Al Tribunal Supremo: “Ho tornarem a fer”
Ha finalizado la etapa testimonial del juicio farsa a los líderes del Procés. Se desarrollaron 52 sesiones con más de 600 testimonios a favor y en contra de los acusados. A los 12 independentistas acusados les demandan entre 16 y 25 años de cárcel, mientras que llevan un año y medio en prisión preventiva.
Los miembros de la Policía Nacional y la Guardia Civil mintieron descaradamente siguiendo el libreto dictado por la Fiscalía y la Abogacía del Estado. Describieron situaciones imaginarias de violencia “peor que en los tiempos de ETA”.
Los principales funcionarios de gobierno del PP involucrados, Mariano Rajoy, Soraya Saénz de Santamaría, Enric Millo y otros justificaron lo actuado. Cuando se vieron en problemas faltaron a la verdad, apelaron al “no recuerdo” o “no me consta”. Fue un juicio plagado de exageraciones, tergiversaciones, vulneración de derechos e indefensión ante el Tribunal Supremo. Para completar el cuadro, la Acusación Popular la llevaron adelante Javier Ortega Smith y Pedro Fernández, dirigentes del partido fascista VOX.
A pesar de no haber presentado ninguna prueba contundente, la Fiscalía mantuvo las acusaciones originales caratulando lo sucedido como un “golpe de Estado”. La Abogacía no insistió con la rebelión, pero mantuvo la sedición y malversación de fondos.Los abogados defensores fueron contundentes en sus conclusiones. Entre los alegatos finales de los acusados hay que destacar el de Jordi Cuixart. El presidente de Òmnium Cultural dijo: “Yo os iba escuchando; decíais que yo hacía llamadas a la movilización permanente ¡Es que es verdad! ¡Está claro que lo hice! Y tengo la obligación de volverlo a hacer, la movilización permanente, cívica, pacífica … Sí, señores fiscales, la movilización permanente, y el derecho de protestar. Deseáis que la gente deje de protestar, y no dejaremos de protestar. Estamos obligados a seguir protestando para que nuestros hijos también puedan protestar”. Y acuño una frase que se extendió por toda Catalunya en las movilizaciones de repudio realizadas el mismo día: “Ho tornarem a fer”, “Lo volveremos a hacer”.
Sí, señores fiscales, la movilización permanente, y el derecho de protestar.
Los magistrados escucharon inmutables, el Juez Manuel Marchena cerró con un gélido “Visto para sentencia”, que, por cierto, parece ya escrita. El juicio es un capítulo más de los tantos que los catalanes afrontaron a lo largo de los siglos en búsqueda de la libertad.
Somos contemporáneos de acontecimientos históricos. Asistimos a la revolución democrática de un pueblo que se movilizó, hizo huelgas y toda clase de acciones. Que el 1-O realizó un referéndum democrático en el que decidió darle el SI a la República. La valiente decisión popular no tuvo su correlato en la política de los partidos mayoritarios que desde el Govern declararon y suspendieron la independencia al mismo tiempo, para “dialogar y consensuar” con el opresor. Así, desorientaron a muchos catalanes que confiaban en ellos, dejaron pasar una oportunidad histórica y le dieron aire al unionismo que respondió con el 155.
El juicio farsa no se realizó solamente contra los que estaban en el banquillo de los acusados. También persiguen a los exiliados, a miles de vecinos y activistas. Se trata de imponer miedo a los dos millones de catalanes que votaron por la independencia, para que dejen de luchar.
Hay quienes dicen “es un problema de los catalanes” es un error porque cuando tocan a unos, tarde o temprano tocarán a todos. Lo que hoy es una grave vulneración al derecho de protestar ante los tres poderes; mañana será un ataque a otros pueblos, a los pensionistas, al movimiento feminista, a los estudiantes y a los trabajadores que luchen. Mañana es una forma de decir, porque ya existen miles de españoles encausados por la Ley Mordaza.
La respuesta reaccionaria también tiene como fin amedrentar a otros pueblos que quieren la autodeterminación en el ámbito de la Unión Europea. Las autoridades del bloque imperialista cierran filas con el régimen para evitar que el ejemplo catalán se expanda dentro de sus fronteras como un reguero de pólvora.
…cuando tocan a unos, tarde o temprano tocarán a todos.
Los principales fogoneros del retroceso democrático están en el PP, Ciudadanos, VOX y PSOE. Sin embargo, resulta lamentable que haya quienes se dicen progresistas, republicanos o de izquierdas que con distintas argumentaciones no apoyan activamente con los catalanes movilizados. En Comú Podem con su política de equidistancia representan una de estas expresiones.
Defender a los presos políticos y perseguidos por el estado burgués, al igual que las libertades democráticas es una cuestión de principios. Por eso, llamamos a la más amplia unidad de acción en la movilización para ganar la lucha.
El cuestionamiento al régimen del ´78 monárquico-parlamentario tiene un carácter progresivo, es el más profundo desde la muerte del dictador Franco. Lo tiene más allá de la limitación de no contar con la clase obrera como protagonista determinante. Es en este marco que señalamos las diferencias que nos separan de JxCat y ERC.
Muchos de los acusados describieron en detalle el equilibrio que hacían entre el mandato popular y el judicial. Pero fue el abogado de Joaquim Forn, Xavier Melero, quien sintetizó el accionar de los dirigentes del Procés: “Se que lo que voy a decir, a algunos no les va a gustar…” «el govern de la Generalitat incumplió sistemáticamente el contenido de las leyes de desconexión para que nada de lo que hiciera tuviera validez normativa, ni desde el punto de vista de su legalidad republicana. El Govern incumplió la proclamación de la independencia […]. Todo el mundo se fue a su casa, no arriaron la bandera, no comunicaron nada al cuerpo diplomático».
Es necesario unir a los trabajadores y los pueblos del Estado español en los reclamos sociales y democráticos comunes…
Hay quien dirá que se trató de una táctica de defensa. Puede ser, pero coincide con la evaluación de la realidad que distintos sectores venimos haciendo desde hace mucho tiempo atrás, sobre la inconsecuencia de los dirigentes. El simbolismo y las “jugadas maestras” no alcanzan para escribir la historia. A pesar de todo esto, la lucha no fue derrotada.
Impulsamos la más amplia unidad de acción por la absolución de los presos políticos, contra el régimen y por una Asamblea Constituyente Libre y Soberna. Es necesario unir a los trabajadores y los pueblos del Estado español en los reclamos sociales y democráticos comunes, en un camino opuesto a las burguesías española y catalana.
Impulsamos la confluencia en una nueva alternativa política, verdaderamente de izquierda, anticapitalista y con fuerte arraigo en la clase obrera. Estamos por la República Catalana también como palanca de un objetivo estratégico, que gobiernen los trabajadores y el pueblo en una libre Federación de Estados Socialistas Ibéricos. Para ello construimos un partido revolucionario y socialista al que te invitamos a conocer.