“Ni prisión, ni exilio, los queremos en casa”
Libertad y autodeterminación van de la mano. Es una necesidad debatir propuestas de fondo. El sábado 14, alrededor de 200 mil personas hemos vuelto a ganar la calle. La convocatoria de la ANC, Òmnium y la Asociación Catalana por los derechos Civiles, ha sido un éxito a pesar de las vacaciones de verano.
Además, un grupo de CDR encabezó la ocupación de la Prisión Modelo, una cárcel en desuso que es símbolo de la represión franquista en Catalunya y emitió un comunicado sobre su actual posicionamiento político.
Ha sido una jornada con un mensaje firme al presidente Pedro Sánchez, al Juez Pablo Llarena y al régimen monárquico-parlamentario del ´78: ni un paso atrás por la libertad de los presos políticos y la República. El reclamo catalán sigue vivo, y no está dicha la última palabra.
A la par de las acciones, se desarrollan una serie de hechos que tensan paulatinamente la situación. La justicia alemana rechazó la extradición de Carles Puigdemont por rebelión. El principal argumento de violencia quedó debilitado. Aunque pueden entregar al ex President por malversación de fondos, es un golpe al Juez Pablo Llarena que presionó para que esto no sucediera. Ahora no saben si seguir adelante o retirar la Euroorden. No son pocos los que señalan que el Acuerdo de Schengen comenzó a desaparecer y se perfila la desintegración del bloque.
… ni un paso atrás por la libertad de los presos políticos y la República. El reclamo catalán sigue vivo, y no está dicha la última palabra.
Los dirigentes independentistas presos ya están en cárceles catalanas, pero no están en sus casas. Encima, su actual carcelero es la propia Generalitat, cuyo presidente es Quim Torra. Un verdadero contrasentido.
El gobierno del PSOE sigue asumiendo plenamente su rol de defensor de la Constitución del ´78. Sánchez y sus funcionarios hacen campaña negando la existencia de presos políticos y la autodeterminación. Ni si quieran se abren a una consulta pactada.
El agotamiento y la descomposición del régimen siguen su curso. El Poder Judicial no es independiente, es vengativo e inventa causas. El Poder Ejecutivo no brinda ninguna salida democrática a los problemas del país y ni siquiera convoca a elecciones que expresen la voluntad popular.
La monarquía sigue enlodándose. Corinna zu Sayn-Wittgensteir, próxima al emérito Juan Carlos I, afirmó que el Rey la usó como testaferro para ocultar patrimonio y propiedades en el extranjero y que contaba con cuentas en Suiza a nombre de su primo.
Lo que sucede exaspera a la derecha y a los más fachos como Soraya de Santamaría, Albert Rivera y la insultante Inés Arrimadas. Soraya intenta resucitar al PP. Los otros dos, quieren recuperar el terreno perdido, en base a sostener posiciones de extrema derecha y provocar al pueblo catalán.
Ni el maquillaje, ni las fragancias, ni los cambios de ropa pueden ocultar el agotamiento del régimen. La respuesta debe ser de fondo.
Es necesario impulsar la movilización masiva y unitaria, para imponer la convocatoria a una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, que debata y decida sobre todos los problemas políticos y sociales en debate y sin resolución.
Hay que dar vuelta la tortilla y desobedecer al poder. Lo primero es la libertad de los presos políticos y exiliados. La autodeterminación catalana y de otros pueblos.
Se podría debatir la debacle moral, política y económica de la UE, la necesidad de priorizar la vida de los trabajadores por encima del salvamento a los bancos, las empresas y sus ganancias. El trabajo digno sobre la precarización. Lo público con control social sobre lo privado sin control. La libertad de expresión sobre la censura. El acogimiento a inmigrantes sobre la expulsión. La igualdad y los derechos de las mujeres sobre el machismo patriarcal. Y otras tantas propuestas a favor de las grandes mayorías en contraposición al criminal egoísmo capitalista.
El realineamiento amplio de las organizaciones políticas y sociales de izquierda consecuentes, anticapitalistas, de los socialistas revolucionarios y el progresismo, puede alumbrar un camino distinto a los sostenedores, explotadores y opresores, del Estado español y su Rey.
También de los partidos catalanes mayoritarios que abierta o veladamente, se van separando del mandato del 1-O para ir por la banquina del autonomismo. Construimos una nueva organización revolucionaria, anticapitalista e internacionalista para impulsar esta perspectiva. Demos la pelea juntos.