Tiempo de definiciones sin ambigüedades
Asoman más confrontaciones que exigen expresar posiciones claras y acciones consecuentes. El President Quim Torra, Carles Puigdemont y el Govern anunciaron una “ofensiva de otoño”, creando un clima de expectativa hacia la conferencia que se realizó el martes 4 de septiembre, en el Teatro Nacional de Catalunya.
En esa ocasión, bajo el título “Nuestro momento”, el President de la Generalitat llamó al Gobierno español a acordar un “referéndum vinculante y reconocido internacionalmente”, “sin amenazas, sin violencia, sin miedo, sin guerra sucia”. Los ejes discursivos fueron: la movilización para que “algún día” Catalunya sea una nación libre, el diálogo, la no aceptación de condenas a los presos políticos y exiliados, el impulso al proceso constituyente y el llamado a la unidad del independentismo. La realidad pondrá blanco sobre negro al respecto de su consecuencia con estas palabras.
Por lo pronto, el lenguaje de unilateralidad y desobediencia se tradujo en no aceptación y la dicotomía referéndum o ruptura, en dialogar y escuchar. En el pronunciamiento, se notó la mano retórica de los dirigentes de ERC más partidarios del autonomismo que de la autodeterminación.
¿Qué significa no aceptar las condenas? ¿Cuándo serían las movilizaciones, huelgas y cortes? ¿Cómo se impulsará el proceso constituyente?. No se sabe. Sí es que existiera un plan estratégico para hacer efectiva la República, no se está apelando al pueblo para su elaboración, preparación y ejecución ante los embates del Estado español.
¿Y el diálogo cómo es? Se trata de la conversación con un interlocutor que se hace el sordo: Pedro Sánchez. Mientras habla, gana tiempo para fortalecerse en el poder y sostener tal cual está la Constitución monárquico-parlamentaria. El diálogo como línea dominante, es el “salvavidas de plomo” que arroja el régimen. Por eso, no es extraño que Ana Pastor (PP), presidenta del Congreso de Diputados, haya dicho: “Invito al Señor Torra a que venga al Parlamento a defender sus posiciones políticas y que escuche a los demás…”; cuando en el pasado había rechazado el pedido de Carles Puigdemont de asistir a esa instancia.
Pasando en limpio, no hay señales de que el gobierno de España vaya a aceptar los principales reclamos catalanes. ¿Libertad a los presos políticos? No. Ni los reconocen como tales y siguen adelante con las acusaciones de la Fiscalía, “las sentencias judiciales, hay que aceptarlas” dijo el presidente. ¿Reconocimiento de la autodeterminación? Tampoco, por “anticonstitucional”. Sólo aceptarían un plebiscito para definir sobre un autogobierno dentro del Reino. También siguen persiguiendo a miembros de los CDR.
… no hay señales de que España vaya a aceptar los principales reclamos catalanes.
Pedro Sánchez y el PSOE mantienen las posiciones que enarbolaron junto a Mariano Rajoy y Soraya Sánchez (PP), a los provocadores de ultra derecha Albert Rivera e Inés Arrimadas (Ciudadanos) y al amparo del Rey Felipe VI. Estos son los gendarmes políticos del reaccionario régimen del ´78 los que cierran el camino a una convivencia pacífica y justa.
Los unionistas no son todopoderosos, hacen equilibrio en una cuerda floja. Se sostienen porque los dirigentes de los partidos y alianzas mayoritarias (ERC, PDeCAT, JxCatalunya) siguen dilapidando los resultados del Referéndum y el 21-D; sin revertir la falta de decisión política que expresaron al suspender la independencia efectiva y congelarla en el freezer de las declaraciones. Aun así, no está dicha la última palabra porque el pueblo catalán no está derrotado.
En lo inmediato, tenemos que lograr que la Diada del 11-S, convocada por la Asamblea Nacional Catalana, se transforme en una manifestación gigantesca por la República. También saludamos el acto que realizarán lxs compañerxs de la CUP con cuyo pronunciamiento coincidimos. Están por delante las tareas de fortalecer las acciones por la libertad de los presos políticos y exiliados ante el juicio manipulado que se viene. Y reencontrarnos masivamente en el primer aniversario del 1-O.
Construyamos SOL y trabajemos juntos por una nueva alternativa anticapitalista, amplia, democrática, consecuente con la autodeterminación, las luchas de lxs trabajadorxs y el pueblo.
A las previsiones represivas del Ministerio del Interior , similares a las tomadas en la Diada anterior al Referéndum, a las graves amenazas de volver a aplicar el 155 y de condicionar el resultado de los juicios al devenir de la situación política; hay que responder con la contundencia de un pueblo movilizado que ya ha demostrado que no tiene miedo.
El camino hacia la República se fortalecerá con la autoorganización, con más CDR, desobedeciendo al régimen, con la movilización y la huelga general, más en la calle que en los edificios del Parlament y la Generalitat. Luchando codo a codo contra los fascistas que arrancan lazos amarillos, por libertades democráticas, derechos para las mujeres y los inmigrantes. También, recuperando y extendiendo conquistas sociales para la clase trabajadora y las grandes mayorías. No se puede obviar que los indicadores económicos dan malas señales. Aumentaron la luz, los comestibles, los alquileres, la desocupación y el trabajo precario; el salario y los beneficios sociales siguen planchados. Esta realidad, es consecuencia directa de la continuidad de la crisis capitalista y de las medidas de ajuste y salvataje a empresarios y banqueros que impone la Unión Europea.
No se puede confiar en la política de los dirigentes burgueses ni en sus partidos. Por otro lado, lamentablemente, la adaptación al régimen de En Comú-Podem, la eliminación de sus aristas más rebeldes y su equivocada posición ante el reclamo catalán, los alejó de plantear una verdadera salida de fondo. Hace falta un reagrupamiento de los luchadores políticos y sindicales, de personalidades independientes, organizaciones políticas, sociales y culturales que se consideren progresistas o de izquierda, de colectivos femeninos, estudiantiles e inmigrantes. Construyamos SOL y trabajemos juntos por una nueva alternativa anticapitalista, amplia, democrática, consecuente con la autodeterminación y las luchas de lxs trabajadorxs y el pueblo.