Fin de la legislatura, elecciones en el horizonte

Se van delineando las autonómicas catalanas citadas para el 14 de febrero.

Las elecciones impuestas por la aplicación del 155 el 21 de diciembre del 2017 arrojaron como resultado la constitución de la XII legislatura. Aunque triunfó el independentismo, ni el Govern ni el Parlament retomaron el camino hacia la autodeterminación, fueron obedientes e intentaron por todos los medios pactar con el gobierno PSOE-UP la recuperación de una autonomía retaceada. También fueron un desastre en el terreno social. Ante la crisis sanitaria y económica, actuaron a favor de los intereses empresariales por encima de las necesidades populares. Antes, el President Quim Torra fue destituido sin que hubiera una respuesta contundente. Ahora la XII legislatura ha quedado formalmente disuelta “sin pena ni gloria”, echando una palada de tierra sobre la soberanía del pueblo catalán. Su epitafio debería decir: “Falleció obedeciendo la legalidad española y sirviendo al capitalismo”.  

De esta forma, las elecciones del 14F aparecen en el horizonte cercano. Se darán en el marco de la confusión, desconfianza y desmoralización que han causado en algunos sectores las conducciones de los partidos independentistas mayoritarios. A pesar de los golpes del régimen y las maniobras de sus propios dirigentes, el pueblo catalán no ha sido derrotado por lo cual, no ha dicho su última palabra. En tal sentido, son muy importantes los posicionamientos que adopte la CUP, ya que se postula para impulsar un “nuevo embate contra el Estado”, desde una posición anticapitalista que levanta la consigna “que la crisis la paguen los ricos y no los trabajadores”, acompañada de medidas transicionales alternativas, tal cual fueron planteadas en los actos del 19D, de los cuales participamos.

La CUP tiene la gran oportunidad de transformarse en el actor hegemónico de un cambio profundo, tanto a nivel democrático como social, a condición de superar las contradicciones que la atraviesan. Desde nuestro punto de vista, lamentablemente, el “Nou Cicle” no está avanzando en tal sentido. Adoptar como objetivo la “unidad estratégica” y la presión al régimen para que acepte un “nuevo referéndum” implican un retroceso en algunas de las principales autocríticas que la CUP expresó oportunamente. Estratégicamente, recrear la unidad con sectores que transmiten los intereses de la burguesía catalana, conducirá a nuevas decepciones, cuando ya ha tenido un alto costo en represión, pérdida de libertades democráticas, presxs políticos, exiliadxs y persecución de activistas por la libertad.  

Aunque la definición de Dolores Sabater (Guanyem) como candidata a encabezar las listas de la CUP es una decisión sobre una cuestión táctica, como lo son las elecciones burguesas, abona a un curso estratégico con el cual no coincidimos. Desde lo más alto de la lista, Sabater le impondrá a la campaña un perfil reformista, alejado de las posiciones más combativas de la CUP, de planteos anticapitalistas y por la independencia de clase. No es casualidad que la ex “alcaldesa del cambio” en Badalona -que no fue tal- haya sido abordada también como potencial candidata de ERC. Lo concreto es que la consideran afín a otros sectores reformistas como los Comunes de Ada Colau, socios del claudicante Podemos de Pablo Iglesias. Y, cabe preguntarse ¿cómo quedará la versión definitiva del programa electoral y en particular, la formulación de gobierno?, ya que el acuerdo todavía no está totalmente cerrado.

Nos reafirmamos en la necesidad de poner de pie un frente de izquierda radical, anticapitalista, con un programa transicional consecuente de independencia de clase, como lo venimos planteando públicamente y en cada instancia de debate que la CUP ha abierto:  “Daría un mensaje claro y sin ambigüedades sobre la estrategia a fijar y también le daría una envión a la disputa de cara a las próximas elecciones autonómicas. Desde ya, sería más contundente si fueran parte Anticapitalistas e Izquierda Revolucionaria. Al igual que la participación de organizaciones como la CRT, LI, Corriente Roja y SOL. Hace falta un frente que no se quede a mitad de camino en sus propuestas de cambio, como les pasa a los reformistas. Esa variante es lo que está faltando para que no sean las opciones burguesas del régimen, ni la ultraderecha, las que se nutran de la desilusión y el descontento popular creciente.”

La realidad no está determinada sólo ni esencialmente por las elecciones. Ante la crisis capitalista, la perspectiva es que avancen las luchas y las rebeliones en todo el mundo. En Francia, las movilizaciones de los “chalecos amarillos”, las huelgas generales y los enfrentamientos contra el gobierno y el régimen, proyectan la mejor imagen de una Europa que acumula contradicciones, desigualdad social y respuestas de los trabajadores y los pueblos. Por eso se colocará a la orden del día la postulación de una alternativa socialista, como lo ha sido la Plaza de Mayo teñida de rojo en la Argentina por el MST en el FIT-U, aún con las dificultades y limitaciones que impone la pandemia. Más allá de las cuestiones tácticas, es necesario comenzar a sentar las bases políticas y principistas de acción de los que nos reivindicamos socialistas revolucionarios e internacionalistas.