Insuficientes, injustas y autoritarias
Así son las medidas del gobierno español ante la crisis detonada por el Covid-19.
Pedro Sánchez recibió el apoyo del Congreso para la prórroga del Estado de alarma hasta el 11 de abril. La derecha y la ultra del PP, Cs y Vox han vuelto a desplegar sus posicionamientos más reaccionarios al exigir más medidas racistas y autoritarias, como cobrarles a los inmigrantes por atención médica y volver a aplicar el 155 en Catalunya. Mientras tanto, la curva del virus sigue en su fase de crecimiento exponencial y no se sabe cómo evolucionará.
¿Qué pasó? Cuando la enfermedad ya se había extendido por China, Irán e Italia, los funcionarios vaticinaron “España solo tendrá un puñado de casos”. Un grave error: hay más fallecidos per cápita que en China. Ante el desborde declararon zonas de confinamiento, pero la lentitud y parcialidad de las decisiones hizo que muchas personas no se aislaran. Además, decretaron la obligatoriedad de asistir al trabajo con lo cual millones de trabajadorxs, con empleos no esenciales, siguieron en las calles sin protección y sin pruebas de contagio masivas. Las medidas sanitarias adoptadas son insuficientes, lentas y de dudosa eficacia. La principal barrera al virus es el esfuerzo de la población y lxs trabajadorxs sanitarios, a los cuales todxs aplaudimos cada noche desde los balcones.
¿Se trata de una mala administración? Sí, pero a ello se suman las deficiencias infraestructurales y de abastecimiento de materiales indispensables. Faltan hospitales, camas y las UCI están desbordadas, por eso improvisaron establecimientos de campaña y morgues en espacios originalmente destinados a otros fines. Escasean médicxs y enfermerxs, por lo cual contrataron a 50 mil profesionales jubiladxs y estudiantes. No hay suficientes mascarillas, ropa protectora, guantes y alcohol en gel. Algunos de estos materiales, respiradores y kits de prueba rápida se están importando sobre la marcha, en algunos casos sin éxito ya que no sirven. No contar con la protección adecuada ha tenido un alto precio para la población en general y la plantilla de empleadxs de la salud en particular ya que ha llegado a un contagio del 12% de la plantilla. Como contracara, a la familia real, los ricos, los políticos del régimen y otro puñado de privilegiados, no les falta nada: usan el sistema privado de salud y se saltan la cuarentena cuando les viene en gana.
¿Qué provocó un “agujero negro” en el sistema sanitario? Fueron los sucesivos recortes presupuestarios realizados cuando los funcionarios decidieron que los fondos públicos fueran a los bancos y empresas, en lugar de destinarse a lo público. Los gobiernos del PP, PSOE y autonómicos que avalaron este desastre no pueden eludir su responsabilidad. Otro elemento clave fueron las privatizaciones: a los dueños de establecimientos no les interesa la pandemia, por eso, ante la falta de “clientes” cierran y pasan trabajadorxs al ERTE. Mientras faltan camas en establecimientos públicos, sobran en los privados y están vacías. Hay datos estadísticos que reflejan que España está entre los países europeos que menos recursos por habitante vuelca a la salud pública. Estas son las causas por las que avanzó el virus, no fueron las mujeres el 8M, ni quienes asistieron a estadios de fútbol, ni lxs trabajadorx que siguieron en las calles por obligación. La responsabilidad fue del gobierno, su indecisión, ocultamiento y desinformación.
