¿Quiénes son los verdaderos violentos?

Con el encarcelamiento de Pablo Hasél han vuelto las falsedades del gobierno sobre “la violencia” y su origen.

Quieren desalentar los reclamos con represión y criminalización de las protestas.

En Madrid, Barcelona, Girona, Tarragona, Valencia y otros puntos del Estado español, se producen grandes manifestaciones por cuarto día consecutivo por la libertad del rapero Pablo Hasél, acusado de “injurias a la corona” y “enaltecimiento del terrorismo”. La Policía Nacional y los Mossos d´Esquadra, bajo las órdenes del Gobierno español y el Govern , reprimen las protestas con mega operativos de helicópteros, furgones antidisturbios y uniformados armados; repartiendo porras, causando heridos, efectuando detenciones e iniciando causas penales. El “gobierno de coalición progresista” y la institucionalidad del régimen del ´78, pretenden desviar la atención de su accionar antidemocrático reflotando el “fantasma de la violencia”. No es una metodología novedosa, recurren a ella cada vez que los jóvenes ganan decididamente las calles.  

El poder y sus cómplices están justificando la acción represiva de los cuerpos de seguridad en Madrid, Valencia y Barcelona, donde una mujer perdió un ojo por balas de foam de los Mossos. Los medios de comunicación masiva reemplazaron las imágenes de manifestaciones masivas por contenedores encendidos en barricadas de autodefensa. En los informes se minimizan las justas causas de la protesta y se magnifican titulares tales como  “la Ciudad Condal en llamas”, o “violencia en las manifestaciones por Hasél”. Para el presidente Pedro Sánchez (PSOE) se trata de “un ataque a la democracia” al cual “el gobierno debe responder con contundencia”. La derecha está preparando el terreno para volver a agitar la presencia de un germen de “kale borroka”. Las poses discordantes de Podemos no sirven sí sólo se formulan para despegarse un poco del PSOE motivado en cálculos políticos de interés propio. Lo fundamental es desnudar quiénes son los verdaderos responsables de la violencia, anular el andamiaje judicial reaccionario, la Ley Mordaza y la modificación del Código Penal, llamar a la movilización y apoyarla activamente.

Violentos son el Estado y el régimen del ´78 por reprimir salvajemente, encarcelar a un cantante por “delitos de odio” y por criticar la corrupción en la realeza, por provocar desigualdad social y privilegiar a los banqueros y empresarios ante la crisis capitalista en medio de la pandemia. Sin embargo, para Sánchez “España tiene una democracia plena”. Violencia es que los neonazis puedan hacer actos antisemitas en Madrid, enalteciendo los crímenes de lesa humanidad y que Vox haga campaña electoral contra los inmigrantes e islámicos con protección policial. Violencia es vaciar el ojo de una manifestante y usar balas de plomo, como en Barcelona y Linares. ¿Estos hechos, no les llaman la atención a los magistrados, ni provocan medidas del gobierno? ¿Están preocupados por los contenedores? ¿Por qué no muestran la violencia que se expresa en los contenedores cuando hay personas que se tienen que meter en ellos para conseguir el sustento de cada día? Sí están preocupados por los jóvenes, ¿por qué no resuelven la desigualdad social y la falta de futuro por la crisis capitalista? La violencia la provocan y aportan los gobiernos, la institucionalidad del régimen del ´78 y el Estado burgués, no los jóvenes que apelan a la autodefensa ante la represión. No hay que dejarse engañar, ni confundirse a los opresores con los oprimidos, a los victimarios con las víctimas. Defendamos las libertades democráticas, repudiamos la represión, las causas penales, exigimos que se reconozca el pleno derecho a manifestarse y expresarse libremente, con una amnistía para todos los presos políticos. Las protestas son una nueva señal del hartazgo que se está generando por la pésima respuesta a la pandemia, a la crisis económica capitalista y a la insatisfacción de derechos democráticos y sociales.

Movilización en Bizkaya
Mossos reprimiendo en Barcelona.
La mujer que perdió el ojo por una bala de foam