Hacia el Encuentro Internacional de Jóvenes Socialistas
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Al momento de escribir esta declaración el mundo entero sigue con atención y simpatía mayoritaria en la juventud, la rebelión en EEUU. Las acciones de solidaridad internacional crecen y este proceso viene a confirmar tendencias en pleno desarrollo: el COVID amplifica la crisis capitalista, la burguesía intenta aplicar su programa de ajustes y las masas reaccionan. Este es el cuadro general, que define la coyuntura mundial. El capitalismo y la burguesía al comando del mundo, solo conocen una forma de superar sus crisis recurrentes: más explotación obrera, más depredación de la naturaleza, más opresiones de todo tipo. Por lo tanto, el curso del próximo período y la eventual salida de la crisis se definen en el proceso de lucha de clases, enfrentando la acción de los gobiernos contra el conjunto de las masas y en particular, contra la juventud.
El programa capitalista para la juventud es categórico:
- Más precarización laboral
- Más brecha educativa, ahora reforzada por la virtualidad de la pandemia
- Más violencia institucional
- Más racismo y xenofobia
- Más opresión machista
Por lo tanto, el futuro para la actual generación está comprometido bajo la dirección política de la burguesía mundial.
Este panorama es el desafío que tiene que enfrentar la juventud en todo el mundo: derrotar el ataque redoblado de los capitalistas para asegurarse ganancia y construir un puente hacia un nuevo modelo económico, social y político. En estos términos está colocada la perspectiva histórica.
La rebelión no está en cuarentena
La rebelión tiende a globalizarse, con desigualdades, pero como perspectiva indiscutible. La rebelión en el corazón del imperialismo, es el signo de la actual polarización mundial. Esto corrobora que el “impasse” de la pandemia, el confinamiento en varias regiones del mundo, y después del lógico impacto inicial, no evapora la acumulación de fuerza social previa, no diluye la fuerza de la juventud indignada. Por el contrario, se retoma y amplía la vitalidad de las protestas, todavía más con el agravante del rol insensible, inhumano e irresponsable de los gobiernos del capital frente a la pandemia. Esta acción independiente de masas, que se reactiva en todos los continentes, define un rasgo de la etapa que transitamos y a la vez, anticipa cambios que tendremos que analizar para intervenir políticamente. Sin embargo, las luchas que crecen y con la juventud como un protagonista, es una gran y positiva noticia para nosotros, los socialistas. Si hay luchas, hay experiencia y la conciencia puede avanzar, experimentando el rol nefasto de todas las formaciones políticas tradicionales y más todavía, de la falsa izquierda que solo opera como auxilio de los capitalistas. Así, la tarea de construir al calor de las rebeliones organizaciones para la revolución, gana espacio y oportunidad. Aunque, por supuesto, los que mandan no van a resignar fácilmente su poder.
El imposible capitalismo humanizado
En ese contexto, y de forma preventiva y defensiva, las usinas ideológicas de los capitalistas y sus socios por “izquierda”, los reformistas, hacen todos los esfuerzos a su alcance para sembrar ilusiones en alguna nueva forma de capitalismo humanizado. Pero esos “cantos de sirena” tienen el límite de la realidad de una economía en crisis sin márgenes para concesiones a las masas. Peor todavía: para asegurar su dominación y continuidad, las corporaciones y sus gobiernos, despliegan más y más violencia represiva, su último recurso. Por lo tanto, los condicionantes del capitalismo para asegurar los derechos básicos y que la juventud no resigna, abre un enorme campo para lucha por las ideas del socialismo. Abre la necesidad de replantear todo, a traves de una verdadera revolución con la clase obrera y los sectores populares al frente. Plantea con fuerza la tarea de construir organizaciones para luchar por el poder. La experiencia inédita de la pandemia, combinada con la crisis capitalista, y la respuesta de los gobiernos preservando los intereses del 1 %, pone sobre la mesa el agotamiento del sistema, toda su decadente barbarie y el desafío de construir un mundo nuevo, sobre bases de igualdad en la economía, sin parásitos del trabajo ajeno; sin opresiones, ni explotación; sin violencia represiva; con una real democracia de la mayoría, de los de abajo, de la clase trabajadora, la juventud y los pueblos pobres del mundo.
Otro Mayo del 68, para dar vuelta todo
Para estas tareas, para debatir e intercambiar experiencias, para el propósito de intervenir en este “Nuevo Mayo del 68” que parece atravesar el mundo y de verdad, dar vuelta todo, las juventudes de las organizaciones que integramos en 5 continentes la Liga Internacional Socialista convocamos el próximo 20 de junio a un potente Encuentro de Jóvenes Socialistas. Esperamos la participación de más de 20 países de todas las regiones del planeta, y a la vez, nos planteamos este Encuentro como una instancia de deliberación democrática para resolver acciones de lucha y organización en nuestros países. Porque somos realistas, y luchamos por reorganizar todo sin imperialismo, sin capitalistas, sin desigualdades, sin represiones. Porque somos internacionalistas, socialistas que luchamos por la revolución y un mundo nuevo, sin explotación ni opresiones.