Triunfazo de la movilización feminista

El Tribunal Supremo español reconoció que el ataque de La Manada fue violación y no abuso.  En el año 2016, durante las fiestas de San Fermín en Pamplona, José Ángel Prenda, Antonio Manuel Guerrero, Jesús Escudero, Ángel Pozas y Alfonso Jesús Cabezuelo violaron en grupo a una mujer de 18 años. Luego se jactaron de ello en las redes sociales.

El Tribunal Superior de Justicia de Navarra calificó lo que hizo La Manada como abuso sexual, dictaminó una sentencia de 9 años y los dejó en libertad bajo fianza. Fue una decisión vergonzosa que desató una oleada de movilizaciones masivas en el Estado español y la solidaridad en todo el mundo. Desde ese momento hasta hoy, el reclamo del movimiento feminista no se detuvo.

#YoSíTeCreo #NoEsNo fueron algunas de las consignas que amplios sectores del pueblo tomaron como propias. El caso instaló debates en la sociedad ¿Cuál es el rol de las instituciones? ¿Se culpabiliza a la victima? ¿Por qué son mayoría de hombres los que juzgan a mujeres?  El rol de los gobiernos y las instituciones se ubicó en el centro de los cuestionamientos.

El fallo por violación se impuso en las calles, los jueces sólo se vieron obligados a “bajar el martillo” ante la enorme presión de la lucha y la repercusión internacional.

Fue una pelea durísima, pero se ganó. El reciente fallo del Tribunal Supremo: estableció el delito de “ violación con agravante de trato vejatorio”, elevando las penas a 15 años y la indemnización a la víctima por 100.000 euros. Para uno de los agresores aumentó en dos años por el robo del móvil con intimidación. Los jueces determinaron que existió un “auténtico escenario intimidatorio” que hizo adoptar a la víctima una actitud de “sometimiento”. La sentencia es firme.

Se trató de un gran triunfo de la movilización feminista porque se reconoció que hubo violación. Sí quedaba impune, hubiera significado casi una vía libre institucional para violar con penas menores. La valiente decisión de la víctima de seguir adelante, la fuerza de las mujeres y de la ola feminista mundial pusieron las cosas blanco sobre negro.

Pedro Sánchez y los defensores del régimen ya están aprovechando el fallo para hablar de una “recuperación de la credibilidad de la Justicia” y reivindicar al Tribunal Supremo. No compartimos esto. Tenían razón las mujeres que cantaban «Esta Justicia es una mierda». El fallo por violación se impuso en las calles, los jueces sólo se vieron obligados a “bajar el martillo” ante la enorme presión de la lucha y la repercusión internacional.

#YoSíTeCreo #NoEsNo fueron algunas de las consignas que amplios sectores del pueblo tomaron como propias.

Reclamar sirve. No callarse la boca sirve. Hacer huelgas y movilizaciones sirve. Confiar en la fuerza del feminismo sirve. Tomar un camino independiente de las instituciones sirve. Organizarse sirve. Estas son las principales conclusiones, no lavarle la cara a los que son parte del problema.

Ahora estamos en mejores condiciones de ir por la conquista de más derechos. En estos días se llegó a un triste número: 1.000 mujeres asesinadas desde que se lleva el registro oficialmente. La muerte de mujeres por el hecho de serlo tiene una gravedad extrema, que muchos siguen negando. En primer lugar, la propia justicia que no tipifica los asesinatos como lo que realmente son: femicidios. Es una tarea inmediata frenar la violencia machista y los asesinatos que derivan de ella. Seguiremos gritando #NiUnaMenos, basta de femicidios.

El machismo patriarcal es extendido en la sociedad y en las instituciones, el capitalismo impone la opresión y la explotación de las mujeres. Partidos como el PP, Ciudadanos y los fachos de VOX sostienen este injusto estado de cosas. Está visto que se les puede torcer el brazo, pero para derrotarlos hay que tomar medidas profundas.

…nos sentimos orgullosas de ser contemporáneas de millones de mujeres valientes, como nuestra hermana que fue víctima, pero no se rindió a pesar del dolor.

En primer lugar, vamos a seguir apostando a la movilización, sí tocan a una, tocan a todas. No esperamos “milagros” de las instituciones que toman el reclamo feminista para canalizarlo hacia un callejón sin salida de confianza en las autoridades y medidas formales.

Es necesario que los jueces no dependan del poder de turno, sino que sean elegidos por el voto popular, con jurados populares que cuenten con mayoría de mujeres. La educación a todo nivel debe ser forjada con perspectiva de género. Las instituciones garantizar la contención de las mujeres agredidas con medidas psicológicas y económicas concretas para superar la situación conflictivas.

Nos sentimos orgullosas de ser contemporáneas de millones de mujeres valientes, como nuestra hermana que fue víctima, pero no se rindió a pesar del dolor. También por haber sido parte de los reclamos realizados en Madrid, Barcelona, Murcia y en los distintos países en que está organizada Juntas y a la Izquierda como una parte de la Liga Internacional Socialista.

Vamos a seguir adelante con nuestro feminismo de clase, buscando la unidad con los trabajadores y las minorías oprimidas. La lucha sigue hasta que el capitalismo y el patriarcado caigan juntos.