Yolanda González: ¡Presente, ahora y siempre!
Su asesinato fue uno de los más brutales durante la transición. Yolanda González Martín, joven estudiante y militante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST, partido integrante de la corriente internacional trotskista impulsada por Nahuel Moreno), había nacido en Bilbao, País Vasco, en el año 1961.
A los 16 años empezó a militar y se hizo activista en su escuela. Era parte de esa juventud que en la España post franquista protagonizaba marchas en defensa de la educación pública, encierros estudiantiles y apoyo a las luchas de los trabajadores que estaban enfrentando los primeros años de una transición pactada entre la UCD de Adolfo Suárez, el PP de Fraga y el PSOE y el PCE, todos amparados y bendecidos por el Rey Juan Carlos y por la Iglesia, como habían sido las últimas ideas del dictador Franco.
Eran los primeros años de una Transición pactada, que ya empezaba a atacar a los trabajadores, las mujeres, la juventud y las nacionalidades. En el año 1978, Yolanda se mudó a Madrid y siguió siendo parte de la lucha estudiantil, en el año 1979 ingresó al PST. En diciembre de ese año la conocí en Madrid y junto a otres compañeres del PST, compartíamos reuniones y marchas que llenaban plazas y avenidas madrileñas. Su sonrisa, su alegría, su fuerza y su rebeldía eran parte activa en la construcción del joven PST.
La noche del 1º de febrero de 1980, Yolanda fue secuestrada, torturada y acribillada a balazos. Su cuerpo apareció el 2 de febrero. El “Batallón Vasco-Español”, una organización fascista del país vasco se adjudicó su asesinato. El franquismo y sus seguidores seguían enquistados en el aparato del estado y en las fuerzas de seguridad, y quisieron atacar y detener la lucha estudiantil y también el crecimiento de nuevas organizaciones revolucionarias como el PST. Pero no lo lograron.
Una impresionante huelga estudiantil paralizó las clases en Madrid y en Bilbao, reclamando investigación y castigo a los responsables. A los cinco días, fueron detenidos los autores materiales del asesinato. Eran mercenarios a sueldo de un partido de extrema derecha, Fuerza Nueva. El PST exigió que se detenga también a fascista llamado Blas Piñar, Sec. Gral. de Fuerza Nueva, autor intelectual del asesinato. El día que empezaba el juicio, con enorme valentía, los militantes del PST hicieron guardia y se movilizaron al juzgado, para que ninguna banda fascista pudiera impedirlo.
Emilio Hellín, autor material del crimen, fue condenado a 43 años de prisión y otros tantos para sus cómplices. Fuerza Nueva fue proscripta para siempre y desapareció como partido político. Pero la presencia del franquismo en la justicia y en las fuerzas de seguridad seguían vivas. Hellín escapó dos veces de la cárcel ayudado por sus amigos franquistas. Logró cambiar su identidad en los propios registros del Estado, y solo cumplió 14 años efectivos de prisión.
Una investigación periodística en el 2013 reveló que tenía una agencia de inteligencia que daba cursos a los guardias civiles y policías, y que estos eran pagados por el Ministerio del Interior del Estado español. Y que actuaba como perito científico en la Audiencia Nacional. El franquismo seguía vivo y tenía ahora una nueva forma institucional.
Con el paso de los años fueron quedando evidentes los estrechos vínculos entre Hellín y la desaparecida Fuerza Nueva y las instituciones de Estado. Cambiaron los gobiernos, pero bajo la estricta tutela de la monarquía pactada en 1978, todos ellos atacaron los derechos de los pueblos, de los trabajadores, de las mujeres y de la juventud.
Pasaron muchos años, pero nunca pudieron borrar la memoria de Yolanda, su lucha y la de su partido, el PST. Yolanda y el PST están hoy presentes junto al millón de personas que se movilizaron en la Diada en Catalunya, que exigen su derecho a decidir sus destinos y se enfrentan a la Guardia Civil y a la Policía. Yolanda y el PST siguen vivos en las marchas de los pensionistas, en las de los trabajadores de la salud, en las luchas de las mujeres por todos sus derechos.
España sigue sacudida hoy por una profunda crisis política. Se arman y se desarman gobiernos y alianzas, pero ninguna de ellas da respuestas a las necesidades del pueblo y las nacionalidades. Hoy nuestres compañeres de SOL (Socialismo y Libertad), reivindican la lucha y la historia del PST y la memoria de Yolanda, y exigen el castigo a todos sus asesinos materiales e intelectuales. Y levantando la bandera con la imagen de lucha y de alegría de Yolanda, se preparan para las nuevas batallas que se avecinan.
Carlos Maradona (MST-Argentina)