La CUP ante un cruce de caminos
El intercambio de opiniones fraternal y democrático es indispensable para escoger el mejor camino por seguir. Las polémicas tácticas no son ajenas a las estratégicas para el avance de la autodeterminación y el socialismo desde una perspectiva socialista y revolucionaria.
El sábado 16 de diciembre, en el Palau Firal de Girona, la CUP realizó el “Congreso Nacional Abierto” como punto de partida del Procés de Garbí para su “refundación”. Fue una instancia abierta a la que se acreditaron 650 participantes para la presentación del “Documento para el Debate”elaborado por la conducción. En distintos bloques se abordaron los ítems: Análisis de coyuntura, Análisis interno y retrospectiva y Bases para una estrategia independentista y socialista en los Países Catalanes. En cada bloque hubo informes y una ronda de breves intervenciones, sin votaciones finales. El evento cerró con un Acto. Los debates con la militancia que se desarrollan en las Asambleas Territoriales culminarán en una Asamblea Nacional pautada para el mes de junio.
Una disyuntiva ineludible
Obviamente, los debates abordados por la CUP tienen características particulares relacionadas al proceso histórico y coyuntural en Catalunya. Sin embargo, también tienen puntos de contacto con los debates que atraviesan a “las izquierdas”a nivel mundial, con polémicas tácticas y estratégicas en las cuales se plantea la disyuntiva reforma o revolución como referencia ineludible.
Aportes al debate
Como militantes de Socialismo y Libertad (SOL), compartimos luchas, actividades e integramos listas municipales de la CUP; en una relación fraternal y abierta con lxs compañerxs; sin dejar de lado las diferencias, matices y críticas. Desde esta ubicación abordamos algunas opiniones ya esbozadas en otras ocasiones, con la intención de que sean un aporte, aunque sea modesto, al debate en curso. Partimos de coincidir en que: continúa la crisis capitalista, se deteriora del nivel de vida de la clase trabajadora, se acentuarán las luchas, es necesaria la economía democráticamente planificada y la República Catalana, socialista, feminista y ecologista. A partir de aquí surgen las diferencias y matices que venimos señalando hace tiempo.
Cruce de caminos
La CUP ha retrocedido política y organizativamente a tal punto que se plantea la “refundación”. Las contradicciones que arrastra la han puesto ante un cruce de caminos: adoptar un rumbo abiertamente reformista o virar hacia la izquierda y la revolución. Se trata de la misma disyuntiva que en su momento enfrentaron, por ejemplo, Syriza, Die Linke y Podemos. Lamentablemente, estas organizaciones respondieron a la disyuntiva escogiendo el peor camino reformista: limar las aristas rebeldes y adaptarse a las instituciones de la democracia burguesa. Creemos necesario abordar el debate en estos términos, pues no hacerlo implicaría no dar una respuesta de fondo a la problemática real.
Alejarse del “campismo”
El bloque imperialista hegemónico OTAN, EE. UU. y UE cumple un rol de saqueo, opresión y belicismo en todo el mundo; son un poderoso enemigo por derrotar. A mismo tiempo, China y Rusia les disputan la hegemonía política, económica y militar desde proyectos que no tienen nada de progresivos. No rechazar explícitamente a los nuevos imperialismos, a pesar de no ser el tradicionalmente imperante, lleva a posiciones equivocadas, como no solidarizarse con los pueblos que los enfrentan y a ser cómplices de nuevos proyectos imperialistas de rapiña con la excusa del “mal menor”.
Creciente polarización política y social
El fortalecimiento relativo del gobierno del estado, la derrota de “procesos transformadores”, la desorientación independentista y el auge de la derecha y la ultraderecha muestran una cara de la realidad, pero no la única. También existe una creciente polarización política y social, hay síntomas de recomposición del movimiento obrero que expresa en las luchas en Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y en las innumerables acciones reivindicativas en España, Catalunya y la UE. Las movilizaciones por Palestina también dan cuenta del creciente ánimo de lucha popular y de los trabajadores portuarios de varios países. También crecen las expresiones contra la ultraderecha, como las grandes movilizaciones realizadas en Alemania. Un análisis parcial, con tintes de escepticismo, conduce a subestimar los conflictos en curso y dificulta el aprovechamiento de las oportunidades sindicales y políticas.
