Argentina: el FIT Unidad, los resultados logrados y el futuro de la unidad de la izquierda
Pasaron las elecciones, vamos a un cambio de gobierno y hacia el país que viene la izquierda anticapitalista y socialista tiene una gran responsabilidad. Los resultados electorales fueron modestos para la izquierda y muestran dificultades objetivas de la coyuntura y también problemas políticos al interior de la izquierda que se deben corregir. ¿Cuáles son? ¿Cómo hacemos para mejorar la ubicación de la izquierda? ¿Qué cambios hacen falta? ¿Qué rol puede jugar hacia adelante esta gran unidad lograda? Dejamos como aporte en 5 puntos, el análisis y las propuestas del MST.
El triunfo electoral del PJ abre las puertas a un nuevo país, que tendrá muchos aspectos de continuidad y también algunos cambios en la forma de llevar adelante un plan de ajuste y un nuevo acuerdo con el FMI. Desde la izquierda revolucionaria creemos que las soluciones profundas que necesitamos millones de trabajadores, el movimiento feminista-disidente y la juventud no se lograrán con este nuevo gobierno. Ya que no hay forma de lograr cambios estructurales y cualitativos sin romper con todo el andamiaje político, económico y social de este régimen y sistema capitalista decadente. Y lejos de esto, el gobierno de Fernández se encamina a un intento de pacto social con las patronales y la burocracia sindical para contener los reclamos obreros y populares, mientras profundiza el modelo de entrega, represión y desastre ambiental con Vaca Muerta, la megaminería y los agronegocios, avalando a la vez el fraude de la deuda externa. Vamos hacia ese país, en un contexto de rebeliones populares en diversos países que muestran como un espejo, lo que viene. Argentina no será ajena a esos procesos y convulsiones sociales. Las elecciones del domingo tuvieron ese horizonte como marco
1.Una coyuntura de polarización y voto castigo
Está muy claro que la coyuntura política que se vivió en las últimas semanas previas al 27O, concentró con mucha fuerza un enorme voto castigo al gobierno que demostró el hartazgo de millones con el plan de ajuste del FMI, combinado con una fuerte polarización producto del impulso que el gobierno le imprimió a su campaña el último mes donde se jugó entero a mejorar lo más posible logrando una remontada. Estas dos cuestiones, sumados al accionar de los grandes medios de comunicación, llevaron a que el 90% de la población optara entre una de las dos propuestas, como si las elecciones generales fueran de hecho una especie de balotaje.
Es evidente que estas razones objetivas perjudicaron al resto de las cuatro listas, no es casual que todas hayan retrocedido desde las PASO a las generales en la categoría presidencial. Y lógicamente, desde la izquierda no fuimos ajenos a este retroceso y pagamos también las consecuencias de una elección muy polarizada. Es indudable que el contexto de estas elecciones no fue el más conveniente para fuerzas como la nuestra que se plantean dar vuelta todo, cuando una mayoría opta por el “voto castigo” y el mal menor, para terminar con un presente de crisis y desastre económico y social. Nuestra elección estuvo, sobre el final, muy condicionada por el peso de esta realidad.
2. Los resultados del FIT Unidad
Es en este contexto dificultoso que tenemos que saber valorar que cerca de 600.000 trabajadorxs y jóvenes nos hayan apoyado con su voto a la fórmula presidencial y alrededor de 800.000 en cargos legislativos. Son la expresión concreta de una importante franja que resistió la polarización y conscientemente ve en la izquierda una verdadera propuesta de cambio. Es una base electoral que se redujo en relación a años pasados pero que a la vez hay que apreciar y defender, como un punto de apoyo de importancia para pensar hacia adelante como superar estos niveles de apoyo, llegando a nuevas e importantes franjas hoy ganadas por el malmenorismo. Que la unidad de la izquierda sea la cuarta fuerza nacional es también una realidad de la cual partir hacia nuevos objetivos.
Con estos resultados desde la izquierda no se consiguen diputados nacionales en ninguna provincia, lo cual es un hecho negativo, al no poder ingresar nuevas bancas al Congreso. Sí se logró conquistar una banca de legisladora en la Ciudad de Buenos Aires que será compartida por rotación por todas las fuerzas del FIT Unidad. Como saldo total de un año de muchas elecciones, desde la izquierda se consiguieron dos diputados provinciales en Neuquén y un concejal, dos diputados provinciales en Córdoba y un concejal, una diputada de la Ciudad en CABA y vamos ahora a las elecciones provinciales de Salta a intentar obtener una banca provincial y concejal por la Capital, una pelea difícil pero todavía abierta. Siendo conquistas inferiores en cantidad a lo logrado en las últimas elecciones, igualmente las valoramos y las ponemos a disposición de las luchas que vienen. En el caso del MST resaltando que en Córdoba obtuvimos yendo solos, previo a la constitución del FIT Unidad, una banca que nuestra compañera Luciana Echevarría asume por cuatro años el próximo diciembre.
