Reciclaje, medio ambiente y cambio climático

Publicamos extractos de una carta recibida de vecinos preocupados por el medio ambiente.A partir de sus vivencias cotidianas, debatieron sobre la necesidad de detener la destrucción de la naturaleza.
“Este tema fue presentado en tertulia el 4 de junio: reciclaje y cambio climático. Sabemos lo que debemos poner en cada contenedor de color… Nos vamos a detener en el amarillo: allí van muchas cosas, entre ellas los plásticos. Pero hay plásticos durables y los de un solo uso. Estos días se ha difundido la noticia que muchos de ellos serán prohibidos, porque si bien son útiles para el hombre, tardan muchísimos años en desaparecer.
Entre el 80 y el 85% de las 500 mil toneladas de basura que se recogen cada año en las playas europeas son plásticos de un solo uso. Hay países como Italia que ya han prohibido los bastoncillos y los cubiertos de plástico, pues no existe tecnología de reciclaje para ellos.
Aquí se da un debate muy interesante, y se incluyen los envoltorios de comida que en su mayoría no son biodegradables, cuando ya existen otras opciones en cartón o madera. También es lamentable tanta inversión en publicidad y tan poca para informar el daño que se le hace al planeta.
Hasta el 2012 España era puntera en energías renovables, pero con la sequía del año pasado recurrió a combustibles derivados del petróleo, lo cual se sumó la creciente contaminación generada por los automóviles y las fábricas. Según una medición de una unidad especial de CC.OO. esto ocasionó la liberación en la atmósfera de un 4,46%, cuando el compromiso era reducirlo. Según el protocolo de París, España tiene un compromiso para el año 2030 de reducir en un 40% las emisiones que contaminan el aire.
Pero ¿qué podemos hacer nosotros? En lugar de usar el coche propio, se puede coger el transporte público, la bicicleta o simplemente caminar. Es más sano para el planeta y para las personas. También se podrían utilizar vehículos eléctricos, aunque son muy caros aún.
Además de los gobiernos, el problema está en las grandes empresas que deciden qué comeremos, cómo lo envasan y terminan siendo determinantes en nuestro presente y futuro.