Un régimen oxigenado, pero no todopoderoso
El régimen monárquico-parlamentario ha conseguido un respiro parcial, pero no ha logrado revertir su crisis, ni extinguir la voluntad de amplios sectores populares catalanes a favor de la independencia. El oxígeno que obtuvo no proviene de su vitalidad sino del respirador artificial que le brindan las direcciones políticas y sindicales traidoras. El gobierno tiene un futuro incierto, la monarquía es cuestionada, los partidos burgueses disputan divididos y la justicia está desprestigiada. El régimen del ’78 diseñado por el franquismo es tan anacrónico que no puede ofrecer cambios progresivos a la sociedad.
El problema está en las conducciones mayoritarias
En Catalunya hay reflujo de la movilización, confusión del activismo y debilitamiento del independentismo debido a las claudicaciones de ERC y Junts, que pusieron el rumbo hacia el autonomismo y los pactos por la investidura de Sánchez. Negocian con el PSOE, que sólo se diferencia del PP en la táctica del uso de la represión y el 155, puesto que coinciden en la estrategia de sostener la unidad de España y liquidar la autodeterminación. El problema no está en la movilización popular sino en la política de las direcciones mayoritarias que las frenan y/o desvían. En tal sentido, la alineación con expresiones burguesas, sean españolas o catalanas, debilita la referencia en la clase trabajadora. Es fundamental construir una nueva dirección revolucionaria y consecuente con influencia determinante entre las masas.
El “diálogo” es una trampa
ERC y Junts son los cultores del “diálogo” con el nuevo gobierno de Pedro Sánchez que, según afirman, permite lograr «pequeños pasos adelante» hacia la República Catalana, pero, en realidad sumergen al independentismo en las trampas institucionales de los opresores. Esto no es nuevo, como socios en el Govern dejaron pasar una oportunidad histórica cuando declararon la independencia y la suspendieron a los pocos segundos, con el pueblo movilizado reclamando la autodeterminación votada en el Referéndum del 1-O. Lo hicieron para buscar una negociación con Mariano Rajoy quien respondió con el 155, la represión y la intervención de las instituciones catalanas. Mientras estas expresiones de la burguesía catalana sean mayoritarias en la conducción, serán un freno para la ruptura, la independencia y el socialismo. Los acuerdos de la CUP con ERC y los apoyos de investidura fueron en la dirección contraria a conformar una opción independiente.
Municipalismo y política nacional
El municipalismo acerca a la CUP a los movimientos territoriales y es una conquista, pero ha de superar la contradicción de habilitar políticas lugar por lugar, haciendo alianzas incluso con organizaciones burguesas o encabezadas por reformistas. Actualmente el municipalismo tiene tanto peso que debilita el seguimiento y la respuesta a los grandes problemas del pueblo trabajador con la aplicación de una política nacional unificada. El reto es conectar la política local con la nacional, contribuyendo desde cada pueblo y ciudad a la construcción nacional en la misma dirección a la vez que se da respuesta a las problemáticas locales.
De una organización electoral a una de lucha
La estructura actual tiene las características de una organización electoral, no de una organización para intervenir en la lucha de clases, es algo urgente de cambiar para orientarse hacia el movimiento obrero y sus luchas. Se necesita una organización que vaya más allá de lo electoral, que sea más democrática y mejore la relación entre la base y la dirección, que incorpore trabajadores y estudiantes, que tenga como prioridad apoyar e intervenir en las luchas con una política unificada.