3. Algunos debates
Así como no pueden negarse las importantes causas objetivas que marcaron esta elección y el retroceso electoral de la izquierda, también es evidente que hay causas políticas, de errores de arrastre y actuales que no se pueden minimizar ni esconder, hay responsabilidades propias en el campo de la izquierda y tenemos que debatirlas con toda franqueza y profundidad.
Sobre este tema y como ya habíamos planteado públicamente al inicio de las PASO, creemos que el FIT tardó mucho tiempo en decidirse a ampliar la unidad de la izquierda que era un reclamo y necesidad de hace mucho tiempo, y terminamos conformando el FIT-U al límite de la presentación de alianzas y tras haber ido divididos en muchos provincias los meses previos.
No vemos este problema solo este año previo a nuestra inclusión, sino fundamentalmente como una equivocada dinámica anterior; tras las mejores elecciones del FIT, cuando más responsabilidad y oportunidad tenía en su pico de salto electoral, nunca tuvo una política para ir por más unidad, para ampliar democráticamente, para abrir y dar respuestas a las expectativas alcanzadas y no decepcionar. Se cerró a esa necesidad de mayor unidad durante varios años mientras se sacaban resultados muy buenos en provincias como Buenos Aires, Salta, Jujuy o Mendoza y no hubo desde esa ubicación una política audaz para aglutinar ampliamente a toda la izquierda y responder mejor a esa oportunidad, así se fue perdiendo el mejor momento.
Cuando se decidió abrir la posibilidad de una ampliación, el FIT venía ya con retroceso en varias elecciones provinciales de este año como se manifestó en Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Jujuy entre otras, por lo cual la conformación del FIT Unidad fue muy correcta pero a la vez tardía y defensiva. Aun ampliando la unidad este año, tanto en el armado de listas como en la propia campaña se mantuvieron equivocadas posturas hegemonistas, de poca apertura a integrar realmente nuevas referencias en lugares visibles y protagónicas, pretendiendo además que todo acto tenga que pasar por el tamiz de quienes encabezan y quienes no una lista, un criterio equivocado y electoralista, que no contribuye en nada a aprovechar en toda su dimensión la fuerza real de cada organización del frente.
Además hubo durante la campaña, en el marco de una política en general muy correcta, errores políticos como no intervenir audazmente en la crisis política tras las PASO y tener esos días decisivos, desde algunas fuerzas del FIT-U, respuestas más sindicalistas que políticas. También hubo déficit en cómo denunciar con más fuerza al candidato Fernández. Vimos por momentos una negativa a criticarlo con mayor dureza de cara a lo que venía, como si así se dialogara mejor con sus bases, cuando para defender el voto de la izquierda lo mejor era clarificar a fondo el carácter del futuro gobierno. En varias ocasiones, en particular el PTS, eligió criticar más colateralmente a Massa y los gobernadores, como si con eso alcanzara. Que una parte de nuestros votantes hayan ido finalmente a Fernández reafirma lo importante de haber sido más enfáticos en su denuncia.
4. El rol negativo de quienes dividen
Párrafo aparte merecen las fuerzas que desde la izquierda han trabajado todo el año para dividir en lugar de ponerse a disposición de contribuir a una gran unidad, nos referimos en particular al Nuevo MAS de Castañeira y a Zamora. Hacia la segunda etapa de la campaña también la Tendencia de PO fue adoptando una posición hostil y nada constructiva. Estas fuerzas más bien han dejado ver con notoriedad su deseo de ver malos resultados en el FIT Unidad.
El Nuevo MAS le dio la espalda al reclamo de unidad de la izquierda y privilegió su figuración mediática, aunque quedó muy lejos de poder superar las PASO. Y hacia las elecciones generales profundizó su marcado sectarismo funcional a los partidos del régimen; no hizo nada en apoyo a las candidaturas del FIT-U y encima, tras haber dicho en su campaña que lo esencial era la candidatura de una mujer, se “olvidó” rápidamente de ese postulado y en CABA decidió apoyar al mismo nivel al FIT-U y a Zamora, cuando sabía perfectamente que así debilitaba la posibilidad de que una compañera, Myriam Bregman, fuera electa diputada. El Nuevo MAS trabajó conscientemente para que no hubiera una nueva diputación de izquierda. Hasta ahí llega el desastre de una política divisionista.
De Zamora solo podemos agregar que paga con una muy mala elección su divisionismo y personalismo de todos estos años. Quedó muy por debajo de elecciones anteriores tras rechazar una vez más sumarse a la unidad de la izquierda. Lamentablemente ese divisionismo por la vía de los hechos ayudó a que la última banca en vez de la izquierda hoy se la lleve el PRO.
En el caso de la Tendencia de PO que sí integró en algunos lugares las listas del FIT-U, en el marco de su pelea política interna se fue alejando cada vez más del frente hasta terminar no fiscalizando ni haciendo nada en la campaña. Y a través de sus principales figuras utilizó su presencia en los medios y la elaboración de artículos centralmente para criticar al FIT-Unidad. No ha hecho ningún aporte positivo a este frente del cual, dado su balance público, parece alejarse.
