Reforma Laboral: cosmética no es derogación
Las transformaciones parciales no alcanzan para recuperar las conquistas obreras perdidas. Otra vez las promesas “progresistas” de grandes cambios se diluyen en los retoques.
Después de nueve meses de deliberaciones y con los plazos de Bruselas por vencer, el gobierno de Pedro Sánchez, la patronal de CEOE y los sindicatos UGT y CC. OO. se pusieron de acuerdo para modificar la reforma laboral. Los puntos fundamentales giran en torno a la adopción del contrato indefinido como norma general. La restauración de la ultraactividad indefinida. Y la adopción de nuevos ERTE, llamados Mecanismos Red de Flexibilidad y Estabilización de Empleo, que facilitarán la flexibilidad interna de las empresas. Luego de la aprobación en el Consejo de ministros y la publicación en el Boletín Oficial del Estado, el decreto será debatido en el Congreso. Aquí hay matices de la coalición de gobierno con sus socios de ERC y EHBildu, que se mostraron críticos de las modificaciones.
Otra promesa incumplida
La vicepresidenta del Gobierno y ministra de trabajo, Yolanda Díaz, dijo que los cambios no son “retoques” sino “un cambio de paradigma fundamental”. Es mentira. No se trata de la derogación de la reforma de Rajoy de 2012, como tantas veces se había prometido. Como señala el abogado laboralista y ex diputado de la CUP Vidal Aragonés: “La Reforma Laboral impulsada por el Gobierno PSOE-UP no deroga prácticamente ninguno de los contenidos de la Contrarreforma laboral del PP.”
No elimina la rebaja de la indemnización por despido. Ni se recupera el salario y la cotización desde el despido hasta la declaración de improcedencia, lo que implica que seguirá existiendo el despido fácil de trabajadores con poca antigüedad. Tampoco se reestablece la autorización administrativa para realizar los despidos colectivos (ERE), ni se modifican las causas de despido colectivo u objetivo.
Cambiar algo, para preservar al sistema
Los cambios con relación al convenio y el contrato son puntuales. Lo más destacado es que las empresas podrán seguir despidiendo colectivamente en forma unilateral y a bajo costo. La precariedad y la subcontratación seguirán vigentes como palanca fundamental de la explotación capitalista para generar ganancias patronales. Es imposible confiar en que los organismos del Estado controlen y castiguen la falta de cumplimiento de los empresarios. Es algo que no han hecho ni harán, porque las decisiones ejecutivas son para favorecerlos, no para limitarlos. El andamiaje anti obrero del régimen del ’78 y del IBEX 35 mantiene su esencia.
Que la crisis la paguen los capitalistas
Las modificaciones no son ni históricas ni se hicieron para recuperar conquistas obreras fundamentales. Responden a la necesidad de provocar algunos cambios ante una legislación decididamente reaccionaria y de responder a las exigencias de Bruselas. Es un requisito fundamental para acceder a los fondos de ayuda Next Generation, subordinado al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea.
Asambleas, movilizaciones y huelga general
Los dirigentes de las centrales sindicales mayoritarias de UGT y CC. OO. volvieron a demostrar que sus cargos no están al servicio de las reivindicaciones obreras, sino de los designios del bloque imperialista europeo y el empresariado. Por otro lado, las medidas también generaron malestar en sectores políticos y sindicales combativos. Es necesario unir a todas las expresiones alternativas que se mantengan por impulsar la derogación, en una gran lucha común.
El sindicalismo alternativo puede impulsar asambleas y consultas entre los trabajadores, a la par de fomentar acciones que exijan un plan de lucha con movilización y huelga general por la derogación y la recuperación de las conquistas obreras. Es necesario retomar y profundizar el camino que señalaron los obreros del Metal en Cádiz, entre otros ejemplos de decidida voluntad de lucha.
Hacen falta nuevos dirigentes sindicales y políticos
Además, cumplen un rol fundamental las mentiras de los dirigentes políticos. Los de la derecha y la ultraderecha, como el PP, Cs y Vox representan lo más rancio contra los trabajadores. Y se alimentan de las mentiras y decepciones que provocan los que se autodefinen como “progresistas” y de “izquierdas” cuando en realidad no lo son, como es el caso del PSOE y Unidas Podemos, entre otros reformistas. Lo único que pretenden es provocar cambios cosméticos para salvar al capitalismo de sus reiteradas crisis y profunda decadencia.
Hay que construir lo nuevo
Ante el desbarranque de Podemos, se abre una gran oportunidad para construir algo nuevo. Una alternativa de izquierda anticapitalista, consecuente, que reagrupe a los que quieran luchar hasta el final por los derechos democráticos y sociales de los trabajadores y el pueblo, en todo el Estado español. Es un desafío presente al que hay que responder para que el descontento no sea capitalizado por la derecha.
Sin socialismo no hay solución
Las organizaciones que nos reivindicamos socialistas, revolucionarias e internacionalistas tenemos el desafío de confluir para cumplir un rol importante, tanto a nivel sindical como a nivel político. Siempre con la estrategia de avanzar hacia la única solución posible a los males del capitalismo: un sistema distinto, sin explotadores ni explotados, con plenos derechos sociales y democráticos, es decir, un sistema socialista. Te invitamos a integrar SOL, como parte de la Liga Internacional Socialista, para dar vuelta todo juntos.