11S: ¡Viva el 1-O y la autodeterminación catalana!

La Diada nos encontrará en las calles. Reencaminar la lucha por la República obliga a debatir cómo hacerlo para ganar.

El gobierno de “coalición progresista” no es tal. Menos de izquierda y socialista. Lo demuestra cada día. Las expectativas sembradas por el dinero de ayudas de la UE se saldarán con millones de euros para las arcas de las grandes empresas. Al pueblo trabajador no llegará lo que se necesita sino ajustes. Las reformas a las pensiones, el miserable aumento salarial en danza, la continuidad de la reforma laboral del PP y los salvajes aumentos de la electricidad son algunos indicadores del rumbo adoptado por Pedro Sánchez. Bajo la tutela de la UE seguirán intentando que la crisis la paguen los de abajo.

Ninguna sorpresa

La monarquía corrupta y anacrónica comanda un régimen agotado. Que les da la espalda a los reclamos de los movimientos feministas, culturales y sociales. Que está absolutamente cerrado a reconocer el derecho a la autodeterminación de Catalunya. Que se basa en una justicia parcial y adicta al poder. Que enfrenta la pandemia con medidas sanitariamente deficientes, socialmente injustas y políticamente antidemocráticas. Que es cada vez más xenófoba y discriminatoria. Moldeada y fiel heredera del franquismo.

Una partitura parecida

El Govern lleva a Catalunya hacia más desigualdades sociales. Y más privilegios para los capitalistas. Grandes sectores de la sociedad tocaron fondo o están al borde de él. La precariedad laboral galopa a sus anchas. Más allá de los discursos, desde la Generalitat, la sociedad ERC-JxCAT se aleja del objetivo independentista. No hay diálogo, hay monólogo. Con un mensaje inequívoco: República Catalana no. Amnistía no. Concesiones parciales sí. Autonomía regenteada sí. Son respuestas alejadas de los reclamos movilizados del pueblo catalán. La distención es una política compartida.

Nada con los gobiernos burgueses

Aunque tienen matices y encontronazos, Pedro Sánchez y Pere Aragonés encabezan dos gobiernos burgueses. Transitan más por el acercamiento que por la ruptura. No se puede depositar ninguna expectativa en los que sostienen al régimen, ni en los que inconsecuentes en la lucha por derrumbarlo. Tampoco en los “críticos desde adentro”. Unidas Podemos ya es parte de la “casta”. Aunque intenten diferenciarse un poco, van detrás del PSOE como el PCE e IU. Se adaptaron a la institucionalidad y al sistema capitalista como su “pata izquierda”. El “mal menor” es una mentirosa maniobra política.

La burocracia sindical cómplice

Los otros responsables por la situación actual están en las conducciones de CCOO y UGT. Están más en los despachos del gobierno y en las gerencias patronales que en las calles. No llaman a asambleas para consultar qué hacer y con qué programa. Limitan y aíslan las luchas, reflejando los intereses de la burocracia por encima de las necesidades de los trabajadores. Por estos motivos, las luchas coordinadas, las movilizaciones nacionales y la huelga general son medidas encriptadas.

Dar vuelta todo

En todo el estado español hace falta una nueva alternativa política. De izquierda, anticapitalista, de independencia de clase, que impulse y apoye las luchas. Que se nutra de los trabajadores, los estudiantes, las mujeres, los pensionistas, los inmigrantes y de los que quieran luchar. Que sea consecuentemente antiimperialista y no ceda un palmo al régimen monárquico parlamentario del ’78. Que facilite el reagrupamiento de quienes buscan un camino distinto para derrotar a la derecha y a la ultraderecha.

Autodeterminación y socialismo

La CUP que se reivindica anticapitalista, llama a la movilización y formula críticas al Govern, podría encabezar un proyecto de este tipo. Seguramente se sumarían con entusiasmo amplios sectores de activistas, no sólo en Catalunya. Pero es imposible conformar una alternativa consecuente sin romper los acuerdos con ERC que permitieron la investidura de Pere Aragonés. Y sin pasar a la oposición franca, independiente del gobierno burgués.

Con el pueblo catalán

Más allá de esta coyuntura de contradicciones, reflexiones y algunas decepciones, todavía no está dicha la última palabra porque el pueblo catalán no fue derrotado. Es necesario retomar las movilizaciones masivas y la organización popular para un nuevo embate. Por los derechos democráticos y sociales pendientes. Por el fin de la persecución y la anulación de las causas a los exiliados y activistas. Por una salida de fondo: el socialismo con democracia que defiende la Liga Internacional Socialista. El único sistema que puede lograr la plena libertad y satisfacción de las necesidades sociales, sin explotadores ni opresores. La confluencia de los socialistas, revolucionarios e internacionalistas, distanciados del sectarismo y del oportunismo, sería un gran paso adelante en el camino de esta estrategia.

¡Abajo la monarquía y el régimen del ’78!

¡Que la crisis la paguen los capitalistas!