11S: Viva el 1-O y la República Catalana. Hace falta un frente de la extrema izquierda
Vivimos cada vez peor. La inflación crece sin freno. La salud y la educación públicas están gravemente deteriorados. Los alquileres son carísimos. Las tarifas de luz y gas son impagables. El desempleo y el trabajo precario azotan a millones de personas. Los jóvenes y las mujeres son víctimas de un sistema injusto y patriarcal. Los salarios y las pensiones no alcanzan para llegar a fin de mes.
Sánchez pone el guiño a la izquierda, pero gira a la derecha. La crisis económica capitalista, la pandemia, la guerra de invasión rusa a Ucrania y las políticas del bloque imperialista de la Unión Europea, azotan al pueblo trabajador. Sus consecuencias se agravan con la gestión PSOE-UP que provoca padecimientos y más desigualdad social. Conforman un gobierno al servicio de: garantizar las ganancias capitalistas, sostener al régimen monárquico parlamentario del ’78, obedecer imperialismo occidental, la UE y la OTAN, construir la “Europa fortaleza” anti inmigrantes y apoyar al gendarme marroquí contra el pueblo saharaui. La coalición del gobierno español no es ni progresista ni de izquierda.
Sepultureros del 1-O. La mayoría del pueblo catalán le brindó apoyo al gobierno ERC-JxCat. Sin embargo, hay muchas personas que se sienten defraudadas porque Pere Aragonés ha sincronizado con el gobierno español. Sostiene a Sánchez y se aleja de la República Catalana en función de conseguir una autonomía regenteada. No es sorprendente que Junqueras haya criticado el llamado de la ANC ni que el president no asista a la movilización de la Diada. No son errores, es una política que sepulta al 1-O. La mesa de diálogo es una trampa para consolidar la opresión de Catalunya.
La derecha y la ultraderecha están al acecho. Las mentiras, las traiciones, las inconsecuencias de la gestión PSOE-UP y de los reformistas, generan descontento y desconfianza. Es precisamente lo que intentan capitalizar el PP, Vox y Cs. Desde posiciones reaccionarias, se presentan miserablemente como gestores del cambio, defensores de las libertades y portadores de bienestar económico. Hay que combatirlos donde asomen la cabeza.
7 propuestas
La situación de crisis actual y la que vendrá plantea grandes desafíos y, al mismo tiempo la oportunidad de construir algo nuevo. La lucha unitaria y el intercambio de opiniones ayudarán a configurar el mejor camino a seguir.
1-Llamar a que irrumpa el pueblo trabajador. El camino para enfrentar la actual situación y lo que vendrá lo señalan las movilizaciones y las luchas. Como las que en distintos momentos protagonizaron los trabajadores de la sanidad, la educación, los metalúrgicos gaditanos, los trabajadores de Iberia, Ryanair y otros. Las mismas que llevan a cabo los trabajadores de Francia, del Reino Unido y otros países del mundo. Apoyemos las luchas y la exigencia de huelga general a CC. OO. y UGT.
2- Fomentar asambleas democráticas. Es fundamental que se debata y vote un plan de lucha en asambleas democráticas. Con un programa de reivindicaciones transicionales que vaya desde las necesidades inmediatas a las de fondo, para que la crisis la paguen los capitalistas. En los sindicatos hacen falta nuevos dirigentes, democráticos y combativos.
3-Retomar las luchas masivas. Son fundamentales las movilizaciones masivas y la autoorganización, junto al movimiento obrero, para realizar un nuevo embate contra el régimen del ‘78, contra la persecución y la represión, por la amnistía y los derechos sociales pendientes. JxCat suspendió la independencia en el momento más álgido de la movilización, ahora ERC completa la faena intentando congelarla, camino a sepultar el 1-O. Hace falta una nueva dirección para lograr la conquista de la República Catalana. Es una tarea indisoluble en la lucha por una salida estratégica: que gobiernen los trabajadores y el socialismo.
4- Enfrentar a los gobiernos burgueses y sus regímenes. ¿No crees que hay elementos suficientes para una profunda evaluación de los gobiernos central y autonómico? Creemos que sí, y que arrojaría un resultado inequívoco: no son progresistas ni de izquierda. Son variantes de gobiernos burgueses que no salen de los límites que impone el sistema capitalista. Es un error depositar hasta la más mínima confianza en los gobiernos PSOE-UP y ERC-JxCat.
5-Combatir unitariamente a la derecha y la ultraderecha. Esto no implica optar por el “mal menor”, una trampa que desliza el poder a uno y otro lado del péndulo político sin provocar cambios profundos. Significa evitar que los sectores más nefastos de la sociedad capitalicen el descontento social. Los movimientos políticos, sociales, sindicales, de derechos humanos y culturales tenemos el desafío de combatirlos sin tregua hasta derrotarlos.
6-Poner de pie al actor político que falta: la extrema izquierda. Hace falta una nueva alternativa, de extrema izquierda. ¿Con qué características? Que sea antiimperialista, anticapitalista, que esté por la autodeterminación de los pueblos, por la independencia de clase, que rompa con la UE y no ceda a los gobiernos ni a los regímenes burgueses. ¿Con qué programa? Con propuestas que respondan a las necesidades inmediatas y a las estratégicas, es decir, por un gobierno de los trabajadores y por el socialismo. ¿Con qué orientación? Que no sea solamente una formación electoral, sino una herramienta para apoyar las luchas e intervenir en los procesos políticos. Que se arraigue en el movimiento obrero y popular, estudiantil, feminista, pensionista y migrante. Que se ubique lejos de la vieja política, del sectarismo y del oportunismo. Que se delimite de los reformistas y combata a la derecha y a la ultraderecha. ¿Con qué método? Con la acción común, el debate paciente, el respeto a las distintas opiniones y tradiciones políticas.
7-Impulsar el llamado a construir lo nuevo. La CUP se define anticapitalista, formula críticas correctas y sigue gozando de apoyo en sectores del activismo y la juventud. Es un capital político importante desde el cual podría llamar a poner de pie un Frente de extrema izquierda. Sería un paso muy positivo visto con gran simpatía por los luchadores más consecuentes. No se puede avanzar en tal sentido sin romper los acuerdos con ERC que le otorgaron la investidura a Aragonés y lo sostienen en el poder. También Anticapitalistas cumpliría un rol progresivo si se pronunciara en el mismo sentido, superando el regionalismo y las medias tintas programáticas. Los agrupamientos que nos reivindicamos socialistas e internacionalistas, como SOL, LI, CRT, CR e IR, tenemos el desafío de pasos para revertir la dispersión y avanzar hacia el reagrupamiento de los revolucionarios.