Acuerdo diferido para reformar la eurozona

Se pospuso para diciembre la adopción de un blindaje anti crisis económicas. La cumbre de Bruselas sesionó con dos aspiraciones: encontrar una posición en común ante la crisis migratoria y reformar la eurozona.
Sobre el primer objetivo, ya expresamos los vergonzosos acuerdos antihumanos a los que llegó la Unión Europea.  Con relación a las finanzas patearon hacia adelante las decisiones concretas y los asuntos más espinosos.
Los acuerdos van en el sentido de progresar reformar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Hacia el año 2024, el fondo de rescate proporcionaría una línea de crédito cercana a los 60.000 millones de euros.

Sentaron las bases para crear un Fondo Monetario Europeo, una especie de FMI, para apagar incendios a cambio de imponer brutales condiciones de usura y ajuste.

Además, pretenden completar la financiación de la que dispone el Fondo Único de Resolución para hacer frente a las quiebras bancarias.
Sentaron las bases para crear un Fondo Monetario Europeo, una especie de FMI, para apagar incendios a cambio de imponer brutales condiciones de usura y ajuste.

Trajosamente, París y Berlín, habían cerrado una propuesta que aspiraban se aprobara en Bruselas, algo que no sucedió y los debilitó.
Entre los temas que quedaron por debatir hasta diciembre está la propuesta Macrón-Merkel de dotar de presupuesto a la eurozona, algo que es rechazado por varios países. Y seguirán intentando lograr la unidad del sistema bancario, uno de los temas que no consiguen consensuar.

Las deudas y la guerra comercial configuran un tándem que podría conducir hacia un nuevo capítulo de la crisis económica mundial.

La crisis griega quedó fijada en la retina del bloque imperialista. Por eso, quieren protegerse de lo que denominan «choques asimétricos», crisis que «pueden ocurrir de la noche a la mañana», según reconoció Donald Tusk, presidente de la Comisión Europea.
Las previsiones se fundan en una situación económica no muy auspiciosa. Según Michael Roberts: “La Gran Recesión de 2007-8 y la consiguiente Larga Depresión desde el año 2009 ha cambiado el panorama económico. En una economía capitalista mundial estancada, donde el crecimiento de la productividad es bajo, el crecimiento del comercio mundial ha disminuido y la rentabilidad del capital no se ha recuperado, la cooperación (relativa) ha sido sustituida por una competencia cada vez más feroz…” (Las rabietas de Trump y la economía mundial). Las deudas y la guerra comercial configuran un tándem que podría conducir hacia un nuevo capítulo de la crisis económica mundial.