Pasos en el camino de la liberación feminista

La lucha impone fallos favorables. Pero, el final de la opresión sólo llegará con la caída del patriarcado y el capitalismo.  A lo largo de la historia, las mujeres fuimos conquistando diferentes derechos que tienen que ser defendidos en la actualidad, así el movimiento feminista se ha ido abriendo camino y, objetivamente, rompiendo con el capitalismo, un sistema caduco. A pesar de los distintos avances y reconocimientos jurídicos, la tarea hoy en día está inacabada.
Dentro de un sistema jurídico impregnado por principios patriarcales, y que responde a una misma estructura que nos afecta a todas, como trabajadoras y también como mujeres, la doble opresión está presente.

A pesar de esto, los avances gracias al movimiento feminista dentro del poder judicial también están presentes. Hace pocos días un centenar de catedráticos y profesores de universidades de toda España protestaron por la exclusión de mujeres en el Tribunal Supremo, y denunciaron la política de desigualdad del Consejo General del Poder Judicial a la hora de elegir magistrados y magistradas de la cúpula judicial.

…un sistema jurídico impregnado por principios patriarcales…

Sumamos una sentencia del Tribunal Supremo, por la cual se inhabilita durante 10 años, la patria potestad a un hombre que está condenado por homicidio en grado de tentativa, por intentar matar a su exmujer delante de sus dos hijos. Pero es necesario hacer una aclaración, y como todo dentro de la lucha de las mujeres, el camino que se ha seguido hasta llegar a esa importante sentencia no ha sido un “camino de rosas”. Es la sala segunda del Tribunal Supremo la que recoge dicho fallo, pero se han tenido que pasar tres instancias hasta acordar esa pena de inhabilitación de patria potestad tras un recurso por parte de la Fiscalía, antes, la Audiencia Provincial de Palencia dictaminó solamente una orden de alejamiento temporal.

Además, en este caso concreto, y en muchos otros, se pone en riesgo la vida de la mujer, así como la de los hijos, porque precisamente esta mujer fue agredida cuando va a hacer cumplir el régimen acordado de visitas y llevar con su padre a sus hijos, a pesar de estar recibiendo continuas amenazas por parte del condenado. Como ejemplo, también se puede mencionar “el caso María”. Una madre denunció al padre en Uruguay por maltrato machista y por abusos sexuales a la niña, y el padre denunció a su expareja por “sustracción de menor” en un juzgado de Vielha. El asunto acabó en un litigio internacional que resolvió que madre e hija tenían que volver a España y la Audiencia de Lleida archivó definitivamente las denuncias por abusos sexuales a la menor y de violencia machista contra la madre el febrero pasado y le dio la custodia al padre.

…elegir los jueces por voto popular, que existan Jurados Populares y una presencia determinante de las mujeres en los ámbitos judiciales…

Tristemente, en relación con los avances jurídicos, es más sencillo ver noticias como las siguientes, “una catedrática es descartada para el Supremo en favor de un registrador con currículum inferior”, “El CGPJ quiere aupar al Supremo a un juez con menos méritos que la primera magistrada académica de España”, “Las mujeres solo han ocupado la quinta parte de las plazas del CGPJ en sus 40 años de Historia”.

Es tan necesario destacar las conquistas a celebrar, como también tener presente que el recorrido hasta llegar a ellas no ha sido sencillo. El motor que nos ha llevado a obtener esas conquistas de derechos, desde luego no han sido ninguno de los tres poderes que forman nuestras instituciones gubernamentales, sino un triunfo más del movimiento de mujeres, como tampoco ninguno de estos tres poderes va a hacer por dar vuelta a todas esas noticias anteriores, mientras siga siendo parte del régimen. Solo cambios profundos como elegir los jueces por voto popular, que existan Jurados Populares y una presencia determinante de las mujeres en los ámbitos judiciales puede haber cambios en la dirección de una salida de fondo: que el capitalismo y el patriarcado caigan juntos.

Laura Jaén