Mesa de diálogo, congelador de autodeterminación
Después de la reunión en Madrid hubo doble festejo del PSOE: recompuso la relación con ERC para la estabilidad legislativa y avanzó en su intención de paralizar los reclamos por la República Catalana. Contra la vieja política, la nueva casta, la derecha y la ultraderecha, hace falta un frente de extrema izquierda.
El 15 de julio se volvió a reunir en la Moncloa la mesa de diálogo entre el Gobierno de España y la Generalitat de Catalunya. Sellaron acuerdos para lograr dos objetivos “desjudicializar el procés y reforzar la protección del catalán”. El primer objetivo supondría la realización de cambios en el Código Penal. El segundo, implicaría impulsar el catalán, que, en realidad, se defiende fundamentalmente en las calles.
En esta reunión no hubo nada que festejar
La vicepresidenta Yolanda Díaz y los ministros Isabel Rodríguez y Miquel Iceta, integraron la delegación española encabezada por el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, quien expresó: “Hoy abandonamos los monólogos y el intento de imponer al otro, y abrazamos los acuerdos y el diálogo, como forma de hacer política útil”. La consellera de Presidencia, Laura Vilagrà estuvo al frente de la delegación catalana que también integraron: Roger Torrent, Joan Ignasi Elena y Natàlia Garriga. Todos estaban conformes por el paso dado en el sentido de “desandar el conflicto político”. La próxima cita sería en otoño.
Ni amnistía ni autodeterminación
Los dirigentes del procès fueron presos por sus ideas políticas. Los exiliados no pueden volver a España y son perseguidos. Presidentes y parlamentarios son destituidos de sus cargos por la institucionalidad del régimen del ‘78. Hay miles de activistas injustamente procesados cuyas causas siguen su curso, continúa la represión, se rechazan la amnistía y eliminar la figura de sedición. ¿Cuál sería la “desjudicialización”?
El TSJC dictaminó la imposición del 25% de castellano en la educación y mantiene una ofensiva legal y cultural sistemática contra la lengua catalana. ¿Cuál sería el “blindaje” obtenido para el idioma? La reunión en Madrid reafirma la estrategia de ERC de asumir la política del PSOE hacia una autonomía limitada, contenida en los marcos del régimen del ’78 y el capitalismo, con lo cual Esquerra se aleja cada vez más de la amnistía y la autodeterminación.
Los que más ganaron: Pedro Sánchez y el régimen del ‘78
El presidente español estaba al borde del abismo y perdiendo apoyo popular. Por eso, reconfiguró la hoja de ruta hacia las elecciones del 2023 con una batería de decisiones económicas. El intento de “salvar las papas” incluyó una jugada de reconciliación política a dos bandas: medidas sociales parciales para el aplauso de Podemos y el reflote de la mesa de diálogo para la satisfacción de ERC. El PSOE abonó su reaccionaria política de liquidar la autodeterminación, el mismo objetivo que el PP, Vox y C’s, pero disfrazado de “progre”. Es tan grande la necesidad de ERC de demostrar que la mesa no está muerta y obtener oxígeno político, que Pere Aragonés hasta se olvidó del “Catalangate” sucedido hace pocos meses. Ya se verá hasta donde tiene éxito la política Sánchez-Aragonés, en medio de una gran crisis económica capitalista, de las consecuencias de la guerra en Ucrania y de una desastrosa gestión de ambos. Pero el hecho de actualidad es que Pedro Sánchez y el PSOE volvieron a ser apuntalados por sus socios de investidura.
Podemos y JxCat, díscolos, pero no tanto
Mientras Pedro Sánchez y Pere Aragonés reponen los platos rotos, sus respectivos socios de gobierno despliegan una política de cinismo completo. Unidas Podemos pretende diferenciarse del PSOE y critica prácticamente todo. Pero sigue formando parte del gobierno burgués como “pata izquierda”. JuntsxCat hace lo mismo. Para tomar un ejemplo: Laura Borras ha sido suspendida como diputada y presidenta del Parlament por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), ante lo cual criticó a los parlamentarios de ERC y la CUP que propiciaron su suspensión: «Hoy no han venido vestidos de diputados, han venido vestidos de jueces hipócritas para apartarme de la política», «Han aplicado el reglamento del enemigo (…) el «derecho penal del enemigo». ¿Y dónde permanecen los ex convergentes, corruptos y entregadores de la movilización popular? En el gobierno burgués catalán encabezado por ERC. La cuestión de fondo es que ninguno del tándem de gobierno, sea nacional o autonómico, cuestiona consecuentemente al régimen y al sistema capitalista.
La mesa de diálogo es una trampa
Lo reiteramos, la mesa de diálogo es una trampa en la que cualquier concesión se hace sobre la base de cerrar explícitamente los caminos hacia la República Catalana. No es casualidad que a la salida de la reunión en Madrid los dirigentes del PSOE la han caracterizado como “el fin del unilateralismo”, que usan como sinónimo de autodeterminación. No depositamos ninguna confianza en los gobiernos burgueses, ni español, ni catalán, ni en las expresiones políticas que los sostienen. El camino hacia la República Catalana es el que se comenzó a pavimentar con el Referéndum del 1-O, con la organización, la desobediencia, las huelgas y las movilizaciones masivas por la libertad. La lucha por la autodeterminación es parte fundamental de la lucha por una salida de fondo por el socialismo.
Por un Frente de Extrema Izquierda
Hace falta formar un frente de extrema izquierda, que apoye las luchas de los trabajadores y la autodeterminación. Con un programa por la independencia de clase, rotundamente anticapitalista, con medidas transicionales para que la crisis la paguen los capitalistas. Por un gobierno de los trabajadores y por el único sistema que puede garantizar la igualdad, sin explotación, ni opresión, con plenas libertades democráticas: el socialismo. Los cupaires podrían cumplir un rol de primer orden en un llamado de este tipo, si rompiera los acuerdos con ERC. La CUP, Anticapitalistas, los socialistas revolucionarios y las organizaciones que se reivindiquen de izquierda consecuente tenemos por delante el gran desafío de poner de pie una nueva alternativa política.