Acuerdo PSOE-ERC: “Requiescat in pace” al Procés
El pacto para hacer presidente a Salvador Illa pretende darle un “descanse en paz” institucional a la voluntad popular por la autodeterminación expresada en el Referéndum del 1-O. Hay que abrir un profundo debate sobre la estrategia para llegar a la República Catalana, retomar la movilización y construir una nueva alternativa política desde una perspectiva de izquierda radical y socialista.
Financiación singular para Illa presidente
Las direcciones del PSOE y ERC han realizado un pre acuerdo para investir a Salvador Illa (PSC) como presidente de la Generalitat. El pacto incluye: el traspaso del Ingreso Mínimo Vital, inversiones por 1.500 millones en Rodalies, en la gestión de becas y en investigación, la inclusión por parte del eventual gobierno de Illa de un departamento de política lingüística y que desde 2026 una Agencia Tributaria catalana recaude los impuestos estatales, comenzando con el IRPF. Sería un modelo de concierto económico, con una financiación singular similar a la que existe en Euskadi o Navarra. El acuerdo responde a las demandas de la patronal catalana: más autonomía en materia fiscal, fin de la incertidumbre política y regreso a la autonomía tutelada con algún beneficio en lugar de la República Catalana reclamada durante años con movilizaciones masivas, acciones, huelgas y el Referéndum del 1-O.
¡Le creen a Sánchez y al PSOE!
Pedro Sánchez y el PSOE prometen mucho y cumplen poco, con la colaboración de la reaccionaria institucionalidad que anula o atenúa sus “buenas intenciones”. En este caso, las “concesiones” sólo serían aplicables con Illa presidente, es decir que ERC intercambia la sesión del poder político por eventuales medidas financieras que, de concretarse, tampoco provocarán cambios cualitativos favorables a los derechos sociales del pueblo trabajador sino más ganancias burguesas. ERC también pretende eludir un nuevo proceso electoral con la presencia de Carles Puigdemont que acentúe su derrumbe, en caso que el expresidente regrese a Catalunya lo cual podría motivar su detención ante la persecución judicial que lo sigue acusando aún con la aprobación de la amnistía. .
Con Pujol en el espejo
La vicepresidenta primera del parlamento y portavoz de ERC, Raquel Sans argumentó en favor del preacuerdo diciendo: “La independencia es más fácil cuando tienes la llave de la caja que cuando no la tienes”. Es una falsedad para justificar una claudicación ya que Convergencia, Junts y ERC siempre han actuado así y la independencia está cada vez más lejos. El “financiamiento singular” es el precio que puso la dirección de ERC para hacer presidente de Catalunya a un político del riñón del régimen del 78. Emulan la política de Jordi Pujol del “peix al cove” para ceder reclamos democráticos a cambio de concesiones financieras.
Ayer y hoy, un partido del régimen
El pre acuerdo fue apuntalado por una consulta a la militancia de ERC que votó a favor en un 53,5%, de forma tal que 6.349 militantes definieron el futuro de ocho millones de catalanes. Más allá de la crisis que atraviesa ERC y algunas críticas internas, la dirección ha vuelto a imponer su política claudicante como sucedió en las otras dos ocasiones que hubo consultas sobre las investiduras de Pedro Sánchez y fueron apoyadas por más del 80% de los votos. Eso sí, la secretaria general de Esquerra, arropada por Pere Aragonés y Marta Vilalta “advirtió” que serán “exigentes y vigilantes” con el PSC. Posteriormente, el lunes 5, Jovent Republicà, la juventud de ERC dar un “sí crítico” a que su única diputada, Mar Besses, también votara a favor de la investidura, con lo cual el presidente del Parlament, Josep Rull (Junts) ha iniciado la ronda de contactos para corroborar si Illa cuenta con la mayoría necesaria para ser investido. Más allá de sostener un discurso independentista ERC reafirma su carácter histórico y presente de partido al servicio de la burguesía y del régimen del ’78.
Los Comunes y su extraño “progresismo”
Los Comunes también acordaron la investidura de Illa fundamentando que con el pacto han frenado el proyecto de construir el megacasino de Hard Rock en Tarragona y que han conseguido otras concesiones sociales. Ni con estas excusas pueden disimular su realidad política: son socios menores del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona y comparten la estrategia del PSOE de “dar vuelta la página” de la independencia de Catalunya para anclarla dentro de España. Detrás del postureo progresista del espacio referenciado en Ada Colau, del cual Pablo Iglesias y Podemos fueron mentores, aparece una formación plenamente incorporada a la institucionalidad de la clase dominante.
Otra reflexión sobre las investiduras
En esta ocasión se trata de rechazar la investidura de Illa, pero tampoco se pueden avalar las investiduras de los presidentes burgueses catalanes como estrategia, como algunas organizaciones hicieron una y otra vez con Carles Puigdemont, Quim Torra y Pere Aragonés, aún con promesas de la adopción de “medidas progresivas” de por medio que luego no cumplieron. La CUP que se encuentran en un cruce de caminos debería reflexionar sobre el apoyo que ha brindado a las investiduras en la Generalitat y sobre la “utilidad” de los pactos que realiza con las corrientes burguesas como ERC, Junts y PSC, a nivel municipal y autonómico.
Tomar otro camino
A no ser que haya algún imprevisto de último momento, Salvador Illa será investido presidente de Catalunya el próximo jueves. Nosotros repudiamos los acuerdos PSOE-ERC y nos distanciamos de las investiduras burguesas, sean de la nacionalidad que sean. El pueblo catalán movilizado hizo de todo por la autodeterminación, el problema fue y son sus dirigentes mayoritarios: mientras sigan siendo de ERC y Junts, la independencia estará cada vez más lejos. La única unidad indispensable es con los trabajadores y el pueblo catalán movilizados y con todos aquellos que en el Estado español y en todo el mundo apoyen la autodeterminación y por los derechos sociales de la clase trabajadora. Es indispensable abrir un profundo debate sobre la estrategia para la autodeterminación y poner de pie una nueva alternativa política anticapitalista, como un Frente de la izquierda radical que, desde la independencia de clase, luche consecuentemente por una República Catalana Socialista.