataques al Líbano. Primero hizo detonar miles de dispositivos buscapersonas y luego desató bombardeos sobre población civil del sur, abriendo así la posibilidad de una escalada bélica en todo Medio Oriente. Es el mayor ataque a ese país desde la ocupación sionista de 1982, que ahora Israel intenta repetir. El asesinato de Nasrallah y la invasion del sur del Libano esta transformándose en una guerra total contra Hisbolá y todo el pueblo libanés. A la vez, a raíz del colapso económico libanés la capacidad de los hospitales e instituciones de ayuda humanitaria se agota.
4. Durante el año transcurrido, los ataques y operaciones armadas de Israel alcanzan también a Siria, Yemen e Irán, siempre con el sostén económico, político y militar de EE.UU., el imperialismo occidental y sus gobiernos. Israel también cuenta con la complicidad explícita o implícita de los nuevos imperialismos de Rusia y China y de la mayoría de los gobiernos capitalistas de los países árabes. Más allá de su retórica anti-Israel, el régimen reaccionario y teocrático iraní no ha respaldado en los hechos a la resistencia palestina acorde sus expectativas. A su vez, la mayor amenaza contra la posibilidad de una paz genuina en la región es la opresión sionista-imperialista.
5. Pese a la enorme disparidad de fuerzas y las matanzas, Israel aún no logra doblegar la resistencia palestina, desarticular a Hamas ni recuperar a los rehenes. A la vez, en los principales países imperialistas, el mundo árabe y a nivel global, con la juventud como vanguardia, hay manifestaciones masivas, acampes y otras acciones solidarias con Palestina y de boicot a los intereses sionistas que desenmascaran el rol criminal de Israel. Los activistas desafían la represión y persecución de los gobiernos cómplices. Este repudio creciente ha presionado a la Corte Penal Internacional y a organismos de la ONU a dictar resoluciones de condena a Israel, exigir alto el fuego, que llegue ayuda humanitaria y cese la ocupación de nuevos territorios. Pero se limitan a declaraciones formales, sin sanciones efectivas. La única herramienta decisiva para vencer sigue siendo la resistencia palestina y la solidaridad activa de los pueblos árabes y de todo el mundo.
6. El gobierno ultraderechista de Netanyahu, el Likud y los partidos religiosos profundiza su ofensiva antipalestina de neto carácter pogromista. Las protestas en Israel critican al gobierno y le reclaman negociar el intercambio de prisioneros con Hamas, pero sostienen la dominación sionista. Y los sectores progresistas anti-ocupación son muy minoritarios. Por otra parte, la Autoridad Palestina de Abbas y la OLP en Cisjordania cumple un rol de colaboración más o menos abierta con Israel. Y en cuanto a Hamas, Hezbolá y demás direcciones nacionalistas burguesas y yihadistas, su proyecto político es un Estado palestino capitalista y fundamentalista islámico al estilo de Irán, lo que consideramos reaccionario y autoritario. De dicha estrategia nos separan diferencias irreconciliables, por lo que alentamos la construcción de una nueva dirección palestina revolucionaria, socialista e internacionalista.
7. No obstante tales diferencias de fondo, es incondicional nuestro apoyo a la causa del pueblo palestino por su liberación y autodeterminación, a su derecho a defenderse por todos los medios a su alcance, y a retornar y recuperar sus hogares y tierras usurpadas. Llamamos a la juventud, los trabajadores y los pueblos; a las organizaciones de derechos humanos y populares, a los activistas árabes y judíos antisionistas de EE.UU., Europa, Medio Oriente, el Magreb y todo el mundo a redoblar la movilización en repudio al Estado de Israel y en apoyo a Palestina. La primera tarea de los socialistas revolucionarios es impulsar la mayor unidad de acción posible contra el genocidio sionista y en solidaridad con el pueblo palestino. Apoyo que extendemos al pueblo libanes, hoy atacado impunemente por Israel.
8. No hubo, hay ni habrá ninguna paz justa y duradera en Medio Oriente mientras persista la opresión del Estado sionista, teocrático y terrorista de Israel, enclavado artificialmente como gendarme pro-imperialista de los pueblos árabes. Tampoco con la fracasada política de dos Estados que intentan recrear el imperialismo y sus aliados ni con un Estado palestino capitalista e islamista. Para cumplir un rol progresivo, la clase trabajadora y la juventud israelíes deberían romper con el sionismo, rechazar su guerra y apoyar la causa palestina. La paz sólo será posible con la derrota definitiva del Estado israelí opresor y su reemplazo por una Palestina única, laica, democrática y socialista en el marco de una revolución socialista regional.
9. Las organizaciones abajo firmantes proponemos:
La más amplia movilización internacional en defensa y solidaridad con el pueblo palestino contra el apartheid y el genocidio sionistas. Solidaridad con el pueblo de Líbano ante la agresión de Israel.
- Inmediato alto el fuego y el fin del ataque israelí en Gaza, Cisjordania, Líbano y Siria. Fuera los colonos y tropas sionistas de Gaza y Cisjordania.
- Exigir a los gobiernos la ruptura de relaciones diplomáticas, económicas, académicas y militares con Israel. Apoyo a la campaña BDS: boicot, desinversión, sanciones.
- Libertad a todos los detenidos palestinos en Israel. Derecho al retorno de los refugiados palestinos y a recuperar sus tierras y viviendas. Plena igualdad de derechos.
- Por la destrucción del Estado sionista. Por una Palestina única, laica, democrática y socialista del río al mar, donde convivan en paz todos los pueblos.
- Abajo las monarquías y gobiernos capitalistas árabes, socios del sionismo y el imperialismo. Por una federación de repúblicas socialistas de Medio Oriente.
- ¡Fuera EEUU y todos los imperialistas de Medio Oriente!
Liga Internacional Socialista (LIS)
Liga por la Quinta Internacional (L5I)
Oposición Trotskista Internacional (OTI)