Inmigrantes temporeros: ¿qué normalidad?

El gobierno “progresista” usa a lxs jornalerxs a conveniencia de las patronales.  

Por Laura Jaén

Tras realizar un consejo de ministros el pasado martes 7, Luis Planas Ministro de Agricultura, asegura que la producción española sigue su marcha, y exactamente dos tercios de esta producción se exportan a la Unión Europea. La misma UE que hoy en día protagoniza un escenario en el que se salvan los intereses de los grandes capitales. En este sentido el tráfico de mercancías continúa fluyendo con normalidad y los mercados se siguen abasteciendo. Pero ¿Se abastecen las necesidades básicas de la clase trabajadora? ¿Es una prioridad?

Planas asegura que “la situación es de práctica normalidad”, y que el abastecimiento sigue su funcionamiento de forma regular. Podríamos tildar esta afirmación de violenta y agresiva, teniendo en cuenta cual es la situación que acaece al mundo entero. Evidentemente no para todos es la misma “normalidad”, cuando algunxs quieren volver a ella y para otrxs la “normalidad” era un problema.  

En este sentido, el sector primario es uno de los más afectados. En otras condiciones, desde marzo hasta finales de septiembre, estarían llegando al campo temporeros para trabajar en condiciones precarizadas, pero evidentemente esto no es posible, debido a las dificultades derivadas por las restricciones de movilidad. Aun así, esto no es un problema para un gobierno que se hace llamar progresista y que llama a “flexibilizar”  la contratación en el campo a los inmigrantes, a ser unos oportunistas.

La toma de decisiones de los gobiernos y de la UE, no hacen más que profundizar las condiciones precarizadas de inmigrantes de clase trabajadora.

Para afrontar la escasez de mano de obra, el gobierno da una tregua, y por decreto permitirá la contratación de inmigrantes sin papeles y solicitantes de asilo. No solo para inmigrantes sin papeles, sino también a parados en general, quienes podrán ser contratados sin dejar de percibir la prestación por desempleo. Se trata de una convocatoria motivada en la exigencia de garantizar las ganancias patronales, no en la solidaridad ante la emergencia y la necesidad de abastecer alimentos para todxs.

No se trata de una convocatoria solidaria ante la necesidad de producir alimentos para la población, sino en para Pero ¿Qué va a ocurrir con todas esas personas inmigrantes, cuando dejen de ser necesarias para el sistema en crisis? ¿Volverán a la posibilidad de su expulsión o internamiento en algún Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE)?

Al parecer para el gobierno, esta flexibilización de la normativa, para acondicionarla a la situación del sistema, no era necesaria cuando se llevaban a cabo las “devoluciones en caliente”, o cuando se tomaban acuerdos por parte de la UE para endurecer todavía más las condiciones de libertad  de los inmigrantes, de manera totalmente injusta, inhumana y arbitraria, como por ejemplo el blindaje contra los refugiados, o la voluntad de querer impulsar ciertas políticas en contra del rescate de inmigrantes, acusando de tráfico ilegal de personas a quienes los salvan de una muerte segura. ¿Cuál fue la respuesta entonces del gobierno a la UE? ¿Flexibilizar esas políticas? ¿Por qué ahora si flexibilizan las condiciones de regularidad de los inmigrantes? 

La respuesta es clara. La toma de decisiones de los gobiernos y de la UE, no hacen más que profundizar las condiciones precarizadas de inmigrantes de clase trabajadora. Son los responsables de otorgar subsidios a los terratenientes y grandes productores, de favorecer las ganancias de los distribuidores y las grandes cadenas comerciales, mientras los pequeños productores y lxs trabajadorxs rurales ven amenazada su subsistencia. Tienen en sus manos decisiones que afectan a la vida de muchas familias, pero los acuerdos no van encaminados a salvaguardar estas vidas, sino a empobrecerlas más, negociando condiciones y creaciones de nuevos fondos de financiación, con los que seguir aumentando la deuda pública de cada país. Nosotros decimos: inmediato reconocimiento legal, permanente, para todxs lxs inmigrantes, derechos plenos, sin precariedad laboral, con paga extra, alojamientos dignos  y seguridad para no contagiarse el Coronavirus, cierre definitivo de los CIE.

La situación actual es que el pueblo español, sin tener si quiera voz, y sin ser protagonista, es parte de un nuevo aumento de la deuda pública, y de una nueva «reconstrucción de España». Una restauración que seguirá salvaguardando los intereses de la burguesía, y en la que el modelo productivo seguirá siendo de dominación hacia la clase trabadora, las mujeres y los jóvenes.