Gustau Muñoz: Un asesinato impune

Continúa la lucha por el castigo a los represores asesinos.  El 20 de noviembre de 1975 moría en la cama el dictador Francisco Franco. Años antes dejó estructurada su sucesión en Juan Carlos I, bajo la forma de una monarquía parlamentaria.

Esta fecha es el punto de partida de lo que se conoce como «La Transición Española», un periodo de tiempo en el que todo el aparato represivo siguió activo.

Se calcula que casi 200 personas fueron asesinadas en las calles del Estado español. Cayeron a manos de la Policía, la Guardia Civil y la ultraderecha, que actuaba en muchos casos como brazo ejecutor del régimen. Prácticamente, en ningún los autores materiales de los crímenes han sido juzgados o detenidos.

Con la perspectiva que nos da el tiempo, podemos afirmar en forma rotunda, que dichos asesinatos formaban parte de la estrategia del Estado para llevar adelante los planes de continuidad del franquismo, pero cambiándole la cara. La movilización obrera y estudiantil era muy activa, eso complicaba sus planes y el aparato represivo actuaba.

También, hay que tener en cuenta que España era refugio de la ultraderecha italiana, alemana o argentina. Todas sus actuaciones tenían una pátina de impunidad que los hacia más violentos.

El caso de mi hermano, Gustau Muñoz, militante de UJML e independentista es un exponente claro de todo lo que hemos descrito hasta ahora. Gustau tenía 16 años cuando fue asesinado por la represión en Plaza Sant Jaume y alrededores, durante la Diada del 11 de septiembre de 1978. Fue el inicio de una de las innumerables operaciones que el Ministerio del Interior de esa época ponía en marcha para liquidar a la oposición que se manifestaba en las calles. Entre los años 1977 y 1978 el PCE (I) tenía muchos frentes abiertos y una clara oposición al Pacto de la Moncloa y a una Transición que no permitía ningún juicio a los responsables de la dictadura.
Tras la muerte de Gustau de un tiro en la cabeza, al 34 de la calle Ferran de Barcelona, durante varios días se desató una intensa represión contra los militantes de partido. Se adelantó la hora del sepelio y ya en el cementerio se produjeron las primeras detenciones que continuaron posteriormente. A un mes de la muerte de Gustau tuvo lugar el fallecimiento de Jordi Martínez de Foix, militante del PCE (I) tras una explosión ocurrida en extrañas circunstancias. Ninguna de estas muertes llego a juicio.

A 40 años del asesinato de Gustau, se ha abierto una vía de investigación en Argentina, tanto de su asesinato como de la Transición española. Hoy en día, aún viven muchos de sus tristemente famosos protagonistas y estamos a tiempo de pasar cuentas con la historia y sus protagonistas.

Marc Muñoz