Algunas propuestas políticas, de orientación y organización
Como un aporte, puntualizamos algunas de las opiniones y propuestas que consideramos indispensable para una organización anticapitalista, de izquierda y revolucionaria.
– El balance de la intervención de la CUP durante el Procés y el 1-O, todavía está en debate. Más allá de ello, es un hecho que ni en aquel momento ni ahora la CUP aparece como una alternativa de masas ante las claudicaciones de Junts y ERC, que electoralmente ha capitalizado el PSC. En nuestra opinión, esto se debe a la falta de una estrategia interna clara y de una delimitación contundente de la política de los partidos mayoritarios, cuestión que es urgente revertir.
-Plantear un claro perfil anticapitalista y socialista, feminista, ecologista, en defensa de los inmigrantes y antifascista. Diferenciarse en todo momento de ERC, JxCat y de los reformistas desde la independencia de clase. Ser los más consecuentes opositores en el gobierno de Sánchez, el régimen del ’78, el sistema capitalista y el Govern de Aragonés. Sostener una política radical por la amnistía completa, la ruptura con el Estado y la defensa de la lengua y cultura catalanas. No apoyar investiduras, gobiernos y presupuestos burgueses. Centralmente, impulsar la movilización, la h uelga general y la autoorganización democrática por fuera de las instituciones. Dotarse de un programa transicional que tienda un puente entre las necesidades inmediatas de las masas y la salida estratégica por el gobierno de los trabajadores. La salida socialista ha de plantearse permanentemente sin contraponerla con la autodeterminación, son parte fundamental de una disputa política e ideológica permanente que no puede separarse por etapas.
-Priorizar intervenir y concentrar a la CUP en los sectores más dinámicos del movimiento obrero, con el criterio de apoyar las luchas y sumar a la vanguardia.
-Involucrarse y apoyar los reclamos feministas, ecologistas, estudiantiles, por derechos plenos para los inmigrantes, por la vivienda y la movilización en curso por Palestina. Realizar campañas de agitación callejera ante cada hecho importante de la realidad política y la lucha de clases, no sólo para las elecciones. El centro de la intervención cotidiana deben ser las luchas populares, en los escaños la orientación debe ser la tradicional del leninismo, revolucionaria y no reformista, a plena disposición de las luchas en la calle ya que no ocupamos cargos para mejorar las instituciones burguesas.
– Es esencial para garantizar la independencia de clase del partido que la participación en la institución y la intervención en las luchas estén conectadas de forma orgánica. Es necesario que las personas que ocupen cargos en la política institucional sean cuadros de la lucha de clases, las luchas de “la calle”, que sean militantes orgánicos y no personalidades sin afiliación al proyecto político. También es necesario buscar una fórmula equilibrada entre rotación y permanencia de candidaturas para que se puedan instalar como figuras referentes a lo largo del tiempo.
– Fortalecer el polo democrático de funcionamiento interno, con un ida y vuelta semanal del debate entre las asambleas y la dirección nacional, consultando a los militantes y trabajando en equipo con la militancia para evitar la pérdida y rotación permanente de militantes y el desperdicio generalizado de fuerzas, evitando también la burocratización de las reuniones y el debate.
-Rediscutir los criterios de militante, entre los cuales tendrían que estar como requisito mínimo participar de las reuniones partidarias, realizar actividades regularmente y aportar económicamente a la organización.
– Dotar la organización de cuadros en el marxismo y postular nuevos camaradas para seguir creciendo, que estén dispuestos a brindar su tiempo o parte de él a la militancia, llevando la militancia más allá de la dedicación parcial. Es necesario combinar la militancia de base con militantes profesionales enteramente al servicio de la política y la construcción del partido para garantizar la ejecución de las apuestas políticas. Para ello es necesario que el partido se autofinancie a través de cuotas, campañas especiales y sin depender de la institucionalidad.
-Fortalecer el internacionalismo debatiendo en las asambleas locales y con la realización de campañas internacionales.