Libertad a Pablo Hasél
El 12 de febrero se cumplirá el plazo que la Audiencia Nacional le dio para ingresar a prisión.
Nos tenemos que movilizar contra el injusto encarcelamiento y la persecución judicial.
Pablo Hasél es el nombre artístico de Pablo Rivadulla Duró. La justicia del Estado español lo quiere transformar en el primer rapero preso de Europa. Sus tweets solo dicen verdades sobre la corrupción que impregna a la Corona de los borbones. Su arte se expresa en las letras de las canciones y la música que compone, haciendo uso del derecho a la libertad de expresión. Sin embargo, para las instituciones es un delincuente que debe ser silenciado y castigado por decir lo que piensa de la Corona y las Fuerzas de Seguridad. España tendrá el repudiable “mérito” por ser reconocido como el primer país europeo que pone entre rejas a un rapero, por el “delito” de cantar y expresarse libremente.
Hasél fue condenado en el año 2014 a dos años de prisión por supuesto enaltecimiento del terrorismo en el contenido de sus letras. Como era su primera condena no entró a prisión en ese momento, con acuerdo a lo establecido en el Código Penal. En 2020 lo volvieron a condenar y en la actualidad el aparato judicial considera que debe estar nueve meses y un día preso. Sumando todas las causas que acumula, puede llegar a pasar cerca de 20 años en prisión. Según declaraciones de Pablo, este «constante acoso» que sufre desde hace años, no se debe sólo a sus canciones, sino también a su “militancia revolucionaria”. En este sentido, asegura que la fiscal reconoció literalmente que «era peligroso por ser tan conocido e incitar a la movilización social».
En concreto, tres son los delitos por los cuales se lo inculpa: injurias a la corona, enaltecimiento del terrorismo e injurias a las instituciones del Estado. Una característica llamativa en este último proceso judicial es que la Sala de lo Penal de la AN ha dictaminado su ingreso en prisión en contra de la postura del Ministerio Fiscal, que es la única parte de la acusación en el proceso.
En tanto, “Juezas y Jueces para la Democracia” considera que no es tan raro que se ejecute este atropello y la “Plataforma por el Derecho a la Libertad de Información” asegura que el proceso no ha atendido los estándares internacionales exigidos respecto a la libertad de expresión. Las contrariedades de los diferentes organismos judiciales hacen ver que se trata de una condena que, una vez más, busca ser ejemplificadora para los que opinan distinto y critican al poder y coloca al artista como “cabeza de turco”.
Como ha declarado el letrado de Pablo, “la resolución responde a las cuestiones políticas de la Sala», y así lo explica: «Se trata de una Sala muy vinculada al legado que el PP aún mantiene en el Consejo General del Poder judicial (CGPJ) y saben que, haciendo esta maniobra, yendo más allá de lo que piden las partes, generan un problema al actual Gobierno porque le ponen contra las cuerdas de cara a su electorado. En muchas ocasiones tanto el PSOE como Podemos se han comprometido a derogar buena parte de la legislación represiva que el PP impulsó durante su mandato y ahora van a tener que afrontar que el primer rapero encarcelado en Europa esté en España».
Vale recordar que el rapero mallorquín Josep Valtònyc, no está preso porque se exilió en Bruselas desde la primavera de 2018, mientras se resuelve la euroorden solicitada contra él por una sentencia similar. A Valtònyc también se lo acusa de enaltecimiento del terrorismo, injurias a la Corona y amenazas por el contenido de sus canciones, con una pena que llegaría a los tres años y medio de prisión. La justicia no usa la misma vara para medir a todos. Por eso, el rey emérito Juan Carlos I continúa su estancia en Abu Dabi, cobijado por la horrorosa monarquía saudí, sin dar explicaciones ante nadie por sus ingresos no declarados, por las investigaciones de coimas, de su fortuna depositada en paraísos fiscales y sus millonarios gastos camuflados para evadir impuestos. A la par, la justicia persigue a quienes cantan, escriben sus ideas críticas en las redes sociales o exigen el derecho a la autodeterminación de Catalunya.
El gobierno PSOE-Unidas Podemos tiene la responsabilidad política central por los atropellos a las libertades democráticas, aunque intente camuflarse como “progresista de izquierda”. PSOE-Unidas Podemos. Para no ser menos, el Ayuntamiento “del cambio” de Barcelona que comanda Ada Colau (Comuns) ha ocultado una obra artística referida al emérito, realizada ayer en un mural de las Tres Chimeneas, en un claro caso de “progre censura”.
Pablo ha dicho que no se presentará por su propia voluntad y que, en tal caso, lo tendrán que ir a buscar a su casa. Mientras llega ese momento, se han replicado las manifestaciones de apoyo a Hasél. A lo largo y ancho del Estado español se realizan concentraciones con cánticos tales como “Yo también, soy Pablo Hasél”, “Libertad de expresión, sin pasar por la prisión”,“Audiencia Nacional, Tribunal Fascista” o “Aquí se censura, como en una dictadura”. Todos juntos exigimos los derechos democráticos y sociales que el Estado español vulnera en forma creciente. El repudio ha cruzado las fronteras ibéricas y se ha expresado con recitales, grafitis, murales y otras acciones en distintos países. Más de dos centenares artistas se han pronunciado en el día de hoy con un manifiesto en favor de Pablo Hasél.
Mirar para otro lado ante semejante situación, sentaría un peligroso precedente de quietud ante los atropellos del poder. Como ha declarado Hasél, el encarcelamiento no es un ataque sólo contra él, sino contra la libertad de expresión y, por tanto, contra la mayoría que no la tiene garantizada, como tantas otras libertades democráticas. Llamamos a la más amplia unidad de acción en la movilización por la libertad de Pablo Hasél y el respeto a la libertad de expresión.