Investidura: tramo decisivo, final incierto

Desde las elecciones presidenciales del 23J hasta hoy, el gobierno y el régimen transitan por un “berenjenal”, un terreno político embrollado a favor o en contra de la amnistía. Pedro Sánchez busca llegar a la investidura cuanto antes. La derecha y la ultraderecha protestan desde sus partidos y desde la Justicia. ¿Habrá nuevo presidente o nuevas elecciones? Los trabajadores y el pueblo necesitan dotarse de una agenda propia y una salida estratégica.

El PSOE y ERC una sociedad duradera

El PSOE cerró un acuerdo con ERC, en realidad fue un trámite ya que era sabido que Oriol Junqueras, Gabriel Rufián y Pere Aragonés harían un espectáculo de “duras exigencias”, pero terminarían firmando cualquier papel que el PSOE les pusiera delante para investir a Pedro Sánchez. Después de todo, son socios de investidura, de Legislatura y de proyecto autonómico. El pacto alcanzado mantiene el “compromiso” de sostener la tramposa e irrisoria Mesa de Diálogo, la desjudicialización del “Procés” mediante la amnistía, la condonación del 20% del Fondo de Liquidez Autonómica que corresponde a 15.000 millones de euros y el traspaso integral de Rodalies. Este último punto ha motivado la convocatoria a una huelga de cinco días en Renfe y Adif contra el traspaso.  Critican la falta de información con respecto a la plantilla y a las condiciones laborales de los 2.000 a 2.500 trabajadores involucrados. La frutilla del postre de los acuerdos es la aceptación de una especie de mediador para el cumplimiento de las promesas. Brindarle confianza a Sánchez no es una muestra de inocencia política sino de sumisión a sus objetivos estratégicos que están en las antípodas de la autodeterminación. Por otro lado, la derecha está en guerra contra la autodeterminación y actúa en consecuencia.

Oriol Junqueras, presidente de ERC y ex vicepresidente de Catalunya.

El PP, Vox y los neonazis en campaña

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, anunció el lunes que presentarán mociones en parlamentos autonómicos, ayuntamientos y diputaciones para que todos los cargos públicos se definan a favor o en contra de la ley de amnistía. El PP y Vox continúan una campaña cada vez más agresiva. Algunos de sus dirigentes, militantes, simpatizantes y se concentran frente a las sedes del PSOE y el Congreso. Lo hacen con consignas tales como “Puigdemont a prisión” y “No a la amnistía”. Desokupa y otros grupos ultras cortan calles y protagonizan disturbios planteando “La Constitución destruye la nación”, “Felipe, masón, defiende a tu nación”, “España cristiana y no musulmana” y “Esa lechera [por el furgón policial] a la frontera”. El quinto día consecutivo de las protestas que, aún siendo minoritarias, fueron creciendo en número, hubo una batalla campal de los neonazis con la policía, con varios detenidos y heridos. En Barcelona también protestan los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Lo más rancio del arco político y de la sociedad se pronuncia cada vez más violentamente contra la amnistía.

PP, Vox y amigos ante la sede de Ferraz del PSOE en Madrid.

Un partido de derecha con toga

El Pleno del Consejo General del Poder Judicial elaboró un texto en el que manifiesta «su intensa preocupación y desolación por lo que la proyectada ley de amnistía supone de degradación, cuando no de abolición, del Estado de derecho en España, que a partir del momento en el que se adopte pasará a ser una mera proclama formal que inevitablemente tendrá que producir consecuencias en perjuicio del interés real de España». Además, la Audiencia Nacional que ya había acelerado causas relacionadas al “Procès” en días anteriores, dictó un auto en el que se imputa a doce personas por las protestas de Tsunami Democràtic del otoño del 2019, entre quienes están Carles Puigdemont y Marta Rovira. Nada es sorpresivo, si es escandaloso. Vuelve a demostrar que en la institucionalidad del régimen del ‘78 los posicionamientos políticos y judiciales se entremezclan con la amalgama de una mayoría de magistrados que actúan como un partido político de derecha.

Pleno…de mayoría reaccionaria.

El PSOE quiere cerrar con Junts lo antes posible

El expresidente catalán Puigdemont, exiliado en Bruselas, sigue teniendo la llave de la puerta de entrada a la Moncloa para Pedro Sánchez. Intenta imponer condiciones, demostrar que Junts obtiene más prebendas y negocia mejor que su competidor ERC. Lo hace sobre la base de una negociación secreta, bajo cuyo hermetismo ni siquiera se conocen los verdaderos alcances de la amnistía. En este momento el PSOE y Junts reanudan las negociaciones, con la organización catalana denunciando un “golpe de Estado” judicial y los socialistas dando a entender que sólo restan detalles para cerrar el acuerdo y que la investidura puede llegar “en cualquier momento”, aunque lo cierto es que ese momento se sigue retrasando o alejando.

Que irrumpa el “convidado de piedra”

Nadie sabe cómo terminará todo esto, sí habrá investidura o repetición electoral. Lo que tampoco sabe nadie son los alcances reales de la amnistía, aunque los transcendidos presumen una medida parcial que no llegaría al conjunto de los activistas represaliados y presos políticos, pero si alcanzaría a las fuerzas de seguridad procesadas y/o investigadas por la represión durante el Referéndum del 1-O y otras acciones por la República Catalana. No todo es incertidumbre, lo que es claro es que los protagonistas centrales de las negociaciones y los “progres” de Podemos, Sumar y otros hacen todo lo posible por mantener a la población como convidados de piedra, para que todo se decida por arriba. Y le siguen dejando la calle a la derecha, lo cual es una muestra de que no sólo le abren camino en las instituciones. Así funciona la “democracia” burguesa del régimen monárquico-parlamentario, sólo cuenta votos cada tanto y pasa de largo de los mandatos populares. La irrupción callejera del movimiento de masas con una agenda de reivindicaciones sociales y políticas propias es una necesidad del momento. Para enfrentar a la derecha y a la ultraderecha y también al gobierno y sus socios.

Amnistía completa, autodeterminación y socialismo

También hay necesidades estratégicas. Una es conformar una nueva alternativa política de izquierda,  consecuente, de los trabajadores y el pueblo,  alejada del “mercadillo del trueque” en el que los principios se pisotean y vale todo para conseguir la investidura. Estamos por una amnistía plena a dirigentes y activistas catalanes y de otras nacionalidades, a presos políticos y condenados por plantarse contra el régimen, la represión y la monarquía. La autodeterminación no se negocia y, mucho menos para colocar en la presidencia a un enemigo de ella. La salida de fondo no llegará en los marcos del sistema capitalista y su institucionalidad, por eso, hace falta un sistema socialmente justo y políticamente democrático, algo que solo puede lograrse con el socialismo.