Trabajadores de Ryanair en huelga por 24 horas
Low cost con fórmula capitalista: ganancias para O’Leary, precariedad para los empleados, maltrato a los pasajeros. El conflicto de Ryanair lo protagonizan las tripulaciones y trabajadores de Irlanda, Bélgica, Holanda, Alemania y Suecia. Los españoles ya habían salido a reclamar. La medida que se hizo fuerte proviene de una organización semi clandestina ante la negativa de la empresa a reconocer derechos sindicales.
La compañía de bajo coste irlandesa se hizo famosa por ofrecer vuelos baratos por Europa. Millones de personas usan sus servicios y le generan ganancias multimillonarias. Algunas cifras son demostrativas de su éxito comercial: beneficio neto de 1.398 millones de euros en los nueve primeros meses del 2018 (11% más que en el mismo periodo del año anterior) y una facturación de 5.830, 2 millones de euros. Su dueño, el excéntrico Michael O’Leary es multimillonario. Según el Sunday Independent, su fortuna asciende a 1.080 millones de euros.
Una enorme proporción de las ganancias de Ryanair provienen de la venta de productos durante el vuelo. Sin pago previo, no ofrecen ni un vaso de agua para una emergencia. El próximo paso que quiere lograr su dueño es que las autoridades le permitan incluir pasajeros parados en sus aviones.
Los contratiempos y problemas que tienen que soportar los pasajeros en sus vacaciones son absoluta responsabilidad de la empresa y no de sus trabajadores.
El otro punto clave de la generación de ganancias es la precariedad laboral. Así reconocen los “secretos” de su negocio: “Ryanair intenta mantener su modelo de tarifas bajas y alta productividad de los trabajadores, aunque habrá que afrontar periodos de agitación laboral que afectarán tanto a los clientes como a la rentabilidad de la compañía”.
Los pilotos ganan salarios bajísimos y son sometidos a condiciones de presión permanente. Se sabe con certeza que 140 emigraron, se presume que en realidad son 400 los que hicieron las valijas ante las pésimas condiciones laborales y salariales. Según la CTA (Comisión de Trabajadores Asamblearios), su jornada de trabajo es muy intensa. “Antes disponían de mucho tiempo libre para descansar y relajarse. Ahora es una presión continua”. Muchas horas para cobrar una media de 1.500 y 1.700 euros al mes (dietas aparte). Se trata de un sueldo mínimo para lo que cobra un piloto, es similar al que cobra una farmacéutica en Madrid. Un piloto recién entrado en Iberia cobra alrededor de 2.500 euros al mes (dietas aparte).
Los pasajeros afectados por los vuelos cancelados, serán alrededor de 65.000 en toda Europa (12.000 de ellos quedarán varados hoy sólo en el Estado español); todos tienen derecho a una compensación económica. Según los cálculos de la plataforma de compensaciones AirHelp el valor total a desembolsar sería de 20 millones de euros. Varias asociaciones de consumidores ya denunciaron que la compañía no está respondiendo a los reclamos por la cancelación de vuelos por la huelga de las tripulaciones de cabina de los pasados 25 y 26 de julio.
Nos solidarizamos con los trabajadores en lucha y sus reclamos por aumento salarial y contra la precariedad laboral.
Ryanair aplica una fórmula que se repite en el mundo capitalista y se profundizó con la crisis del 2008: ganancias multimillonarias para los patrones, servicios de dudosa calidad y seguridad para los usuarios, precarización laboral y bajos salarios para los trabajadores.
Los contratiempos y problemas que tienen que soportar los pasajeros en sus vacaciones son absoluta responsabilidad de la empresa y no de sus trabajadores. Hay que exigir que Ryanair los compense como corresponde en forma inmediata. Nos solidarizamos con los trabajadores en lucha y sus reclamos por aumento salarial y contra la precariedad laboral. La aerolínea gana mucho dinero, la apertura de los libros de la empresa puede demostrar que le sobra financiamiento para aumentar los salarios.