17 de agosto en Catalunya: A un año de los asesinatos terroristas
El homenaje a las víctimas y el apoyo a sus familiares no implica una bienvenida al Rey. El aniversario de los atentados en La Rambla y Cambrilis se dio con debates sobre las características de los actos. La única coincidencia fue la voluntad de homenajear a las víctimas. Pero, la presencia de Felipe VI motivó que hubiera distintos actos. Los familiares hicieron una ofrenda floral en el mosaico de Miró de La Rambla; justo en el lugar que Younes Abouyaaqoub detuvo la furgoneta terrorista.
El acto oficial se realizó en Plaza Catalunya, organizado por el Ayuntamiento de Barcelona. La alcaldesa Ada Colau (En Comù-Podem), los representantes de la casa real y del gobierno de Pedro Sánchez (PSOE), trabajaron en común para que el rey no se sintiera incómodo. Los acompañó el President del Parlament Roger Torrent (ERC).
Más allá de las “precauciones” hubo grandes banderas colgadas de edificios en el camino de los borbones. Les recordaban que no son bienvenidos: “Sus guerras, nuestros muertos” y “El Rey español no es bienvenido en los países catalanes”. Otra bandera tenía las imágenes de los reyes de España y Arabia Saudí estrechándose las manos.
Nos sumamos al homenaje a las víctimas y el apoyo a sus familiares. Repudiamos la furia asesina del terrorismo sobre personas inocentes.
Hay actos programados en Cambrilis, organizados por la Generalitat y en la cárcel de Lledoners, convocado por la ANC y Òmnium Cultural, sin invitación al Rey. También los hubo en Ripoll y otras localidades de Catalunya.
Los CDR y la CUP realizaron una marcha de silencio desde la plaza Portal de la Pau al mosaico del Pla de IÓs. En un comunicado expresaron: “No queremos compartir este homenaje con un Rey y unos políticos fariseos que pasean con expresiones consternadas por nuestras calles mientras venden armas a Arabia Saudí, una dictadura que promueve y encubre grupos terroristas.”
Nos sumamos al homenaje a las víctimas y el apoyo a sus familiares. Repudiamos la furia asesina del terrorismo sobre personas inocentes. Una investigación realmente independiente debe aclarar todas las cuestiones sobre el atentado, principalmente aquellas que señalan vínculos de organismos del Estado español.
La acción terrorista es funcional a los intereses de los gobernantes de los países centrales. Lejos de acercar a la clase trabajadora de Europa con la lucha de los pueblos contra la intervención imperialista, siembra confusión, sobre la cual la derecha fomenta la islamofobia y la intervención contra la lucha de los pueblos árabes.
El ataque asesino, se hace más reaccionario teniendo en cuenta que se consumó sobre el pueblo catalán, uno de los que más lucha contra la opresión, por las libertades democráticas y por la autodeterminación.
“No queremos compartir este homenaje con un Rey y unos políticos fariseos que pasean con expresiones consternadas por nuestras calles mientras venden armas a Arabia Saudí, una dictadura que promueve y encubre grupos terroristas.”
La salida de fondo para derrotar al terrorismo yihadista es eliminar sus causas: la intervención política, económica y militar imperialista contra los pueblos de Medio Oriente y la marginalidad a la que los gobiernos de los países centrales someten a la juventud musulmana. Son el caldo de cultivo para que una minoría se incorpore a organizaciones terroristas.
Con sus recursos apoyan a una y otra facción adicta a sus intereses, como en Arabia Saudita, Katar, Turquía con el ISIS. El imperialismo yanqui y europeo también aporta bombardeos que se cobran la vida de miles de civiles inocentes. El Estado español contribuye en la injerencia vendiendo armas y destinando tropas en Afganistán, Líbano, Somalia, Kosovo y Bosnia, entre otros países.
La presencia de Felipe VI es una muestra de cinismo político, no puede ser bienvenido quién encabeza una política imperialista, pisotea la autodeterminación catalana, justificó las cargas del 1-O y la existencia de presos políticos independentistas. Solo la unidad de los trabajadores y pueblos oprimidos del mundo podrá derrotar al terrorismo, exigiendo el retiro inmediato de las tropas imperialistas de Medio Oriente.