Rusia y Bielorrusia: a más guerra, más represión

Por Kazimierz Kryzhich

Lukashenko y Putin han estado en el poder durante décadas. Siempre han sido autoritarios, reprimiendo las huelgas laborales y las movilizaciones democráticas con mecanismos estalinistas. Ahora Lukashenko nos quiere aplastar. Hicimos grandes movilizaciones e hicimos temblar al poder. Pero, no alcanzó. La represión se hizo más fuerte con la agresión a los hermanos ucranianos. El autoritarismo quiere silenciar el rechazo generalizado a la guerra, pero, no lo está logrando totalmente. Estamos orgullosos del ejemplo que dieron los trabajadores ferroviarios que, clandestinamente, boicotearon el traslado de armas rusas, a través de nuestro territorio, hacia los frentes de guerra en Ucrania. 

Atacan la libertad sindical en Bielorrusia

Del 19 al 21 de abril detuvieron a 19 representantes del movimiento sindical. Estos son los dirigentes y empleados de la oficina del Congreso de Sindicatos Democráticos de Bielorrusia (BKDP), así como los dirigentes y activistas de los sindicatos SPM (Sindicato Libre de Trabajadores Metalúrgicos), SPB (Sindicato Libre de Bielorrusia), REP ( Sindicato Bielorruso de Trabajadores de la Industria Radioelectrónica) perteneciente al BKDP. Entre ellos: Alexander Yaroshuk, Sergei Antusevich, Irina Bud-Gusaim, Nikolai Sharakh, Gennady Fedynich, Yana Malash, Vitaly Chichmarev, Mikhail Gromov, Vasily Beresnev, Dmitry Borodko, Alexander Evdokimchik, Miroslav Sobchuk permanecen tras las rejas. El líder del SPM, Alexander Bukhvostov, de 80 años, fue hospitalizado con un ataque al corazón. Después de los interrogatorios, Igor Komlik, Elena Eskova, Anna Dus, Nikolai Gerasimenko, Vadim Payvin y Yuri Belyakov fueron liberados y están sujetos a un acuerdo de confidencialidad. 

Crece la violencia represiva en Rusia

En Rusia, también hay más represión, Putin no quiere ni la más mínima muestra de oposición. Ya hemos hablado de la represión a las primeras protestas que estallaron inmediatamente después de la invasión. El régimen de Putin no soporta ni siquiera la idea de una protesta masiva contra la guerra. Por ello, han implementado mecanismo de disuasión que se propagan desde los medios oficiales de comunicación, hasta la actuación directa de las fuerzas de seguridad. Ni siquiera los oligarcas críticos están a salvo ya que, desde que comenzó la guerra siete de ellos aparecieron muertos en extrañas circunstancias.

El que no está con Putin es “sospechoso”

Se persigue a los partidos políticos de oposición, cuyas actividades están severamente restringidas. Más a las organizaciones de izquierda. Se aborda a los activistas en sus casas o en cualquier lugar, simplemente bajo la sospecha de que están preparando una protesta. Y cada vez que hay indicios de fracasos del ejército, empeora la represión. Mientras tanto, vivimos cada vez peor. Putin se abre camino a través de la represión y el miedo. Muchos artistas, deportistas, activistas sociales son considerados “sospechosos” y se ven obligados a abandonar el país. En estos días fue la opositora Maria Aliójina, líder de la banda Pussy Riot la que se escapó de Rusia sin pasaporte y disfrazada de repartidora de comida, luego de que el régimen cambiara su arresto domiciliario por carcelario.

Por un gran movimiento que diga No a la guerra

Apelamos a la ayuda de los trabajadores del mundo, a las personas progresistas, democráticas y de izquierda, para que redoblen su apoyo a la resistencia ucraniana desde un punto de vista que rechace al imperialismo ruso, a la OTAN y al imperialismo occidental,  sin tener esperanzas en el gobierno neoliberal y proimperialista de Zelensky. Saludamos a los heroicos trabajadores y activistas rusos que hacen acciones contra la guerra bajo amenaza, y protestan ante las condiciones de vida que empeoran. Nos solidarizamos con las organizaciones obreras y populares, como el Sindicato Independiente de Mineros y el Sindicato Independiente de Bielorrusia y otros agredidos. 

Organizarse es una necesidad de vida o muerte

El empeoramiento de nuestras condiciones de vida, la guerra y la represión hacen una cuestión indispensable la organización que, en estas circunstancias, solo puede ser clandestina. En forma independiente de los poderosos oligarcas que nos explotan y de los falsos opositores burgueses. Las condiciones del capitalismo imperialista nos llevan por un mal camino. Tenemos que hacer organizaciones socialistas, revolucionarias e internacionalistas. Hoy para defendernos y prepararnos en el camino de una ofensiva por el gobierno de los trabajadores y el socialismo, sin patrones ni burócratas estalinistas.