Juan Carlos I de Borbón=monarquía corrupta

Con el régimen del 78, los poderosos no se investigan.

Cuando trascendió que en Suiza se investiga la participación de Juan Carlos I en el cobro de comisiones por la construcción del AVE a La Meca, la fiscalía no tuvo más alternativa que anunciar que también investigaría. Fue entonces que Unidas Podemos (UP), ERC, JxCat, PNV, Bildu, Más País, BNG y Compromís solicitaron en el Congreso que se creara una comisión de investigación. Nuevamente, la Mesa del Congreso bloqueó la posibilidad de saber la verdad sobre las graves denuncias que pesan sobre el emérito, mejor dicho, El Intocable.

Los “letrados” alegaron que no es posible investigar al ex jefe del Estado ya que su inviolabilidad es permanente, aún luego de su abdicación. La Mesa del Congreso, presidida por Meritxell Batet (PSOE) ha fundamentado su decisión en la Constitución donde se establece que las Cortes Generales controlan “la acción del Gobierno” y por lo tanto no tienen la facultad de controlar a otras instituciones, como en este caso, la Jefatura del Estado. Las representaciones de los grupos parlamentarios mayoritarios, PSOE, PP y VOX, aportaron sus votos.

Como producto del escándalo anterior, el rey Felipe VI renunció a su herencia personal y le quitó al papá Juan Carlos los 194.232 euros que recibía de la Casa Real. Frente al escándalo actual, todavía no abrió la boca. Molestos porque no se aprobó su propuesta, el PNV pidió una reforma constitucional que elimine la inviolabilidad del monarca en lo privado no en su “actividad política”. Bildu y Els Comuns plantearon que se retiren los retratos y estatuas de Juan Carlos I del Congreso.

Por su lado UP, que discrepa del PSOE en torno la investigación, se mantiene fiel al gobierno como si se tratara de un problema secundario. Pablo Echenique, portavoz de UP expresó: «No es una sorpresa para nadie que tenemos posiciones diferentes en este punto. Hemos sabido mantenerlas desde el respeto mutuo: respetamos la posición del PSOE, aunque no la compartamos; el PSOE respeta nuestra posición. Quiero agradecerles ese respeto. Pone de manifiesto que se pueden dar acuerdos y se pueden tener socios sin que para ello haya que estar de acuerdo en todos los puntos». Están ejecutando lo acordado, mantener las “discrepancias pactadas”.

Cada día surgen nuevos datos de la presunta corrupción monárquica, y cada vez se repite la cerrada negativa institucional a investigar. Esto es así debido a que el régimen monárquico parlamentario es la pieza clave del andamiaje constitucional del ´78. El régimen franquista moldeó las instituciones y restauró la monarquía legitimada en la transición. No sólo están protegiendo a Juan Carlos I, están protegiendo la continuidad de la familia real y de un régimen anacrónico. El ex Jefe de Estado ya fue acusado varias veces. El expresidente Felipe González fue señalado por la CIA por la relación con los GAL, grupos de mercenarios dedicados al terrorismo de Estado. M. Rajoy sigue libre y sin problemas. Son apenas tres ejemplos que demuestran que la impunidad en las alturas no está confinada.

Alentamos la investigación, pero no hay nada que indique que vaya a llegar por la vía de una comisión parlamentaria, mucho menos si los que la impulsan lo hacen como un mero trámite burocrático, que no va acompañado del llamado a la movilización para imponerla. Hace falta una Comisión Investigadora Independiente, integrada por personalidades intachables, sin ligazón con el régimen, para investigar a fondo y sin condicionamientos y terminar con la impunidad. Basada en la más amplia unidad de acción de todos los sectores que quieran que se conozca la verdad y se castigue sin privilegios para nadie.

El régimen está agotado, las instituciones están corrompidas, no son independientes, ni democráticas, se dedican a garantizar las ganancias patronales del capitalismo. La monarquía atraviesa una de sus peores crisis, que se refleja el estado de descomposición en que se encuentra. La Constitución del ´78 no puede dar ninguna respuesta positiva y democrática a las grandes mayorías populares. No alcanza con apaños que cambien algo, para no cambiar nada de fondo, hay que movilizarse por la abolición de la monarquía y un proceso constituyente, que de por tierra con el régimen. Necesitamos poner de pie una nueva izquierda, para dar vuelta todo: el gobierno, el régimen y el sistema, y para que la crisis la paguen los capitalistas.