Discurso del Rey: sostener al régimen para salvar a la monarquía
Felipe VI ha repetido las viejas fórmulas de un régimen monárquico-parlamentario reaccionario y caduco. En vísperas del juicio al “Procés” en el Tribunal Supremo, el Rey Felipe VI, ha acudido al acto de entrega de despachos a la 68 promoción de la carrera judicial, acompañado por Dolores Delgado (Ministra de Justicia), Fernando Grande Marlasca (Ministro de Interior), Carlos Lesmes (presidente del CGPJ) y María José Segarra (Fiscal General del Estado).
Durante los últimos 20 años el acto se viene llevando a cabo en la sede de la Escuela Judicial en Barcelona. Sin embargo, en esta ocasión fue trasladado a Madrid, amparándose en el 40 aniversario de la Constitución. Lo cierto es que Felipe no se siente cómodo en la Ciudad Condal ya que cada vez que la visita, es recibido por una multitud que repudia a la reaccionaria monarquía con acciones masivas.
En el acto el Rey ha recalcado varias veces que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) cuenta con “plena legitimidad” y que la actuación individual de las nuevas juezas y jueces “ha de contribuir a mantenerla y reforzarla”. Además de defender la total independencia del organismo sin olvidar la plena separación de poderes en la que se basa, ensalzando la necesidad del respeto a la Constitución y a las resoluciones judiciales, para así mantener una eficaz democracia y mantenernos acorde al Estado de Derecho.
…Felipe no se siente cómodo en la Ciudad Condal ya que cada vez que la visita, es recibido por una multitud que repudia a la reaccionaria monarquía con acciones masivas.
Pero ¿Cómo vamos a respetar una resolución judicial como la de la Manada y demás fallos judiciales que pasan por encima de los derechos de las mujeres? ¿Cómo vamos a respetar la Ley Mordaza y la Antiterrorista que se utilizan para silenciar y castigar indiscriminadamente a quienes opinan políticamente distinto?
A pesar de no nombrar en ningún momento la situación de Catalunya, el Rey se ha posicionado remarcando la necesidad de respetar la Constitución en cualquier circunstancia, siendo este texto fundamental “garante de los valores supremos de una sociedad libre” . ¿Cómo va a garantizar la constitución una sociedad libre, sin posicionarse a favor de la autodeterminación de los pueblos? ¿Cómo se va a garantizar una sociedad libre teniendo presos políticos catalanes, con juicios por cargos inventados?
Acatar la Constitución del ´78 supone sostener un CGPJ que está muy lejos de ser independiente, y por supuesto lejos también de que exista una real separación de poderes…
No podemos perder de vista, que hoy día, la forma de gobierno en la que el Rey Felipe es jefe del Estado, quien “modera” el funcionamiento de las instituciones y asume representaciones internacionales, es una forma de gobierno que se implanta tras una transición en la que las élites franquistas estuvieron a la cabeza.
No me parece menor cuestionar todo esto tras el acto de entrega de despachos, en la que el Rey expresa la necesidad de permanecer comprometidos con unos valores constitucionales que se impusieron a los españoles, ya que nunca se llevo a cabo un proceso constituyente realmente democrático en el que todas y todos decidiéramos libremente cuál iba a ser el nuevo régimen a partir de entonces.
Hay que avanzar en los mecanismos de remoción y revocabilidad de los jueces que tengan vínculos con intereses políticos y se desvíen realmente de los intereses del 99% de la población.
Acatar la Constitución del ´78 supone sostener un CGPJ que está muy lejos de ser independiente, y por supuesto lejos también de que exista una real separación de poderes (al final son los mismos intereses los que mueven los hilos de cada uno de ellos). Pues no nos olvidemos del vergonzoso fallo de las hipotecas, o del pacto PP-PSOE para nombrar a Marchena presidente del CGPJ. Sin dudas, todo esto prueba de su imparcialidad y de la credibilidad que el organismo judicial hoy día va perdiendo en el Estado Español.
Por todo esto, desde SOL creemos que es necesario dar una respuesta profunda a la incuestionable politización del poder judicial, para que deje de actuar en defensa de los más privilegiados. Para alcanzar esa real democratización del poder judicial, es necesario cambiar sus valores y mecanismos, en los que los y las ciudadanas intervengan de lleno, sometiendo a su voluntad la designación de los jueces en toda la estructura judicial, aplicando el voto directo.
Hay que avanzar en los mecanismos de remoción y revocabilidad de los jueces que tengan vínculos con intereses políticos y se desvíen realmente de los intereses del 99% de la población. Así como reconocer a los colectivos feministas como parte de jurados populares ante ataques de género, entre otras medidas que disparen una verdadera democracia en España y hacer que, en vez de existir la necesidad de comprometernos como ciudadanos a los valores constitucionales, dar vuelta a todo, y hacer que, a través de una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, esos valores constitucionales se amolden y respeten a los derechos de los y las trabajadores, las mujeres y del pueblo.
Laura Jaén