Dani Alves: Cuando la justicia tiene precio
El régimen y el sistema están impregnados de machismo. Hay que ganar las calles y organizarse para que el patriarcado y el capitalismo caigan juntos.
El exfutbolista Alves fue condenado el pasado mes de febrero a cuatro años y medio de cárcel por violar a una joven de 23 años en la madrugada del 31 de diciembre de 2022, en la discoteca Sutton de Barcelona. La sentencia, de por sí repudiable por insuficiente, se ha empañado más aún. Luego de pasar catorce meses en la cárcel, los abogados de Alves consiguieron que la Audiencia Provincial de Barcelona dictara un auto de libertad provisional; a cambio del pago de la fianza de un millón de euros, lo cual representa solo el 1,82% de su patrimonio declarado. Aunque el exjugador es millonario, no ha logrado reunir el dinero, ya que perdió sus sponsors y sus bienes están embargados por el juicio de divorcio que le inició su exmujer. Además, se han expresado muchas voces discordantes que presionan en el sentido de no asistirlo económicamente. En resumen, Alves permanecerá en el centro penitenciario Brian 2, por lo menos hasta el lunes, intentando conseguir dinero.
Un repudio extendido
Cuando el pasado miércoles la sección 21 de la Audiencia Provincial de Barcelona hizo público el auto mediante el cual le concedía a Alves la libertad provisional bajo fianza, se alzaron muchas voces discordantes. La ex ministra de Igualdad Irene Montero, propulsora de la Ley del Solo si es si, expresó “los hombres poderosos pueden comprar su libertad». La ex secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, Ángela Rodríguez, señaló “los cuerpos de las mujeres son de quien los pueda pagar». La indignación es tan generalizada que los principales programas de crítica política le han dedicado su editorial a esta nefasta decisión. En El Intermedio, su presentador dijo: “Ser rico te abre las puertas de sitios, pero eso ya lo sabíamos. Pero hoy también hemos descubierto que el dinero te puede abrir otras puertas, como las de la cárcel».
Un sistema que tan solo revictimiza
La joven abusada le manifestó a su abogada “Estoy cansada de ser fuerte» y ésta afirmó que recurrirá la sentencia. No es para menos, a Alves no sólo se le ha rebajado la condena por pagar una ínfima indemnización a la víctima, sino que también se le ha dado la posibilidad de salir de la cárcel por tener dinero.
Desde ya, nos oponemos a los criterios punitivistas de la justicia burguesa, pero este no es el caso. En un país que en el 2018 se puso de pie y se manifestó de a miles de personas ante el caso de “La Manada” y que en 2022 terminó con Rubiales; este accionar de la Audiencia Provincial atenta contra los avances del movimiento feminista, los criterios más básicos de justicia y abona a la impunidad.
Una vez más, se evidencia que perdura una institucionalidad reaccionaria, moldeada por el franquismo y legitimada por la transición. Se plasma en el régimen del ‘78 sostenido por PSOE, PP, Vox y otras variantes políticas, caratuladas como “progresistas”.
El tándem capitalismo – patriarcado no tiene arreglo
La cuarta ola feminista que ha atravesado la realidad durante los últimos años tiene el carácter internacional de un movimiento que, a pesar de sus variantes, se mantiene en todo el mundo. Como expresión de ello, somos conscientes que el capitalismo domina el mundo e impone sus propias reglas, que son brutales en la vida y edulcoradas en las leyes. Mientras exista este sistema todo seguirá teniendo un precio, más alto o bajo, pero se podrá comprar y no habrá posibilidades ciertas de que las mujeres consigamos la eliminación definitiva del doble carácter que nos aplasta en los lugares de trabajo y en nuestros propios hogares: la opresión y la explotación. Para que el sistema funcione y se reproduzca, el capitalismo impone como condición indispensable que las mujeres cumplamos un rol social claramente determinado que está en las antípodas de nuestra propia liberación y empoderamiento.
Si no tienen arreglo, hagamos que caigan
El caso de Alves nos indigna a la par que nos recuerda que ante el ataque a nuestros derechos hemos de pelear con rabia por un cambio de fondo. Es probable que Alves finalmente consiga el dinero, pero aun si no fuera así, la “justicia” volverá a demostrar su verdadero rostro reaccionario. En tal sentido, las movilizaciones han de incorporar la denuncia contundente al accionar de las instituciones burguesas que se presentan como aliadas del feminismo, pero sólo como una pose formal. Desde Juntas a la Izquierda y SOL, nos seguiremos organizando para que el patriarcado y el capitalismo caigan juntos, con una pelea estratégica junto a la clase trabajadora y por el socialismo que excede largamente lo que suceda con el caso de Alves.