5. Nuestras propuestas para que la izquierda avance
Cuando decidimos conformar el FIT Unidad, como lo hemos dicho en su momento, lo hicimos convencidos de aportar a una nueva y gran unidad de la izquierda, aun sabiendo que se nos ofrecía ubicaciones injustas e irreales de acuerdo a la relación de fuerza entre los partidos que integrábamos el frente. Precisamente porque no tenemos una estrategia electoralista decidimos aceptar igual, para dar la posibilidad de hacer una experiencia común frente a la vanguardia y el activismo de izquierda y que esto sentara las bases de una unidad superior y mejor a futuro. Así contribuimos a la alegría que el anuncio de la constitución del frente motivo en miles de simpatizante de izquierda.
Ahora comienza otra etapa distinta a la cual también queremos aportar. Somos orgullosas y orgullosos militantes por la unidad de la izquierda y por lo tanto, a la vez que construimos nuestro partido revolucionario, la impulsamos y defendemos como una necesidad política frente a todos los partidos e instituciones del sistema. De ahí que todas las propuestas y críticas que hacemos están puestas en función de mejorar la situación del FIT Unidad y de superar este momento positivamente a futuro.
Partimos para eso de una definición central; si se sigue actuando igual no habrá resultados distintos sino más retroceso. Por eso es necesario, partiendo de lo positivo de esta unidad, también cambiar hacia adelante todo lo que deba ser cambiado, como única forma de fortalecerla. En este sentido dejamos una serie de ideas y propuestas.
En primer lugar vemos muy importante que el FIT Unidad se mantenga activo y responda a la nueva situación que se abre en el país y en Latinoamérica. La actividad común realizada durante la campaña debería extenderse hacia el apoyo a las luchas en curso, al impulso común del sindicalismo combativo, hacia listas unitarias en nuevas elecciones sindicales o estudiantiles, hacia el movimiento feminista y disidente, y con nuevas acciones en apoyo a la lucha del pueblo chileno y otros países del mundo.
Proponemos comenzar a superar el limitado estadio de acuerdo electoral para que se haga realidad la necesidad de un frente político permanente de unidad de la izquierda en la intervención en la lucha de clases y frente a todo debate político nacional. Porque en el fondo no se trata tan solo de ver si logramos un poco más o menos de representación parlamentaria lo cual desde ya es importante; se trata de ver, estratégicamente, si vamos a ser capaces de colocar a la izquierda revolucionaria como alternativa de poder frente a millones, en un contexto internacional de crisis capitalista, auge de las luchas y polarización social. Ese proyecto tenemos que llevar adelante.
Hacia adelante, sobre esta base de intervención y en el marco político y programático tan importante que tiene el frente, creemos indispensable un funcionamiento más acorde a la realidad de los partidos integrantes y no de acuerdo a resultados electorales pasados. Un funcionamiento plenamente democrático, de acuerdo y consenso y con debate fraternal y paciente de los matices o diferencias que existen.
Mientras actuamos en la realidad, queda un debate abierto sobre qué tipo de acuerdos lograr en próximas elecciones. Para nosotros esos futuros acuerdos tienen que permitir a fondo la real integración de cada fuerza, sea por acuerdos alcanzados o por mecanismos democráticos como internas o alguna otra variante que garantice la participación activa y a fondo de todas las fuerzas y referencias políticas. No van más ni las relaciones de fuerza irreales, ni las candidaturas inamovibles. Tiene que haber plena libertad para que toda organización sea realmente protagonista y así haga su aporte al frente común, como parte de la renovación y la diversidad necesaria que suma visiones y más fuerza política.
También hay que tener una política para nuevos sectores que quieran ser parte. Hemos recibido el apoyo de intelectuales, artistas, ambientalistas, dirigentes sindicales, movimientos sociales y algunos grupos de izquierda y populares. Si queremos avanzar también hay que pensar en una futuro inclusión de estas referencias y que las mismas sientan que en el FIT Unidad hay un lugar donde pueden realmente ser parte, aportar y construir, y no tan solo apoyar con su voto o su firma.
El gran desafío de esta importante unidad alcanzada entre compañeras y compañeros del PTS, ONDOREN, IS y nuestro MST, es superarse, mejorarse, aprender de todos los aciertos y errores. Tener una visión positiva y a la vez crítica de todo lo que haga falta. No cerrar los ojos ante los problemas ni seguir como si nada hubiera pasado, sino apostar a cambiar en lo que sea necesario para fortalecer la unidad de la izquierda anticapitalista y socialista sobre nuevas bases de trabajo común y manteniendo la misma estrategia política hacia el gobierno de los trabajadores y el socialismo, enfrentando a todas las variantes políticas del sistema capitalista.
En lo inmediato proponemos la convocatoria a una reunión de la Mesa Nacional del FIT Unidad para intercambiar análisis y propuestas, elaborar una nueva declaración política común para difundir con fuerza entre las y los trabajadores y la juventud, y comenzar nuestra intervención común en la nueva etapa política que se abre donde el FIT Unidad estará a prueba.
Sergio Garcia