Puigdemont perseguido y liberado
Los hechos acontecidos en Cerdeña constituyen un nuevo capítulo de una disputa que se seguirá desarrollando.
El ex president circula por un laberinto legal, repleto de vericuetos. Su detención y liberación reavivó debates sobre la justicia de la UE y la del régimen del ‘ 78. Sobre la Mesa de Dialogo y los reclamos del pueblo catalán. No habrá un nuevo embate al Estado caminando detrás de ERC y sus socios. La movilización, la organización y la huelga general son el único camino.
Pocas horas preso
El expresident Carles Puigdemont fue detenido nuevamente, esta vez en Cerdeña. El motivo fue la orden de búsqueda internacional emitida por el Tribunal Supremo español. Al final, solo estuvo preso unas pocas horas. Luego fue liberado, participó en un encuentro de cultura catalana en l’Alguer y regresó a Bélgica. País donde está exiliado y la aplicación de la euroorden está suspendida. Se trata de un nuevo fracaso y papelón internacional para el juez Pablo Llarena y la justicia del régimen del ‘ 78. El próximo lunes deberá volver a Cerdeña para asistir a la vista convocada por el Tribunal de Apelación de Sassari.
Maraña jurídica
Puigdemont se mueve dentro de una maraña jurídica. Para la justicia española está en rebeldía, es acusado falsamente de los delitos de sedición y malversación de fondos públicos por el Procés del 2017. Y está abierto el debate sobre si, con la cuestión prejudicial, se debe suspender las órdenes de detención. El Supremo dice que no. El tribunal europeo dice que sí. Con cada detención o medida legal sobre Puigdemont, se genera una crisis entre la institucionalidad burguesa europea. Es una papa caliente que incomoda a los gobiernos.
El turno de Italia
Ahora es el turno de Italia para expedirse. En tal sentido, el auto emitido por el juez interviniente en la detención dice “el Tribunal General de la Unión Europea considera que, mientras se evalúa el recurso interpuesto por Puigdemont a la decisión del Parlamento Europeo de retirarle la inmunidad, las órdenes de detención y entrega no pueden ser aplicadas ni en Bélgica ni en un ningún otro país de la UE”. La extradición a España podría volver a desestimarse, como viene sucediendo por la decisión de los tribunales belgas.
Separar la paja del trigo
Que Puigdemont y sus letrados aprovechen los vericuetos del laberinto judicial europeo, no es cuestionable. Se trata de un independentista perseguido por sus ideas políticas, destituido y al que se le desconocen derechos como eurodiputado electo por el voto popular. Esto no implica depositar confianza en la justicia de la UE, ni apoyar la política de JxCat conducido por Puigdemont. Aunque la trama jurídica es compleja, hay cuestiones que la detención momentánea volvió a dejar más claras.
Solo matices
No se puede depositar confianza ni en la institucionalidad del bloque imperialista ni en la del régimen del ‘ 78. Ambas son reaccionarias, burguesas y, en definitiva, responden a un veredicto político ya firmado. El que sentencia el desconocimiento al derecho de autodeterminación y sostiene a rajatabla al Reino de España, tal cual está constituido, con su legado franquista. Es lo mismo que hacen la derecha y la ultraderecha. Por eso, aprovechar desavenencias es válido, pero no lo es sembrar falsas expectativas en los tribunales. El único camino es la movilización.
El Referéndum a la nevera
La nueva detención tampoco se dio en cualquier momento. Estamos a pocos días del aniversario del 1º de octubre. Con grandes sectores de la población que lo siguen reivindicando. Y el Govern de ERC y sus socios que pretenden mantenerlo como un saludo a la bandera, para los días de fiesta. Ya que, más allá de mantener un discurso independentista, en los hechos, apuntan a la recuperación de una autonomía limitada.
La Mesa es una trampa
La Mesa con las patas del gobierno español y el catalán no es de diálogo. Es un monólogo del Estado español. Con un libreto que pone: autodeterminación no, amnistía no. Por eso es una trampa. Que tiene como colaborador directo a ERC e indirecto a JxCat, que fue quien comenzó a sentar las bases del “diálogo” con el opresor.
Estrategia represiva
Mariano Rajoy no dialogaba, reprimía directamente. Pedro Sánchez lo hace bajo la fachada de un dialogo que no existe. Los ataques a los exiliados y a los activistas por la libertad continúan sin solución de continuidad. Bajo el manto de la sacrosanta unidad de España, sostenida por la UE, el régimen tiene claro su objetivo estratégico: evitar la autodeterminación a como dé lugar. El pedido de detención y extradición en pleno desarrollo de la Mesa de Diálogo es otra confirmación del cinismo del gobierno de “coalición progresista PSOE-UP”.
ERC no fortalece un nuevo embate
Permitir y/o facilitar la investidura de Pere Aragonés, como lo hicieron la CUP y otros grupos de izquierda fue un error que deberían rectificar, rompiendo todos los acuerdos y pasando a una oposición franca. ERC utiliza esos apoyos para llevar adelante una política que va en la dirección opuesta de concretar un nuevo embate por la República Catalana.
Mantener vivo el 1-O
El camino pasa por recuperar la movilización masiva y la huelga general, con planteos consecuentes por la autodeterminación, la amnistía y contra la Mesa de Diálogo. Así como los hubo en la Diada, y en las acciones por la libertad de Puigdemont. El aniversario del 1-O brindará una nueva oportunidad para fortalecer esta perspectiva.