En el terreno económico hubo algunos alivios a los sectores vulnerables, pero son tan parciales y acotados que no alcanzan. Apenas pueden disimular que las medidas fundamentales son para salvar las ganancias patronales. Por eso, aceptaron el acuerdo patronal-sindicatos para presentar ERTE masivos que, hasta hoy, llegan a 1,5 millones de trabajadorxs y sólo se refirieron al teletrabajo como sugerencia y sin compensación alguna. Los rescates en los principales países de la UE incluyen medidas fiscales, de crédito, programas de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo por una suma que se estima en siete billones de euros; sin incluir a EE. UU., China, Japón u otra economía asiática. Según algunos analistas, la acción para salvar a la economía capitalistas no tiene precedentes, ni siquiera en la crisis anterior que comenzó en el 2008. Las medidas son injustas, lo cual acentuará las diferencias sociales. ¿No hay dinero? Sí hay dinero. El problema es que se destina a los más privilegiados. ¿Y los 70 mil millones que el Estado español le dio a la banca privada para evitar la quiebra?¿Y los 100 millones de dólares que el rey emérito Juan Carlos I tiene en cuentas off shore? Deberían recuperarse para salvar vidas y asistir socialmente a los más necesitados.
Políticamente brotó el autoritarismo. La declaración del estado de alarma incluye el recorte a libertades democráticas, patrullajes policiales abusivos, sanciones y el despliegue del ejército español; medidas con las cuales Unidas Podemos, Los Comunes y otros reformistas están alineados. No hay guerra, no se necesitan generales con uniforme y medallas, dando informes de “batallas”. Se necesitan más médicxs y enfermerxs con protección, no soldados uniformados. No es casualidad que la derecha y la ultra apoyen al gobierno, ni que Sánchez repita hasta el cansancio que busca la “unidad de España”, “de empresarios y trabajadores”, aprovechando la situación para imponer los cuestionados valores del régimen del ´78. Además, fomentan que la población haga de policía y denuncie a quienes salen a la calle. Muchas personas rechazan estos mecanismos y se organizan como pueden para solidarizarse con lxs vecinxs necesitadxs. El gobierno, el régimen y los medios de comunicación masiva despliegan una campaña ideológica que asfixia y confunde, desviando de la atención a los responsables del desastre e induciendo a la población a aceptar resignadamente los ajustes, tanto los actuales como los que vendrán. No hay que entrar en pánico ni caer en la complacencia acrítica.
Los socialistas revolucionarios creemos necesario impulsar una respuesta desde la clase trabajadora y el pueblo, como plantea la Liga Internacional Socialista. Hay que garantizar un plan gratuito de test masivos, tratamientos y distribución de elementos preventivos. Basta de lucro privado, hace falta un sistema de salud estatal único, con un shock de inversión, bajo control social de las organizaciones de: trabajadorxs de la salud, especialistas y científicos independientes, pensionistas, vecinos y otros colectivos de usuarios. La capacidad instalada de los servicios privados de salud debe quedar a disposición del sistema público y sujeto a expropiación. Deben prohibirse los despidos, otorgarse licencias con pago completo del salario y derogarse la reforma laboral. Lxs trabajadorxs informales, autónomxs y desocupadxs deben recibir una renta universal digna. Hay que prohibir los desalojos, suspender el pago de alquileres y servicios. Basta de privilegios a los funcionarios, la realeza y los ricos: que dispongan de los medios sanitarios a los cuales tiene acceso cualquier persona. No podemos dejar que con la excusa de la emergencia avancen el machismo y el racismo: cierre de los CIEs y derogación de la ley de extranjería. Ni un euro a los especuladores, nacionalización de la banca y el sistema financiero.
Es momento de actuar con conciencia social y actitud reflexiva. Lo que estamos pasando no es una excepcionalidad total. Las crisis económicas, políticas, sociales, humanitarias, sanitarias, culturales y ambientales que deterioran la vida y amenazan al planeta, son cada vez más frecuentes. ¿Te has preguntado a qué se debe? La respuestas tiene como telón de fondo la decadencia del sistema capitalista-imperialista. Mientras siga vigente empujará a la humanidad hacia la barbarie. Es indispensable pensar en salidas de fondo, en un sistema distinto, justo y solidario, sin privilegiados, que satisfaga las necesidades básicas de salud, trabajo, educación, vivienda y plenas libertades, en definitiva, un modelo de socialismo con democracia. La disyuntiva de acero es socialismo o barbarie.