La Amnistía y lo que se viene
La aprobación de la Ley fue posible por la movilización popular sostenida durante años, no por las bondades del PSOE, ni la “astucia” de sus socios. La derecha y la ultraderecha salieron derrotadas del recinto, pero están atrincheradas para dar batalla en las instituciones. Se abren interrogantes sobre los alcances de la norma. No se puede confiar en los partidos burgueses, sean españoles o catalanes. Hace falta construir una nueva alternativa anticapitalista, de izquierda radical, por la amnistía total, la ruptura, la autodeterminación y el socialismo.
En la Cámara de Diputados se aprobó la ley de Amnistía. Los 177 votos de la mayoría que permitió la investidura de Pedro Sánchez superaron a los 172 votos que reunió el bloque comandado por el PP y seguido por Vox. La posición socialista no fue defendida por Pedro Sánchez sino por Artemi Rallo Lombarte, un miembro de bajo perfil de su grupo parlamentario.
Ganadores con opiniones variadas
Al comando del bloque ganador, el PSOE consideró la amnistía y el resultado de las elecciones autonómicas como parte de la “normalización institucional, política y social en Catalunya”. Los dirigentes de Junts per Catalunya se focalizaron en la “habilidad negociadora” de Carles Puigdemont y prometieron “reconstruir” el espacio político que reclama la independencia por vías pacíficas. Para Gabriel Rufián, el mérito es de ERC por haber iniciado una etapa de pactos y no de Puigdemont que “llegó tarde” a ese camino. El PNV, EHBildu y BNG también festejaron y coincidieron con el PSOE en que fue “un día histórico”
Perdedores y sumergidos en el fango
Para el PP fue el otorgamiento de “privilegios e impunidad” para los independentistas. Según Santiago Abascal (Vox) «van a perdonar a sus socios solo para permanecer en el poder” (…) “aprobando una norma que legitima la violencia política en España”. UPN, se preguntó si “de verdad merece la pena dividir el país por aceptar el chantaje del secesionismo”. Los argumentos de la derecha y la ultraderecha en la derrota expresaron lo más reaccionario de la política que considera que el derecho a la autodeterminación es un delito. Intentarán superar el mal trago de la amnistía con buenos resultados en las elecciones al Parlamento Europeo.
Hay amnistía porque hubo movilizaciones
La amnistía no se debe ni a las bondades del PSOE ni a las “extraordinarias” capacidades negociadoras de los dirigentes independentistas. La libertad de los presos políticos primero y la Amnistía después fueron posibles porque el pueblo catalán se movilizó masivamente en las calles para lograrlas, tras las consignas de “Amnistía y autodeterminación”, con el aditamento sumado por los sectores más combativos de que la primera fuera total. Aunque sea una amnistía con limitaciones, es un logro que se plasmó en la legislación porque se forjó en las calles.
Muchas preguntas
Según el texto aprobado, la ley de Amnistía pretende “finalizar la ejecución de las condenas y los procesos judiciales que afectan a todas las personas, sin excepción, que participaron en el proceso independentista”. Sin embargo, las estimaciones previas se refieren a la posibilidad de favorecer a 350 imputados, cuando desde 2011 hay miles de activistas encausados por: desobediencia, atentado a la autoridad, malversación y terrorismo, después de que la sedición desapareciera del Código Penal. Se abren muchos interrogantes ¿Se puede suspender la ley? ¿Puigdemont puede volver a España? ¿Qué pasará con su orden de detención? ¿Junqueras puede volver a presentarse? La maraña institucional del régimen del ’78 y de la Unión Europea deja resquicios y la aplicación de la norma quedará en manos de muchos jueces reaccionarios que harán todo lo posible para limitarla, tergiversarla y, si pudieran, suspenderla o derogarla. Hay otro tema, la ley excluye de la amnistía actos que impliquen “un enriquecimiento personal o beneficio patrimonial” de lo que hay varios acusados con motivo del Procés y de ello se aferran algunos magistrados para fundamentar su negativa a bajar condenas. Los fiscales del 1-O no ven que Puigdemont sea amnistiable por la “malversación”.
Incertidumbre, polarización y crisis
El PSOE utilizó la promesa de amnistía para lograr la investidura de Sánchez y sostener la Legislatura, negociando con Junts, que a su vez, la utilizó para superar a ERC y presentarse como mejor negociador. Con la ley aprobada, el PSOE pretende cerrar por completo la etapa de confrontación y volver a la “normalidad”, es decir dentro del régimen del ’78: con autonomía y sin autodeterminación, con pactos y sin movilización. Los dirigentes de Junts y ERC, aunque mantienen el discurso independentista, son funcionales a estos planes. ¿Junst y ERC permitirán la investidura de Salvador Illa (PSC) como president de la Generalitat o habrá nuevas elecciones autonómicas? ¿Intentarán recrear algún tipo de unidad? Algunos de los máximos dirigentes han dejado entrever que, aunque es muy difícil, el reacercamiento es una posibilidad. Los embates de la derecha y la ultraderecha continuarán, tanto desde sus sedes partidarias como desde los despachos judiciales, con lo cual, la polarización continuará expresándose y con ella, la incertidumbre y la crisis para el pueblo trabajador. Lo que se viene es una etapa con incertidumbres, crisis y realineamientos en la que, lo fundamental, será la irrupción del movimiento de masas para imponer su propia agenda de necesidades sociales y democráticas.
Hace falta una nueva alternativa de izquierda radical
Para enfrentar a la derecha y la ultraderecha que se están abriendo camino, no se puede depositar confianza en PSOE-PSC ni en sus socios reformistas de PODEMOS y Sumar que le lavan la cara a Pedro Sánchez. Y es necesario sacar conclusiones sobre el rol de los dirigentes de Junts y ERC, que dejaron pasar la oportunidad histórica de lograr la República con el pueblo en la calle y alimentan la falsa expectativa de que se puede lograr la independencia convenciendo a los opresores para que otorguen derechos democráticos de fondo, algo que se ha demostrado imposible por fuera de la ruptura. Junts se mimetiza cada vez más con su pasado de derecha convergente y ERC, en crisis, ya asiste al intento de Junqueras por recuperar plenamente las riendas de partido para profundizar el rumbo autonomista y capitalista.
Amnistía completa, autodeterminación y socialismo
Lamentablemente, sí la CUP no cambia su rumbo de adaptación a la institucionalidad y seguidismo a los partidos catalanes mayoritarios, seguirá sin aparecer como alternativa. Lo que hace falta en Catalunya y en el Estado español es un Frente de Izquierda, una nueva alternativa anticapitalista, de izquierda radical, que apoye las luchas de los trabajadores y el pueblo por: mejores salarios, condiciones dignas de trabajo, vivienda para todos, salud y educación públicas, eficientes y de calidad, entre otras necesidades sociales y democráticas. Que impulse la movilización y la autoorganización, con independencia de clase y por un gobierno de los trabajadores. La autodeterminación y el socialismo no deben ser objetivos contrapuestos, ni separados por etapas, sino una pelea única y cotidiana contra los partidos de la burguesía y por la salida estratégica del socialismo.