23J: Voto crítico a la CUP

El voto al “mal menor” no frenará a la derecha y la ultraderecha. Hacen falta nuevas alternativas de extrema izquierda.

En la nota de balance del 28M dimos cuenta de los resultados de las elecciones municipales y sus principales conclusiones. Del duro golpe recibido por la “coalición progresista”, con el PSOE perdiendo votos y Podemos languideciendo.  Del triunfo del PP que fortaleció a la derecha y del auge de Vox, cuya expresión de ultraderecha obtuvo el mayor crecimiento. Ambos se alimentaron de la pérdida de votos de Ciudadanos que quedó al borde de la extinción. El 23J, Sánchez se juega a mantener el poder, el PP pretende arrebatárselo y VOX quiere ser determinante en la formación de un gobierno con los populares. Las encuestas arrojan resultados dispares, la elección tiene un resultado incierto.

La trampa del “mal menor”

El voto PSOE-SUMAR no será la barrera ni del PP, ni de VOX. El voto al “mal menor” terminará siendo el voto al mismo mal. Si la derecha y la ultraderecha ven posibilidades de ganar el 23J, se debe a los desastres y las mentiras al pueblo trabajador formuladas por los socialdemócratas y los reformistas. Ellos fueron quienes gestionaron para los empresarios y los privilegiados, que son sirvientes del régimen monárquico-parlamentario y del sistema capitalista. Sánchez y Díaz no son parte de la solución sino del problema. No se puede parar a los reaccionarios con el PSOE o SUMAR, como no se pudo con Podemos. Tampoco son una opción ERC ni las variantes nacionalistas que recorren el camino del autonomismo sobre la autodeterminación. Todos ellos son más de lo mismo, poco tienen de progresistas y nada de izquierda.  

Una ausencia

Luego de las elecciones municipales volvimos a plantear la necesidad de poner de pie un Frente de Izquierda. Lamentablemente, la propuesta no tuvo eco en la CUP, que es la corriente de extrema izquierda más implantada, ni en Anticapitalistas, ya que ambos aplicaron otra orientación. De esta forma se desaprovecha la oportunidad de disputar con más fuerza el espacio que deja el debilitamiento de las expresiones reformistas. El espacio a izquierda que existe se ampliará en la medida que avance la crisis capitalista y la lucha de clases. Aprovechar la oportunidad de ocuparlo tiene como condición postular una alternativa consecuente.

Sectarismo y oportunismo, malos consejeros

En las elecciones presidenciales la CRT y Corriente Roja optaron por el voto nulo o la abstención. Izquierda Revolucionaria llama a votar a BNG, EH Bildu y CUP. Y Lucha Internacionalista votará a la CUP, pero sus llamados a más unidad son meramente propagandísticos. No confluir en un frente de izquierda, además de una diferencia en la táctica electoral, implica desdeñar la posibilidad de una intervención común en otros procesos políticos y en la lucha de clases. Un polo de los socialistas revolucionarios sería útil para impulsar un gran frente de izquierda, enfrentar con más fuerza a los reformistas, a la derecha y la ultraderecha, con un programa principista y un accionar consecuente. El hecho de tener diferencias y matices no puede impedir un acercamiento.

¡Plantemos Cara!

En una situación así, llamamos al voto crítico a la CUP. Señalamos las discrepancias porque la CUP no tiene una definición por la independencia de clase y su política es muy oscilante.  Seguiremos expresando nuestras opiniones a la par de participar en las campañas electorales, como hicimos con la CUP en L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona y Banyoles; y luchar en unidad de acción.   

Vota a la CUP para que en el Parlamento haya un altavoz de apoyo a las luchas obreras, feministas y ecologistas. Contra los gobiernos nacional y autonómico. Por la autodeterminación de Catalunya. Para que los diputados estén enteramente al servicio de la movilización y la autoorganización. Para denunciar la opresión del régimen del ’78 y la explotación del sistema capitalista. Mientras tanto, seguirá planteada la necesidad urgente de conformar un frente de extrema izquierda con un programa de independencia de clase, que pelee porque gobiernen los trabajadores y el socialismo.