La encrucijada española
Continúa la polarización política y social en torno a la investidura de Pedro Sánchez a cambio de una amnistía. Se ha normalizado pactar hasta con los enemigos. Los partidos del régimen están en una encrucijada. Hace falta que irrumpa el movimiento de masas y generar nuevas herramientas políticas. Los acontecimientos en Medio Oriente merecen un párrafo aparte.
Fracaso del PP
Cuando Felipe VI le encargó a Alberto Núñez Feijóo que intente formar gobierno, ya se sabía que no contaba con el apoyo suficiente para lograrlo. Sin embargo, el PP mantuvo su postulación para hacer campaña contra la amnistía. La derrota se oficializó con la primera votación en el Congreso, en cuya sesión Pedro Sánchez no se tomó la molestia ni de hablar. Los reveces de Casado y Feijòo alimentan las ambiciones de la ultra reaccionaria Isabel Díaz Ayuso para dar el zarpazo en el PP y postularse a presidente de España.
El turno del PSOE
Sánchez negocia con los mismos partidos que le permitieron ser presidente en 2018 y conformar la Legislatura en 2023. Por una extraña carambola del devenir político electoral, la llave para que ingrese a la Moncloa la tiene Carles Puigdemont, a quién desde su exilio forzado se referían como el “prófugo de la justicia”. Los involucrados despliegan públicamente los ofrecimientos, exigencias, condicionamientos y amenazas habituales en negociaciones cuyos términos reales se mantienen en secreto. La posibilidad de una amnistía ha polarizado el debate político y social.
¿Qué tipo de amnistía?
Los “progres” de Sumar en el gobierno dieron algunos lineamientos para un perdón que abarcaría a independentistas, policías procesados por la represión al Referéndum del 1-O y las posteriores, como a los responsables de la “Operación Catalunya” montada desde el Estado para la persecución a independentistas. El PSOE no ha mostrado su juego, pero sí una carta con un mensaje impreso: “autodeterminación no”.
Mercado del trueque
A lo largo del tiempo se ha normalizado que todo se puede negociar y pactar a conveniencia, incluso entre formaciones que fueron votadas con propuestas contrapuestas. Es una burla a la sociedad, legitimada institucionalmente. Los partidos del régimen están en una encrucijada, la salida que elijan los marcará a fuego. Todavía no está claro si habrá investidura o nuevas elecciones, pero no se puede ocultar la crisis y descomposición de la institucionalidad.
La derecha: activa, pero limitada
El PP organizó un acto en Madrid y Sociedad Civil Catalana hizo lo propio en Barcelona el domingo 8 de octubre, con la presencia de los dirigentes del PP y Vox. Fueron actos reaccionarios contra la amnistía y por la cárcel a los independentistas, convocados por quienes, además, sostienen un discurso de odio contra el feminismo, el ecologismo y los inmigrantes. Aunque las convocatorias contaron con miles de personas, estuvieron lejos de las expectativas generadas por los convocantes y del sobredimensionamiento de los medios de comunicación afines. Los partidos reformistas como PSOE, Sumar y Podemos tienen una gran responsabilidad por dejar acampar a sus anchas a la derecha y la ultraderecha, tanto en las instituciones como en las calles. En amplios sectores de la población hay un sentimiento de rechazo a los más reaccionarios y un gran malestar por la situación social, pero necesitan un canal adecuado para expresarlo activamente. Así lo están haciendo los antifascistas griegos que llamaron a boicotear movilizados un acto neofascista convocado en Atenas para el 1º de noviembre.
“Cumbre de la Alhambra”
En la reunión capitalista realizada en Granada, convocada por la presidencia española, los líderes europeos acordaron la ampliación hacia países del Este, con énfasis en Ucrania y los Balcanes Occidentales. A condición de que hagan “méritos” y aceleren las “reformas” para que la incorporación también implique elevar el nivel de vida de los países que forman parte del club. Sin eufemismos, les exigirán realizar “ajustes del cinturón” y someterse plenamente al imperialismo occidental. También coincidieron en la aplicación de medidas urgentes para que la crisis migratoria no llegue al pico del 2015. No pudieron mencionar el tema en la declaración conjunta debido a las diferencias sobre el Pacto Migratorio con los gobiernos de ultraderecha. En contraposición a la cumbre capitalista, la “Cumbre Social Granada” expresó otras voces con Manifestaciones de protesta el 30 de septiembre y el 5 de octubre. Hay otros caminos por recorrer.
Que irrumpan los trabajadores y el pueblo
Los burócratas sindicales de UGT y CC. OO. dejan que se deteriore el nivel de vida y la inflación desvalorice el salario, sin hacer prácticamente nada. Es una gran tarea exigirles que convoquen asambleas para votar un plan de lucha con manifestaciones y huelga general para que la crisis la paguen los capitalistas. Es necesario ganar las calles por una amnistía completa a dirigentes y activistas catalanes independentistas y a todos aquellos que están presos por hacer huelgas o enfrentarse al régimen del ’78 y que no contemple ni a un represor y espía del Estado. La amnistía del ’77 fue una tragedia que le puso un manto de impunidad a los crímenes del franquismo y fue legitimada en la transición. Sí la investidura que Sánchez negocia con sus socios implica una amnistía parcial para los activistas, incluye represores y/o excluye la autodeterminación, la historia se repetirá como una triste comedia.
Nuevas herramientas políticas
Hay que dar vuelta todo, construyendo un camino alternativo, anticapitalista consecuente, de independencia de clase y socialista. Por esto, seguiremos planteando la necesidad de conformar un frente de la extrema izquierda y construir fuertes partidos de izquierda anticapitalista y una internacional que trabaje por el reagrupamiento de los revolucionarios en todo el mundo, como lo hace la Liga Internacional Socialista (LIS).
Palestina, un párrafo aparte
De un día para otro, lo que sucede en Medio Oriente forma parte de los diálogos cotidianos. El sábado pasado Hamas disparó miles de cohetes contra el Estado de Israel y entró en poblados alrededor de la Franja de Gaza. El pueblo palestino, harto de años de opresión, respondió apoyando la acción. El primer ministro Benjamín Netanyahu respondió con bombardeos y amenazas de una cruel venganza. Desde su fundación a sangre y fuego en 1948, el Estado de Israel ha sido un gendarme del imperialismo contra los pueblos árabes, ha perpetrado un genocidio y limpieza étnica sobre la población palestina. La ha obligado a abandonar su tierra, a exiliarse o vivir como ciudadanos de segunda en Gaza o Cisjordania. Pedro Sánchez se lavó las manos y llamó a la “concordia”, pero el conflicto plantea la misma disyuntiva de siempre: o se está con el pueblo palestino o con la barbarie sionista amparada en los intereses del imperialismo norteamericano. Nosotros estamos por la “Solidaridad con las masas palestinas. Por una Palestina única, laica, democrática y socialista”, por eso participamos de la concentración de apoyo a Palestina realizada en la plaza Sant Jaume de Barcelona.