Francia: Notre Dame, a quienes hacen leña del árbol caído
Cuando ocurre un hecho dramático que conmueve a la población, no nos lanzamos sobre él en busca de algo oculto. Ni para especular sobre lo que acaba de pasar o abusar de las coincidencias. Se están llevando a cabo investigaciones para determinar las causas del incendio que devastó esta catedral, que forma parte de las joyas del patrimonio de la humanidad. Macron se precipitó sobre el suceso como si se lanzara él mismo al fuego.
Triste payasada. A continuación, toda la llamada “clase política”, de todos los bandos, hizo su número de unión sagrada para salvar a Notre Dame y subirse al tema. En medio de todo esto, llegó Dupont-Feignant1.
A decir verdad, nuestro primer temor era humano: el temor de que hubiera heridos o muertos entre los fieles, los obreros, los bomberos. ¡No hay ninguna víctima! Así, para nuestros gobernantes este drama se convertía en una divina sorpresa, un medio de llamar la atención sobre una causa “común” que podía borrar, por ejemplo, las piadosas mentiras de la ministra de Defensa.
En el momento en que se consume la catedral, mujeres, niños y civiles mueren bajo los bombardeos de las armas francesas en Yemen y el hambre más atroz golpea a sus habitantes. La ministra Parly negó esta “injerencia” del arsenal del Estado francés…
Unión sagrada en marcha
¿Unión sagrada por la Catedral? ¡Sin nosotros! Aunque sólo sea por la ayuda que el Estado francés aporta a los jefes sauditas en una guerra de exterminio, un genocidio. Reparto de tareas entre los proveedores de armas y sus usuarios, justificado hace cuatro años por el entonces primer ministro Valls, fascista disfrazado y mundano.
¿Unión sagrada con Macron y Le Pen? ¡Sin nosotros, pase lo que pase!
¿Unión sagrada con los magnates del CAC 402? ¡Jamás en la vida! Estos hacen llover sus donaciones, que luego serán amortizadas por las rebajas de impuestos que les procura su mecenazgo. Y eso, sea cual fuere la causa de este drama.
Algunas preguntas pertinentes
Como muchos, esperamos que la investigación se haga pública a medida que se descubran las causas. Pero, una vez más, no seremos parte de ninguna de estas “primaveras republicanas” por Notre Dame.
Una pregunta está en todas las bocas: ¿qué medidas de seguridad fueron adoptadas para evitar este drama? ¿Cuál era el número de bomberos de guardia e inspectores de obra de Notre Dame? ¿Cuál era el número de trabajadores asignados a esa obra? ¿Cuáles eran los plazos de realización? ¿Cuál era el dispositivo de lucha contra incendios? El Estado tendrá que responder.
Dupont, vago profesional
Por su parte, Dupont-Aignan se desmarca de la unidad nacional en marcha y señala la posibilidad de un atentado. En el Huffington Post leemos: “Reactivado en el hecho de calificar este drama de posible atentado, Nicolas Dupont-Aignan admitió que no tenía ningún elemento…”3 En general, cuando no se tienen elementos, se evita fingir tenerlos. A menos que uno sea tan vago como ese Dupont.
Por supuesto, no se puede descartar ninguna pista, pero por ahora la del atentado pierde fuerza.
“Nuestro patrimonio es la humanidad”
Por lo demás, como dijo una internauta, nuestro patrimonio es la humanidad. Es nuestro planeta, todas y todos sus habitantes y todas las obras humanas que testimonian nuestra historia, de la que forman parte la historia del arte, de la arquitectura, la construcción y el tallado de piedras, el trabajo del vidrio y los colores.
El tren de anuncios de Macron
…Esa noche Macron pretendía anunciar, al parecer, la indexación de las jubilaciones según el alza de precios para los jubilados que cobran menos de 2.000 euros, un logro de la lucha de los chalecos amarillos.
Quería anunciar medidas para trabajar más, otra culpa de las direcciones sindicales nacionales atrapadas en la concertación de las “reformas” capitalistas. La supresión de la ENA4, que sin duda halagará a algunos populistas mal inspirados, fue en un principio un logro de la Liberación para reclutar altos funcionarios por concurso en el marco del Estatuto de la Función Pública. No garantizaba a quienes desde entonces han gobernado una docilidad a toda prueba, en especial, de los inspectores de finanzas.
En ese sentido, citamos a Laurent Joffrin5: “Recordemos que la creación de la Escuela, preparada por Maurice Thorez6, medida emblemática reclamada por los partisanos que cambiaron el país después de la guerra, marcó un progreso republicano considerable. Y fue entonces cuando el sistema se desvió.”7
No olvidemos los proyectos de Macron de liquidar la función pública y la Escuela.
¡Macron llegó a amagar con rebajas de impuestos… para gravarnos mejor!
¡Ninguna unidad nacional con quienes queremos echar!
La Commune, 19/4/19
1 Dupont-Aignan es un político de derecha, tildado popularmente de vago (faignant, en francés).
2 Índice de la Bolsa de París.
4 Escuela Nacional de Administración, donde se forman los altos funcionarios públicos.
5 Editor del diario Liberación.
6 Dirigente comunista, ministro de la Función Pública entre 1945 y 1947.
7 La carta política de Laurent Joffrin, 17/4/19.
Reproducido de Anticapitalistas en Red | 25.4.2019